El transporte de carbón sobre jarillones no adecuados para su carga y tránsito tienen en grave riesgo de desastre ambiental a la comunidad pesquera de Gamarra
Por: César Andrés Rodriguez
Periodista Blog El Río
*Fotos: Cortesía Fundación Alma, María Benítez
Desde principios del año El Río ha documentado y relatado la historia de las comunidades pesqueras en Gamarra (Cesar) que se han opuesto a la idea de un río Magdalena navegable por cuenta de las futuras consecuencias que ocasionarían la construcción de la Terminal Fluvial de Andalucía, el transporte constante de carbón y las concesiones de obras autorizadas para la construcción de ‘la ruta del sol’.
Hoy en día, los habitantes de la zona suman a sus preocupaciones una calamidad adicional. Según Juan Carlos Gutiérrez, subdirector de la fundación Alma, además del desplazamiento que sufrirá la comunidad pesquera de Cantarrana y la contaminación que sufrirán sus ecosistemas naturales, existe un riesgo inminente de que ocurra una catástrofe socioecológica por cuenta de las acciones irresponsables de los consorcios y contratistas encargados de la obra.
– (Camiones transportando actualmente la carga carbonífera sobre los diques y jarillones) –
Según Gutiérrez, a pesar de las constantes denuncias y movilizaciones realizadas por la comunidad para detenerlos, los vehículos de carga ya han empezado a transportar carbón a los puertos designados sobre vías, diques y jarillones no aptos para uso carreteable, lo que está generando contaminación de las aguas y tierras en las zonas donde se manipula la carga carbonífera. «Esos jarillones y la muralla los construyó Cormagdalena con el fin de contener la temporada invernal de hace algunos años; jamás se designaron como espacio de carreteras. Ahora se convirtió en una plataforma de cargue y descargue pesado de carbón, ubicada entre el río Magdalena y el complejo de ciénagas y humedales Juncal, Banquero y Marisonga, lo que representa un peligro inminente pues, si algún dique llegase a ceder, las consecuencias de un derrumbe serían catastróficas», cuenta María Benítez, habitante y líder comunitaria de la zona afectada en Gamarra.
– (La zona de carga y descarga del carbón se encuentra ubicada a 1km de la bocatoma principal del acueducto.) –
La problemática se ha intensificado hasta el punto de que los mismos contratistas y encargados de las concesiones han alertado, por medio de 2 cartas, a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y al Consorcio Constructor de la Ruta del Sol (CONSOL) sobre los peligros y riesgos que representa el transporte de carga sobre infraestructuras tan inestables. Los documentos exponen la problemática inicial derivada de las medidas tomadas por MinTransporte para mitigar la acumulación de carbón en la frontera con Venezuela (en Santander), las cuales designaron a Puerto Capulco (Gamarra) como plataforma temporal de almacenamiento, sin contar con la capacidad vial ni estructural necesaria para su carga y tránsito.
Adicional a esto, la comunidad se ha movilizado en contra de los ataques a sus ecosistemas y en contra de la indiferencia estatal e institucional tomando vías de hecho, realizando audiencias públicas y generando un debate abierto para llegar a un acuerdo entre todas las partes. «Todas las instituciones han hecho caso omiso en las audiencias. Ni el Alcalde, ni el gobernador tienen que ver con la problemática. Nosotros buscamos que los responsables como la ANI, CORMAGDALENA, ANLA, y los ministerios de transporte y ambiente sean los que nos solucionen esto», sentencia María Benítez. Al no obtener ninguna respuesta de concertación, los habitantes decidieron impedir el paso de las tractomulas de carga de manera pacífica.
– (Vehículos de carga estacionados a la espera de negociaciones o concertación sobre el evidente conflicto.) –
Por el momento no ha habido ningún pronunciamiento oficial o institucional para llegar a un acuerdo sobre el tema. En cambio, existe un temor mayor ya que, por decreto, los vehículos de carga saldrán ahora escoltados por efectivos del ESMAD quienes estarán encargados de evitar bloqueos o manifestaciones en la vía por parte de la población. Según Juan Carlos Gutiérrez, su fundación ALMA seguirá acompañando a las comunidades en su manifestación y lucha por conservar su tierra: «Los habitantes de esta tierra son pacíficos al extremo y solo buscan dialogar, bloquear el ingreso de camiones como vía de hecho, es un mecanismo que busca que alguien los escuche. Es hora de sentarse y negociar».
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