El ojo de Aetos

Publicado el elcides olaznog

De esos candidatos, ¡sálvanos, Señor!

Las noticias dan cuenta de que los candidatos a ocupar las oficinas del Palacio Liévano se reunieron en un lujoso hotel del norte de Bogotá, para explicar cómo combatirán la corrupción en la Capital de la República. Señor lector, no se ría ni me mande al carajo. En serio, los candidatos se reunieron para eso. Lo dicen los principales medios; y si lo dicen los principales medios, pues no queda más remedio que creerles.

   

Sin embargo, dejémosle ese temita a Sábados Felices. Ahí cuaja mejor porque, por lo menos a mí, esos señores cuando hablan de corrupción me causan mucha risa. A propósito, ¿conocen mis amables lectores el origen de la palabra candidato? Lean al final nuestro acostumbrado colofón.

 

Los asistentes eran Enrique Peñalosa, David Luna, Aurelio Suárez, Dionisio Araújo, Gustavo Páez, Carlos Galán, Gustavo Petro y Jaime Castro. La adorable Ginita no se apareció porque estaba debatiendo con el profesor Antanas Mockus acerca de quién de los dos quedaba en contienda electoral y quién renunciaba. Por esta razón, consecuentemente lógica por cierto, el profe Mockus tampoco asistió a la reunión proanticorrupción capitalina.

 

Ante la gravedad de la negociación, perdón, de la discusión, y por tratarse del profesor Antanas – a quienes los colombianos recuerdan muy bien porque le conocen las dos caras de la moneda – se suponía que la reunión iba a durar más que una semana sin carne, pues es por todos conocido que la inteligencia del profesor es tan espesa que se necesita no solo paciencia sino un buen equipo de semiólogos, filólogos, traductores, construccionistas, desconstruccionistas, mimos, adivinos, y uno que otro hechicero para, por lo menos, intentar descifrar el discurso del conspicuo lituano.

 

Sin embargo, como dice Alerta, increíble; la reunión duró únicamente dos días con sus noches. Y el profesor ilustre declinó su noble aspiración en favor del sexo fuerte. Iba a escribir “sexo débil” pero mi mujer, que siempre quiere saber lo que escribo, me lanzó una recia mirada y tuve que cambiar el término.

 

El indiscutible encanto femenino de la candidata independiente, pues, cumplió con su deber, y la angelical Ginita continúa en la liza política por el segundo cargo con más presupuesto del país. Como dice la chancera, “suerteesqueleigo”, mi apreciada Gomeginita. Abra las entendederas y limpie bien esos anteojos porque, ahora usted lo sabe, entenderle a Mockus es tan difícil como que Millonarios o Santa Fe ganen tres partidos consecutivos.

 

No vale la pena analizar las emisiones ptialíticas de los candidatos (así me enseñó a decir el maestro Alfredo Iriarte, en vez de utilizar la hedionda frase chorro de babas) porque de verdad, son eso, mensajes vacuos, pueriles, triviales, fútiles, sin contenido. Mejor dicho, de eso no saben. Mi abuelita lo decía mejor que yo: nadie quiere cuchillo p´a su propio pescuezo.

 

Veamos. Peñalosa lucha contra su propia sombra. Y ah larga sombra. Pero lo de larga no se dice por acusarlo de abusar de su también larga generosidad en la compra e instalación de bolardos. No. Se dice es por su elevada estatura, pero no intelectual sino corporal. El ex presidente Uribe con toda su popularidad metida entre la chaqueta se veía como un diminuto portacomidas junto a Enriquito, en una correría que los dos hicieron por los barrios bogotanos, con el fin de paliar la desesperación que generan los resultados negativos de las benditas encuestas.  

