El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

Mujica, 79 años

El presidente de Uruguay, José Mujica, cumple años en el apogeo de su imagen internacional. En su país, el 52% lo respalda.

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Quizás no exista en este momento un personaje más buscado por los medios de comunicación que el presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica. En apenas una semana, el mandatario le concedió entrevistas a El País de Madrid, el Mercurio de Chile, el británico The Guardian, los estadounidense CNN y The Wall Street Journal, CCTV de China, Russia Today, los italianos RAI, La Republicca y L’Espresso, el alemán Sudeustche Zeitung, O Globo de Brasil, Star de Bosnia, Le Figaro y Le Monde Diplomatique de Francia, y Nos de Holanda, además de la Agencia Efe, entre otros.

Hace una semana viajó a Estados Unidos en donde obtuvo todo lo que fue a buscar: apoyo en temas educativos y comerciales, la posible exención de la visa para que los uruguayos viajen a ese país, el reconocimiento del derecho de Uruguay a tomar medidas contra el tabaco para defender la salud en mitad del pleito que mantiene su país con la multinacional Philip Morris, y el reconocimiento a su figura como el líder latinoamericano por excelencia.

El «establishment» de Washington hoy alaba su figura y a su Gobierno, a pesar de que Mujica habló de temas espinosos: pidió levantar el embargo a Cuba y le dijo a Obama que “para América Latina lo mejor es que EE.UU. no se meta”. Habló de Venezuela, en donde aseguró hay que defender la Constitución en lugar de apoyar a quien intenta derrocar al gobierno y, finalmente, pidió apoyo al proceso de paz colombiano.

Esas posturas, ya conocidas en varias esferas, lo han hecho ganador de una gran reputación y a un estilo práctico. El mismo con el que hoy celebrará su cumpleaños número 79, sin ninguna celebración programada en su agenda oficial. Dicen en la sede presidencial de Uruguay que el presidente “no suele hacer nada especial para su cumpleaños”.

La personalidad, su filosofía de vida, su residencia en una granja de Montevideo alejado de todo lujo y la forma de hacer política, bastante distante de la tradicional, lo han hecho uno de los personajes más mediáticos.

A mediados de la década de los sesenta, el «Pepe» fundó el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros) junto con Raúl Sendic, entre otros. Como integrante de esa guerrilla urbana estuvo preso durante 14 años y en duras condiciones antes y durante la dictadura que gobernó en Uruguay entre 1973 y 1985. Tras la recuperación de la democracia fundó el Movimiento de Participación Popular (MPP), que lo tiene como su líder, y con él ingresó a la coalición de izquierda Frente Amplio (FA).

Fue elegido diputado en las elecciones de 1995 y senador en las de 2000, reelegido en 2005 y ocupó el ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca durante el primer Gobierno del FA en la historia, con Tabaré Vázquez (2005-2010) como presidente.

De Vázquez recibió la banda presidencial el 1 de marzo de 2010 y varios de sus «compañeros» de armas en la guerrilla como Eleuterio Fernández Huidobro y Eduardo Bonomi lo acompañan en el Gobierno como ministros de Defensa Nacional e Interior, respectivamente.

Sus ideas renovadoras, como la reciente legalización bajo supervisión estatal de la producción y venta de marihuana, según proclama para «enfrentar de otra forma el narcotráfico», y la aprobación del matrimonio homosexual también contribuyeron a que el mundo mire hacia Uruguay.

A cinco meses para las elecciones presidenciales, en las que no se puede presentar a la reelección porque la Constitución uruguaya lo prohíbe, Mujica tiene el 52 % de aprobación de sus compatriotas, según una encuesta difundida la pasada semana. Un 30 % de los uruguayos desaprueba la gestión del mandatario de acuerdo a la encuesta de la empresa Cifra y el 18 % no la aprueba ni la desaprueba. Cuando se acaba el periodo presidencial Mujica se dedicará a enseñar a los jóvenes de familias de bajos recursos el amor por la tierra. El mandatario inició su gestión en marzo de 2010 con una popularidad del 67 % y llegó a caer hasta el 48 % en 2012.

En su reciente visita al Banco Mundial, el presidente pidió que se desmitifique su figura y no se le compare con el fallecido líder sudafricano Nelson Mandela, encarcelado como él por motivos políticos pero de quien dijo juega «en otra liga».  «No soy Mandela. Soy el Pepe, un muchacho de barrio. Pedí un juego y me tocó jugar este partido», afirmó. “Me tomé un montón de años de cana (cárcel) pero no porque soy un héroe. Me los comí porque me agarraron”, afirmó.

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