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¿Agua potable para los humanos o contaminar los océanos?

Cerca de 700 millones de personas no tienen acceso al agua potable y las plantas de desalinización se han convertido en una solución para esta crisis. Sin embargo, se calcula que estas plantas producen 1,5 litros de residuos por cada litro de agua limpia, que ponen en riesgo la biodiversidad marina. ¿Qué hacer?

Cerca de 700 millones de personas no tienen acceso al agua potable en el mundo. / Foto: Pixabay

Por: Paula Casas Mogollón – Periodista El Espectador

En el mundo, cerca de 700 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Según un informe de las Naciones Unidas, para el año 2025, unos 1.800 millones vivirán en condiciones de escasez grave de agua. Con este panorama, muchos propusieron las plantas de desalinización como un as bajo la manga para solucionar esta crisis. Y no es una idea loca: el 97 % del agua se encuentra en los océanos y solo el 3 % es dulce.

Por esta razón, las plantas desalinizadoras han estado en auge en los últimos años. Actualmente, se estima que funcionan 16.000, ubicadas principalmente en Oriente Medio y el norte de África. Pero con ellas ha aparecido otro problema: la salmuera sobrante, el agua restante en los procesos de desalinización, que tiene una concentración de sal superior al 5 % disuelta. Nadie sabe muy bien qué hacer con ella, así que la mayoría de las plantas simplemente la vierten de vuelta en el océano.

Esto podría causar problemas que hacen del remedio peor que la enfermedad, o al menos así lo advierte un estudio publicado en la revista Science of the Total Environment, realizado por investigadores de la Universidad de las Naciones Unidas (Canadá), la Universidad de Wageningen (Holanda) y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Gwangju (Corea del Sur).

El estudio, titulado El estado de la desalinización y la producción de salmuera: una perspectiva global, señala que la capacidad de producción de agua dulce de estas plantas es de 95 millones de metros cúbicos diarios. Y aunque reconocen que es un buen comienzo para combatir la escasez de agua que enfrenta el mundo, los investigadores lanzan una alerta. Explican que, por cada litro de agua dulce producido, las plantas generan en promedio 1,5 litros de salmuera.

Si bien aclaran que la cifra cambia dependiendo de la salinidad del agua, el método de desalinización y las condiciones en que se realiza, no deja de ser un dato relevante.

Los autores explican que, actualmente, cada planta libera a diario 142 millones de metros cúbicos de salmuera hipersalina. Los países que más la producen son Arabia Saudita (22 %), Emiratos Árabes Unidos (20 %), Kuwait (6 %) y Catar (5 %). Llegaron a esta conclusión luego de hacer un análisis biométrico y revisar la base de datos de las plantas, con la que contrastaron su estado, el año operativo, su capacidad, la ubicación geográfica, la tecnología de desalinización y el tipo de agua que procesan.

Todo esto influye en el hecho de que, por ejemplo, en los países de Oriente Medio se produzca cuatro veces más salmuera por metro cúbico de agua limpia que en otras naciones, como Estados Unidos. Las plantas de la primera región operan con agua de mar y desalinización térmica, que básicamente imita el ciclo natural de evaporación y lluvia. En las segundas predominan los procesos de membranas de agua de río, que permiten separar el agua de las sales, por lo que es necesario aplicar energía eléctrica que posteriormente se transforma en energía mecánica. El 70 % de desalinizadoras del mundo las usan.

La investigación señala que, sin importar el método de desalinización, las plantas suelen descargar directamente a los océanos, alcantarillas, pozos o aguas superficiales. Es decir, botan al océano estos residuos tóxicos para la vida marina —por su altísima concentración de sal y otros químicos— sin tratamiento.

Edward Jones, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Wageningen, argumentó que “los desbordamientos de salmuera agotan el oxígeno disuelto en las aguas receptoras. La alta salinidad y los niveles reducidos de oxígeno disuelto pueden tener profundos impactos en los organismos del fondo marino, lo que puede traducirse en efectos ecológicos observables en toda la cadena alimentaria”.

Una de las soluciones que proponen es convertir este problema ambiental en una oportunidad. Para ello plantean utilizar la salmuera en acuicultura. Jones señala que con esta alternativa se puede generar electricidad y recuperar la sal y los minerales que hay en la salmuera, como magnesio, yeso, cloruro de sodio, calcio, potasio, cloro, bromo y litio.

Vladimir Smakhtin, coautor del documento y director de UNU-Inweh, dice que “hay una necesidad urgente de hacer que las tecnologías de desalinización sean más asequibles y extenderlas a los países de bajos y medianos ingresos. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos abordar los inconvenientes potencialmente graves de la desalinización: el daño de la salmuera y la contaminación química al medio marino y la salud humana”.

¿Y América Latina?

En la región, Chile es el país con mayor capacidad de desalinización. En su planta de Antofagasta se utiliza la técnica de ósmosis inversa. Diariamente se purifican cerca de 300.000 metros cúbicos de agua a partir de agua de mar. Sin embargo, ante los efectos del cambio climático en las costas atlántica y pacífica, ningún otro país de la zona ha puesto en marcha esta tecnología.

En Colombia existen dos plantas desalinizadoras, una en La Guajira y otra en San Andrés. La de San Andrés fue construida por el Gobierno nacional y tiene la capacidad de procesar 25 litros de agua salada cada segundo. Por su parte, la de La Guajira suministra 15.000 litros de agua potable cada día y beneficia a 7.500 personas en Manaure.

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