El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

Una trágica historia de amor entre el migrante latinoamericano y el sueño americano

La violencia y  la pobreza son las principales causas por las cuales millones de personas huyen de sus países y buscan oportunidades en Estados Unidos. Desde hace unos meses, el fenómeno de la migración se ha incrementado y el país norteamericano tiene una especial responsabilidad de proteger a los migrantes.

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Por Marcela Alcántara Guerra*, México D.F. / @marcealguerra

En 1942 cientos de campesinos mexicanos cruzaron la frontera hacia Estados Unidos para nutrir la mano de obra mermada por la Segunda Guerra Mundial. El programa “Bracero”, que surgió del convenio entre el gobierno mexicano y el gobierno de Estados Unidos, fue el principio de una trágica historia de amor entre el migrante latinoamericano y el sueño americano. Millones de personas han dejado todo para salir de la pobreza y buscar un mejor futuro en nuestro vecino del norte. Muchos de ellos han hecho el viaje como polizones en camiones de carga, caminando largas horas o encima de un tren de carga apodado “la bestia”.

Desde hace unos meses el fenómeno de la migración ha sufrido un cambio radical. Miles de menores no acompañados y madres solteras están partiendo desde Centroamérica para hacer la peligrosa travesía cruzando México para llegar a Estados Unidos. Sin embargo, en esta ocasión “la línea” no se cruza en búsqueda de un mejor salario o una casa con barda blanca. Los migrantes ahora se han convertido en refugiados. Las madres viajan con sus hijas adolescentes para evitar ser violadas o prostituidas por la delincuencia organizada. En El Salvador, Honduras y Guatemala la gente huye de las Maras para encontrarse en México con los Zetas y otros grupos del crímen organizado.

De acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, San Pedro Sula, de donde proviene una gran cantidad de migrantes tienen índices de violencia que la colocan como la ciudad más violenta del mundo. Cuenta 169 homicidios por cada   100 mil habitantes. Otros estudios han comparado la situación de esta ciudad con la de Iraq durante la ocupación de Estados Unidos.

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De acuerdo a Martín Iñiguez, profesor experto en migración de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, existen varios factores que hacen que esta ola de migrantes sea diferente. En primer lugar, explica que el 80% de los menores que arriban a Estados Unidos lo hacen a través de “coyotes”, personas que son pagadas por ayudar a las personas a cruzar la frontera. Sin embargo, al arribar a Estados Unidos los menores declaran no estar acompañados para beneficiarse de la ley William Wilberforce que obliga a que tengan un proceso más largo y con mayores beneficios en caso de ser detenidos por las autoridades. En segundo lugar, reitera que se trata de una migración por razones de pobreza, marginación y altos índices de violencia. Finalmente, afirma que se ha visto un aumento de familias indígenas migrantes y mujeres solas que salen de sus países de origen ya no en búsqueda de la reunificación familiar, como fue en décadas pasadas, sino nuevamente por la situación crítica.

Respecto al deber de los estados por proteger a los migrantes, Iñiguez apuntó que Estados Unidos tiene una especial responsabilidad. En primer lugar, menciona el papel que tuvo en financiar a Guatemala y a El Salvador durante el periodo de la Guerrilla en Centroamérica y cómo esto afectó las condiciones de vida en estos países. También es importante considerar el impacto que tuvo en la violencia la deportación de Maras que hubo entre 2010 y 2012. Por otra parte, en cuanto a la protección internacional que tienen los menores migrantes en Estados Unidos, señala que no existen mecanismos internacionales que puedan hacer responsable al Estado en caso de violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el organismo encargado de la protección y promoción de los derechos humanos en el continente, sesionará esta semana en la Ciudad de México. Durante este periodo extraordinario de sesiones habrán audiencias públicas sobre la situación general de los derechos humanos en Centroamérica. Es de suponerse que en este contexto, el tema de los migrantes cobrará una especial relevancia al tratarse de una agenda compartida en la región. En ese contexto, es importante como afirmó el Profesor Iñiguez que los estados centroamericanos busquen mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Durante la semana se podrá ver en las audiencias públicas cuál es el papel de los estados y cuáles son los reclamos de las organizaciones de la sociedad civil. Mientras tanto, el problema sigue en aumento mientras los que antes eras migrantes ahora se convierten en refugiados.

 

*Bloguera invitada. Periodista mexicana.

Foto: EFE

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