El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

La líder caucana que volvió a regar su jardín

Otra entrega de la colaboración entre Médicos Sin Fronteras (MSF) y El Meridiano 82.

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Foto de Anna Surinyach/MSF

Por Yovana López, psicóloga clínica de Médicos Sin Fronteras.

Al llegar a aquel lugar no se puede pensar en otra cosa más que en lo mágico y maravilloso de sus montañas y sus paisajes. La cordillera del Cauca es un lugar que invita al descanso y a pensar en la majestuosidad de la naturaleza. Eso es quizás lo primero que llega a la mente del que pisa por primera vez ese lugar en medio de montañas y carreteras destapadas. Sin embargo, la realidad que se vive allí es otra, un eterno miedo y zozobra que atraviesa los corazones y pensamientos de sus habitantes. Allí, en ese lugar, se han escuchado las historias menos insospechadas, historias que le dan otro significado a la violencia que se vive y que forma parte de la cotidianidad de sus habitantes.

Es ahí donde vive Magdalena*, ya mayor, con casi 62 años, con una historia de familia muy similar a tantas en esta zona del país, madre de tres hijos ya mayores e independizados, con una pareja estable quien le acompaña aun en las noches de angustia y con una carga importante sobre la comunidad donde vive, pues es considerada una líder innata.  A Magdalena el ser líder le ha dado grandes momentos de satisfacción, pero también ahora es una de las razones que la acercan al miedo y la depresión.

Esta mujer muestra la necesidad de hablar de lo que “no se puede hablar”,  y por ello decide ir a la consulta de Médicos Sin Fronteras (MSF) y darse la oportunidad de recibir una atención que nunca esperó que llegara a su comunidad. Al entrar al consultorio solamente quiere llorar, se siente su profunda tristeza y miedo.  Y en un instante toma fuerzas para decir con voz entrecortada: “A mí me aniquilaron. Ya no soy yo”. Una frase contundente que queda retumbando en el ambiente y explica el dolor que llevaba dentro; se le llenan de lágrimas los ojos al recordar cómo fue amenazada en varias ocasiones por la guerrilla debido a su papel de lider, y por esa razón tuvo que renunciar a su  rol en la comunidad y ver cómo todo lo que tanto había luchado para sus paisanos se venía al suelo.

Ese fue el punto de partida para Magdalena, quien en aquel momento inició un camino de reconstrucción y re significación de las situaciones de violencia vividas durante muchos años en su comunidad.  Una historia marcada por amenazas, por artefactos explosivos en los lugares menos esperados y por el dolor causado por la muerte de personas valiosas de su comunidad.

Es Magdalena quien ahora, tras asistir a varias sesiones de terapia psicológica, empieza a dar un nuevo significado a la vida, a su propia vida, reconoce sus logros y ve el cambio que esta terapia está causando en ella. Y esta vez se apresura a decir, con la seguridad que ha recobrado después de tanto tiempo: “Ya no me quiero morir, ahora estoy mejor y sólo sueño con el día en que todo sea diferente. Aún tengo miedo, eso es normal en este lugar porque no se sabe en qué momento vuelva a pasar algo. La noche me da miedo. Supongo que será por todo lo que me ha pasado. Y aunque sé que todavía me falta mucho por superar, ahí voy, poco a poco, tratando de estar mejor”.

Hoy, Magdalena sigue asistiendo a sus sesiones de atención psicológica y ha empezado a hacer cosas que antes no se atrevía a realizar: se ha tomado su tiempo para regar su jardín, viejo hábito que había dejado de lado hacía mucho y con el que ahora vuelve a disfrutar.

Como ella, son muchas las personas de este lugar que acuden al servicio de psicología y expresan la necesidad  de recibir esta atención. Este lugar donde el valor de la escucha y el sentido dado a la palabra del otro han dado significado a las personas. Estas personas que asistiendo a la consulta reafirman la importancia de la atención integral  y del acceso a los servicios de salud mental en el primer nivel de atención.

Los psicólogos de MSF hacen terapia individual y grupal en los hospitales de los municipios de Cauca Cordillera y en sus veredas. De esta forma, las poblaciones dispersas también tienen acceso a las terapias psicológicas. Además, los psicólogos  sociales trabajan con líderes de la comunidad, promotores de la salud, parteras y docentes en temas de prevención.

*El nombre del paciente ha sido cambiado para preservar la confidencialidad del paciente

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