 

Noel Petro, qué miedo, por ideología es heredero directo de Samuelito y de Ivancillo y, otra vez como dice Alerta, increíble, aparece de primero en las susodichas encuestas. Como quien dice, Bogotá tiene muchas posibilidades de que definitivamente se la lleve el p…atas. A propósito de Petro, mi tía Empera, que es una vieja cascarrabias pero sabia, me dice que el que es nunca deja de ser. Y que árbol que nace torcido no se endereza jamás. ¡Válgame Dios! ¿Será cierto eso?

 

Petro lleva mucho tiempo rumiando su frustración por no haber podido ser el cacique electoral del Polo Democrático. Cómo será que en las urnas hasta el casi octogenario Carlitos Gaviria le dio más carne que papas. Y si llega al Liévano no nos lo va a perdonar. Pero ojo, don Gustavo reviste doble peligro porque su objetivo es claro: él no se conforma con una alcaldía, así esta sea la de Bogotá. No. El antiguo combatiente por la libertad del pueblo quiere ser presidente de la República. Él, como hijo ilustre de Ciénaga de ORO, sabe que Bogotá tiene oro suficiente como para dos campañas políticas de grandes ligas. ¿O no, don Andrés?

 

A partir de ahí, votos más votos menos, sigue una larga lista de perdedores. Pero entre ellos se destaca don Dionisio que, igual que su casi difunto partido político, ha exhibido a lo largo de la campaña la más conmovedora pobreza pero no tanto de recursos como de ideas. Por ahí leí en una noticia escondida entre los avisos clasificados que ya renunció a la candidatura. Ni fu ni fa. Lástima el párrafo que utilicé con él.

 

Lo mismo pasa con el candidato del ex glorioso trapo rojo. Es un muchacho con más fuerza que inteligencia. (No olvidar su resistencia física para recorrer largos tramos a pie). Lunita obliga a evocar esos grandes momentos del Partido Liberal de Eduardo Santos, de don Luis Cano, de López Pumarejo. Cuando, por lo menos, decía mi padre, había disciplina de partido.

 

El boyacense Jaimito Castro, quien después de viejo le dio por jorobar la paciencia, tiene más recuerdos que posibilidades. Ni una fuerte dieta a base de panelitas de leche de su natal Moniquirá logrará darle la fuerza necesaria para un trabajo que requiere mucha energía para atajar Nules. ¿Por qué le daría por ahí al anciano ex constituyente?

 

El delfín de Luis Carlos Galán está aprendiendo, pero todavía le falta pelo p´a moño. Se ve que el muchachito es serio pero, por ahora, sería una irresponsabilidad ponerlo a que se lo trague entero la voraz clase política bogotana. Y no creo que a punta de gritos de mamá Gloria, mamá Gloria, ayúdeme, pueda resolver los grandes chicharrones de la capital colombiana.

 

¿Ustedes saben quién es Aurelio? Yo tampoco.

 

En fin. No se sabe aún cómo va a reaccionar la opinión pública con la alianza Parody – Mockus, pero sería bueno, o no tan malo, para Bogotá que la gente le apostara a esa llave. Para darle una nueva dinámica a las elecciones, a falta de apenas un mes escaso de la elección. Para que se hiciera realidad una tercera vía, perdón, una tercera fuerza capaz de inquietar las candidaturas del escarabajo Peñalosa y del ex angelito Gustavo Petro.

Colofón: Candidato: de cándido, es decir, blanco, puro, limpio, inmaculado, impoluto.  Procede del latín candidatus, el que viste de blanco. Por esa razón las mujeres se visten de blanco el día de su boda. El blanco simboliza pureza, candor. El aspirante a la Alcaldía de Bogotá que reúna al menos dos de estas cualidades, que lance la primera encuesta. Pero parece que todos ellos en este sentido están más maculados y polutos que la heroína de Gabriel García Márquez, Ángela Vicario, a quien la noche de su boda, su esposo Bayardo San Román tuvo que devolver a su casa por eso: porque ya la habían maculado y por poluta. ¿Ustedes qué opinan?

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