El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

Sudán del Sur: una hambruna alimentada por el conflicto

Roda is a mother of two. She attended the clinic with both children suffering from severe malnutrition. They had extensive skin disease, as they were both suffering from scabies and infection.
Roda es una madre de dos. Ella asistió a la clínica con ambos niños que sufren de desnutrición severa. Tenían una enfermedad complicada en la piel. Ambos padecían de sarna e infección. / Fotos: Nicolas Peissel – MSF

El 25% de los menores de cinco años padece desnutrición aguda en las áreas de Dablual y Mirniyal. El gobierno declaró esta semana que es una tragedia «provocada por el ser humano». Relato y fotogalería.

Reporte de Médicos Sin Fronteras desde Madrid y Juba

Médicos Sin Fronteras (MSF) alerta que el prolongado conflicto en Sudán del Sur y especialmente en la zona central del país —en los condados de Mayendit y Leer— está teniendo un profundo impacto en la población, forzada a huir constantemente de los combates. Mujeres y hombres, niños y niñas, luchan cada día para acceder a servicios básicos, incluyendo alimentos, agua y atención médica. En las pasadas semanas, MSF ha detectado niveles de desnutrición extremadamente altos. Por ello, ha puesto en marcha una respuesta de emergencia para proveer atención médica a menores con desnutrición.

Lea sobre el conflicto en Sudán del Sur

«La extrema violencia ha tenido un gran impacto en la capacidad de las personas para satisfacer necesidades básicas como agua potable, suministros de comida, refugio y atención médica», afirma el coordinador del proyecto de MSF, Nicolas Peissel. «La gente ha perdido todo y todos los días hace lo imposible por sobrevivir».

El avión de MSF que suministra medicamentos en Dablual, una de las zonas más afectadas por el conflicto.
El avión de MSF que suministra medicamentos en Dablual, una de las zonas más afectadas por el conflicto.

En enero, los equipos de MSF de trabajadores comunitarios de salud detectaron niveles muy altos de desnutrición en los niños de las áreas de Dablual y Mirniyal, en el norte de Mayendit. Descubrieron que el 25% de los menores de cinco años padecía desnutrición aguda global y el 8,1% de los menores de cinco años sufría desnutrición aguda severa.

«Esto significa que 1 de cada 4 niños que hemos atendido en nuestras clínicas tienen desnutrición y casi 1 de cada 10 está grave», destaca Peissel. «Se tratan de cifras muy preocupantes».

Ante esta situación, la semana pasada MSF amplió la atención de sus clínicas móviles regulares para incluir tratamiento para la desnutrición.

Debido a la falta de seguridad en la zona, resulta imposible abrir un hospital o incluso remitir a los pacientes a otro centro de salud, ya que pondría en peligro tanto a estos como al personal médico. En estas condiciones, proporcionar asistencia médica es un gran desafío ya que la gente se desplaza constantemente de un lugar a otro buscando protección.

El equipo de MSF sale de Dablual donde tuvo la primera clínica móvil para ir a Rieri. A veces tienen que caminar por largas horas, así que contratan a personas de la comunidad local para ayudarles a llevar el suministro.
El equipo de MSF sale de Dablual donde tuvo la primera clínica móvil para ir a Rieri. A veces tienen que caminar por largas horas, así que contratan a personas de la comunidad local para ayudarles a llevar el suministro.

Ataques a las aldeas

Nyayolah llegó a una clínica de MSF con sus gemelos de un año; ambos padecían desnutrición. «En octubre y noviembre nos vimos obligados a huir de nuestro aldea hasta tres veces para escondernos en el monte. Aprendimos a distinguir el ruido de los coches y los tanques de los hombres armados, y cogimos todo lo que pudimos llevar con nosotros antes de huir. Nos dispararon y saquearon nuestras casas. Corrí con mis hijos en brazos y mi hija de cuatro años a mi lado. Vimos a gente caer al suelo tras resultar alcanzados por los disparos. Otros tiraban sus pertenencias porque no podían correr suficientemente rápido. Nos escondimos entre los arbustos hasta la noche y volvimos cuando los soldados se habían ido. Después de cada ataque, volvíamos a casa y había menos cosas. Primero, desaparecieron nuestro ganado, las cabras y las gallinas, después lo hicieron nuestras cosechas y, finalmente, nuestras casas fueron saqueadas y quemadas».

Unas semanas más tarde, la familia de Nyayolah decidió abandonar su casa y buscar refugio en una isla en los pantanos. Durante un viaje de 17 horas, sobrevivieron recurriendo al agua del pantano y a la poca comida que pudieron llevar consigo.

Rose es promotora de salud para mujeres de MSF. Denuncia que "los hombres armados están matando a todo el mundo: mujeres, niños, ancianos y mujeres”.
Rose es promotora de salud para mujeres de MSF. Denuncia que «los hombres armados están matando a todo el mundo: mujeres, niños, ancianos y mujeres”.

«La gente se mueve porque huye constantemente de la violencia, en busca un refugio seguro para sus familias o simplemente tratando de llegar a recursos básicos», dice Nicolas Peissel. «Si les llega información de que tendrá lugar una distribución de alimentos en tal lugar viajarán en esa dirección. Así que tenemos que ajustar constantemente nuestras actividades médicas a los movimientos de población».

Las perspectivas para los próximos meses son nefastas, según Peissel. Con la actual temporada de sequía es probable que la comida sea aún más difícil de conseguir. «La situación de la población no tiene visos de mejorar si los sursudaneses no pueden encontrar un lugar seguro para vivir, con acceso a agua potable, alimento, refugio y atención médica», concluye Peissel.

James es un promotor de salud de MSF. Después de sus consultas, los pacientes acuden a él para obtener su suministro de medicamentos y alimentos terapéuticos.
James es un promotor de salud de MSF. Después de sus consultas, los pacientes acuden a él para obtener su suministro de medicamentos y alimentos terapéuticos.

La red de trabajadores locales que está salvando vidas en Sudán del Sur

Más de tres años de conflictos sostenidos y violencia contra civiles han afectado enormemente a la población de Sudán del Sur. Más de 3 millones de personas han sido desplazadas internamente o han huido del país y cientos de miles han sido incapaces de acceder a asistencia médica o humanitaria.

Los condados de Mayendit y Leer junto con las áreas circundantes han sido severamente afectados por el conflicto. La población está luchando cada día para tener acceso a servicios básicos, incluyendo alimentos, agua y atención médica.

Desde agosto de 2016, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado brindando atención primaria de salud a la población en Leer y Mayendit, a través de una red de trabajadores de salud de la comunidad local. En enero de 2017, se encontraron niveles muy altos de malnutrición en el norte de Mayendit, en las localidades de Dabluad y Mirniya. Estas imágenes retratan la lucha de Sudán del Sur por sobrevivir.

El equipo médico inició consultas en Rieri, para poder mantener un perfil bajo y salir rápidamente en caso de que la situación se deteriore, se quedan al aire libre bajo un árbol.
El equipo médico inició consultas en Rieri, para poder mantener un perfil bajo y salir rápidamente en caso de que la situación se deteriore, se quedan al aire libre bajo un árbol.

*Esta es una nueva entrega de la colaboración entre Médicos Sin Fronteras (MSF) y el blog El Meridiano 82.

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