El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

“De repente el barco comenzó a balancearse y nos percatamos de que estábamos hundiéndonos»

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«Yo puedo nadar, pero ella no… ¿cómo pude sacarla del agua cuando todas las demás personas estaban tratando de mantenerse a flote…?»

Mohammed, de 35 años, abraza fuertemente a su hija Azeel, de un año, mientras su esposa, Diana, confundida, sus ojos enrojecidos intensamente por el agua salada, trata de calmarse en un área hospitalaria a bordo del Dignity 1, barco de búsqueda y salvamento de Médicos Sin Fronteras (MSF).

Esta familia palestina estuvo a pocos segundos de perder a su hija cuando una embarcación de madera, sobrecargada, que los llevaba hacia Europa, zozobró y volcó a 14 millas de la costa libia. El equipo de rescate irlandés los trasladó al barco de MSF porque Diana necesitaba atención médica urgente. Hace apenas una semana se había sometido a diálisis para sus riñones.

La familia, aún traumatizada por el accidente, no podía comprender lo que estaba sucediendo. «El barco tenía problemas desde que salimos de Libia, y tuvimos que achicar agua en la sala de máquinas. Después las cosas parecían mejorar, y la mar estaba en calma. Entonces, de repente el barco comenzó a moverse y a balancearse y nos percatamos de que estábamos hundiéndonos».

Cuando el Dignity I llegó al lugar, no encontró nada más que los restos de la embarcación de madera en la que Mohammed y su esposa huyeron de la guerra y la inestabilidad en Libia, donde ellos vivían.  «El país está dividido entre rebeldes y la milicia. Allí no hay futuro para nosotros, ni para nuestra hija. En Libia nos trataron como a la peor especie de seres humanos y la gente abusó de nosotros.  Teníamos que huir.»

Todavía estupefactos por haberse salvado, toda la familia fue evacuada hacia la costa italiana, donde Azeel y su madre podrían recibir un tratamiento adecuado y recuperarse del trauma que habían presenciado en el mar.

 

*Otra entrega de la colaboración entre Médicos Sin Fronteras (MSF) y El Meridiano 82.

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