El MERIDIANO 82

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Venezuela, a pesar del látex

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Habitantes de Caracas hacen fila frente a un supermercado. / AFP

“Óyeme nena, que yo no como sin hambre,

que cuando como yo me meto en guante (…)

máximo confort garantizado, mira que el látex

no le gusta al vaticano”

– Desorden Público, Látex

Por Rubén Machaen* / @remachaen

Fotografías de comercios en cuyas vitrinas hay maniquíes de mujeres embarazadas luciendo un uniforme escolar han sido difundidas en redes sociales. Aunado a esto, un artículo de la agencia Bloomberg titulado The $755 Condom Pack is the latest indignity in Venezuela (El paquete de condones de $755 es la última indignidad en Venezuela) ha sido difundido tanto por venezolanos como extranjeros. Quienes lo firman, los periodistas Anatoly Kurmanaev y Andrew Rosati, desglosan desde la maltratada situación económica del país; los riesgos de incremento de embarazos y enfermedades de transmisión sexual; hasta la desconfianza de nuevas -y desconocidas- marcas de condones que ahora pululan en el país.

En junio de 2014, el presidente Nicolás Maduro anunció la apertura de la Fábrica Socialista de Condones, y las nuevas marcas que son repartidas en específicos centros de salud del país no son de fácil acceso. Acorde a la Federación Farmacéutica de Venezuela, la escasez de anticonceptivos es de un 60% en Caracas y 70% en el interior del país.

Mientras las cifras del Banco Mundial registraron a Venezuela en 2012 como el país con la quinta tasa más alta de embarazo entre adolescentes y las vitrinas de venta de uniformes escolares lucen maniquíes embarazados, el mensaje no es claro. Lo cierto es que la escasez responde al mismo patrón que le ha imposibilitado al venezolano conseguir harina para hacer arepas, leche, pollo y pañales: no derogar los dólares que la industria privada requiere para importar mercancía.

El link de mercadolibre.com que ofrece una caja de preservativos por 4760BsF ha sido quizás el más visitado del portal en los últimos días. Lo cierto es que el venezolano no ha dejado de tener sexo y a la titánica tarea de conseguir alimentos o medicinas, se ha sumado ahora la posibilidad de tener sexo seguro.

Aún no hay cifras oficiales -ni extraoficiales- sobre las consecuencias de la escasez de condones y pastillas anticonceptivas. Sin embargo, de extenderse este panorama, los programas escolares de prevención y orientación sexual pasarán a segundo plano, mientras el país continúa viviendo, esta vez, a pesar del látex.

*Periodista venezolano. Bloguero invitado.

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