Paraguay es el país más afectado de Suramérica, con unas 140.000 personas desplazadas sólo en su capital Asunción. Las intensas inundaciones del río Paraguay convirtieron a la localidad de Alberdi en una isla.
(La isla flotante de Alberdi, Paraguay – Foto: Reuters).
Por: César Andrés Rodríguez
Periodista Blog El Río
«No importa donde usted viva, sentirá los efectos del fenómeno de El Niño», así lo sentenció la NASA en una de sus más recientes publicaciones sobre el fenómeno climático que actualmente azota al planeta y que ha generado una racha de emergencias relacionadas con incendios, sequías e inundaciones alrededor del globo.
Asimismo, la agencia ha alertado sobre una muy probable e impresionante réplica de lo que muchos llamaron el «fenómeno monstruoso» de los años 1997 y 1998, el cual arrasó con varias poblaciones, dejando a su paso estragos irreversibles en diversas regiones del mundo. «No hay duda, son muy similares. Los fenómenos de 1982-1983 y 1997-1998 fueron los de mayor impacto en el anterior siglo y en muchas maneras parece que ahora vemos una repetición. Es casi un hecho que los impactos serán enormes», explicó a la BBC el experto William Patzert de la NASA.
A los diversos detonantes de la tragedia climática actual (sobreexplotación de recursos naturales, deforestación descontrolada, contaminación de cuerpos hídricos, etc.), se le suman ahora tres (3) factores fundamentales que, según la agencia, podrían determinar la conformación de uno de los fenómenos climáticos más poderosos y destructivos de toda la historia.
1. Océanos crecidos: El calor de la región Pacífica
Concordia, Argentina (Más de 170.000 personas han sido afectadas por las inundaciones de los ríos en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay. / Foto: Telam)
El Niño es un fenómeno localizado en la zona central del océano Pacífico pero que altera el clima a nivel global. En el 2015 fue el causante de que la temperatura del agua ascendiera a más de 3ºC y se acumulara, atrayendo los grandes nubarrones y tormentas que, finalmente, provocaron las graves inundaciones que han ocasionado estragos en gran parte de América Latina, fundamentalmente en países por debajo la línea del Ecuador, y en el norte de Europa, así como la aguda sequía en África, Australia y el Sudeste Asiático.
Temperaturas muy superiores a las usuales en el nivel del oceáno Pacífico son un indicador de que existe una gruesa capa de agua caliente, por lo que las tormentas y lluvias continuarán azotando gran parte de las regiones norte y sur de América, mientras que los incendios se seguirán intensificando en las zonas superiores a la línea del Ecuador.
Al día de hoy se reportan más de 170.000 damnificados por inundaciones en el cono sur de América. En Argentina más de 15.000 personas resultaron afectadas por la crecida de los ríos Argentina, Uruguay, Paraná y Paraguay, así como 11.300 uruguayos que fueron evacuados de sus casas y la increíble cifra de 140.000 paraguayos que lo han perdido todo por la tragedia. «El aumento de las precipitaciones y la significativa pérdida de cobertura boscosa en Argentina no permitió la natural absorción del agua», indicó la ONG Greenpeace.
(El Reino Unido vive la zozobra y a la expectativa del paso de una serie de tormentas atlánticas e inundaciones nunca antes vistas, cuyos daños materiales ascienden a 7830 millones de euros sin aún dejar víctimas mortales.)
Por otro lado, en Estados Unidos, la crecida del río Misisipi sigue causando estragos en Misuri, Illinois, Oklahoma y Arkansas, afectando a 8 millones de personas en 16 estados y causando a la fecha 27 muertes, mientras que se mantiene en alerta a los estados del sur ante la llegada del gigantesco caudal de lluvias acumulado inusualmente para esta época del año.
Un agudo contraste se vive en países como Colombia en donde se estima una pérdida de 430 hectáreas de vegetación arrasadas por los incendios forestales que se presentaron en las regiones de Cundinamarca, Huila, Tolima y Boyacá durante la última semana por las altas temperaturas y la falta de precipitaciones. Algo similar se vive en la región del sudeste asiático que ha comenzado a experimentar una gruesa capa de humo por cuenta de la intensidad de los incendios forestales de diversas zonas.
2. Cruda intensidad
Según la Nasa, normalmente, ‘El Niño’ alcanza su punto más agudo a finales del año y sus efectos se manifiestan a lo largo de la temporada primaveral del hemisferio norte, por lo que pueden durar hasta 12 meses. Sin embargo el fenómeno de este año no está mostrando signos de disiparse y se presenta como uno de los más poderosos de la historia, por lo que aconseja extremar las medidas de prevención y ahorro de los recursos.
3. La tierra: Más caliente que nunca
«El planeta está más caliente ahora, eso es un hecho importante. Un planeta más caliente genera consecuencias más peligrosas, eventos más extremos», precisó el analista de la NASA. El calentamiento global es un factor relativamente nuevo que entra a jugar un papel determinante en el caos climático que sufre el mundo. Estos factores son los que permiten explicar a los expertos y científicos de la agencia el asombroso aumento de temperatura que se presentó en pleno invierno el día de navidad en Francia, las nevadas nunca antes vistas en la región de Sonora (México), o que en el polo norte se esté presentando un clima por encima de los 0ºC.
La agencia señala que, a pesar de los pronósticos, actualmente existe una mayor infraestructura y mejores avances científicos para tomar previsiones ante la llegada del fenómeno climático. Sin embargo, lo más probable es que El Niño y sus consecuencias se prolongarán durante la mayor parte 2016 en forma de inundaciones, epidemias o sequías prolongadas.
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