El Río

Publicado el El Espectador, Dejusticia y Patrimonio Natural

Nacimiento del Río Bogotá

Hace 60.000 años la Sabana estaba cubierta por el agua cristalina de la laguna de Humboldt. Para el pueblo indígena muisca, quienes habitaron el altiplano y el sur del departamento de Santander desde el siglo VI a.c, del fondo de la laguna de Iguaque nacieron dos energías. 

Por: @Natalia Gónima

La primera: Bachué en representación del nacimiento de todas las mujeres y la segunda: Qhuzha, un hombre pequeñito. Cuenta la leyenda muisca, tribu indígena también conocida como chibcha, que una vez el niño creció, estas dos energías se unieron y procrearon al resto de la humanidad.

Santuario Iguaque – Petruss /Wikipedia

Los muiscas adoraban y veneraban el agua a diferencia de los tiempos modernos. Además la respetaban pues por las condiciones geográficas de la Sabana de Bogotá, las cosechas se veían frecuentemente afectadas por grandes inundaciones.

Salto del Tequendama. Francisco A

En vista de esto un hombre de tez clara y barbas blancas bajó del cielo y con un bastón de oro dio salida al agua que anegaba la sabana formando el “Salto de Tequendama”. Los indígenas supieron cuidar bien el río y sus aguas aún después de la conquista. Las corrientes del río Bogotá corrieron limpias y tranquilas por algunos siglos.

Quebrada La Vieja / foto: Natalia Gónima

 Según documentos de comienzos del siglo XIX la situación del agua en la incipiente ciudad era completamente otra. Para la época había solo un fontanero encargado de la distribución del agua para toda la ciudad. En una carta fechada en 1807 cuando el señor Gabriel Manzano, alcalde de segundo voto y Diputado de aguas escribía al cabildo de Bogotá podemos leer lo siguiente:

“Para todos los múltiples menesteres relacionados con el mantenimiento y reparación de las cañerías, atanores, “mercedes” pilas etc. La municipalidad cuenta con los servicios de un solo fontanero que responde al nombre de Pedro Ramírez”. El cual según el alcalde “además de estar sobrecargado de trabajo, es un holgazán, borracho y perezoso.”

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Gutierrez,E.(2007), “Historia de Bogota,Siglo XIX, ciudad de Bogotá, Villegas Editores.p.33

 

Para el año de 1882 trescientas viviendas tenían servicio de agua personalizado mediante pajas que salían de las fuentes de agua para llevarla directamente a las casas de los más pudientes. Las fuentes de agua eran alimentadas por los ríos principales de la capital. Aquellos que no tenían este privilegio utilizaban a las aguadoras que para ese entonces cobraban un peso al mes por llevar dos tinajas diarias de veinticinco litros de agua para cada casa.

La mayor parte del siglo XIX, los habitantes de Bogotá tomaron el agua de los ríos San francisco, Arzobispo y Manzanares. De ahí salían unas tuberías que llevaban el agua a las fuentes de agua, ubicadas en el centro de las plazas. Hoy en día un ciudadano de estrato seis gasta el doble de litros al día (100 litros por persona /día) y los estratos más bajos alrededor de 73 litros por persona.

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Páramo de Guacheneque/ Foto: Natalia Gónima

Con el tiempo la capital comenzó a albergar cada vez más gente lo que hizo que se tomaran decisiones a corto y largo plazo para poder abastecer a toda la población de agua potable, energía eléctrica y alcantarillado. Según Fernando Vásquez, director de la Fundación al verde vivo35% de la demanda de agua en Bogotá viene del a Cuenca Alta del Río Bogotá que nace en el Páramo de Guacheneque en el municipio de Villa Pinzón. 

 

Por:  Natalia Gónima

 

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