El MERIDIANO 82

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¿Cómo Catar compró el Mundial de 2022?

No es el primer escándalo de corrupción que rodea a Mohammed Bin Hammam, un magnate catarí que en 2012 fue inhabilitado de la Fifa de por vida.

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Por Daniel Salgar Antolínez / @DanielSalgar1

“He visto la cara fea del fútbol”, manifestó Mohammed Bin Hammam en 2012, cuando fue inhabilitado de por vida de la Fifa por acusaciones de soborno. Se suponía que desde entonces este magnate de la construcción catarí no podía ejercer funciones vinculadas al fútbol, pero parece que ha vuelto a las canchas: revelaciones hechas por el diario británico The Sunday Times indican que habría usado su fortuna para lograr que su país se impusiera con 14 de los 22 votos en la elección de la sede de la Copa Mundo de 2022  frente a Estados Unidos, Australia, Japón y Corea del Sur.

El escándalo estalló desde 2010, en el mismo momento en que Catar, un diminuto emirato del Golfo Pérsico sin tradición futbolística, fue seleccionado como la sede del evento deportivo más importante del planeta para 2022. Hace una semana, en vísperas del inicio del polémico Mundial de Brasil, las sospechas empezaron a crecer cuando el Sunday Times reveló información obtenida mediante miles de correos electrónicos, faxes y facturas. La información probaría la existencia de diez fondos controlados por Kemco, la empresa de construcción de Bin Hammam, a través de los cuales se hicieron pagos y transacciones por hasta US$200.000 a las cuentas de los presidentes de 30 asociaciones de fútbol africanas. Si bien estos presidentes  no tenían derecho a voto, sí podían tener una cierta influencia en el resultado de la elección de la sede del  Mundial en 2022.

Además, Bin Hammam habría depositado 1,1 millones de euros meses antes de la votación en cuentas bancarias controladas por Jack Warner, exdirectivo de la Fifa y miembro del comité por Trinidad y Tobago. Así, según The Sunday Times, el magnate catarí organizó “una campaña encubierta de sobornos y agasajos” para recabar apoyos para la candidatura de su país.

El comité de organización del Mundial de fútbol de Catar 2022 (SCDL) negó la información publicada por The Sunday Times: «La candidatura de Catar 2022  siempre actuó con la máxima ética e integridad para conseguir la organización de la Copa del Mundo de 2022», afirmó mediante un comunicado.

La Fifa abrió una investigación dirigida por el abogado neoyorkino Michael J. García. Michel Platini, la máxima autoridad del fútbol europeo y cabeza de la UEFA, y Jim Boyce, vicepresidente de la entidad, han manifestado su voluntad de que, si se comprueba algún acto de corrupción, el Mundial de 2022 cambie de sede.

Este no es el primer escándalo que rodea a Mohammed bin Hammam. En 2011, el magnate catarí fue inhabilitado de por vida de la Fifa por acusaciones de soborno. Al parecer buscaba apoyos para buscar llegar a la presidencia de la organización en ese año y destronar al suizo Joseph Blatter. Fue acusado de haber comprado votos durante una reunión de la Confederación de Fútbol del Caribe, a comienzos de mayo de 2011, en Trinidad y Tobago, con sobres que contenían US$40.000. Sin embargo, el catarí llevó esta acusación ante la Corte de Arbitraje del Deporte y cinco meses después la inhabilitación fue suspendida por falta de evidencia.

En diciembre de 2012 la Fifa le impuso de nuevo una inhabilidad vitalicia, con base en un informe de Michael J. Garcia – presidente del órgano de decisión de la Comisión de Ética y el mismo que lleva hoy el caso de Bin Hammam-, en el cual se constataban violaciones reiteradas del artículo 19 (conflicto de intereses) del Código Ético de la FIFA,  por parte del Catarí durante sus mandatos en calidad de presidente de la Confederación Asiática de Fútbol  (AFC) y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA entre 2008 y 2011. Desde entonces, se supone que Bin Hammam no podía ejercer funciones vinculadas al fútbol.

El catarí ha negado siempre las acusaciones de la Fifa, indicando que están basadas en cuestiones políticas. Al ser inhabilitado escribió: “Esto es sólo una batalla, no la guerra (…) Rechazo los resultados y sostengo mi inocencia y continuaré luchando a través de las vías legales disponibles. El comité de ética de la Fifa, aparentemente, ha basado su decisión en una llamada evidencia «circunstancial». Estamos seguros de la solidez de nuestro caso e invitamos a la Fifa a hacer disponible a los medios de comunicación una transcripción completa de este proceso”.

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En medio de estos escándalos el propio presidente de la Fifa, Joseph Blatter, ha dado declaraciones muy polémicas. Dijo que fue “un error” escoger a Catar como la sede del Campeonato de 2022. Luego la Fifa tuvo que aclarar que esta afirmación estaba solo relacionada al problema de las temperaturas (entre 45 grados y 50 grados centígrados) que tendrían que enfrentar los equipos durante el verano catarí.

El clima, sin embargo, es el menor de los problemas que rondan el Mundial de Catar. De hecho, la monarquía catarí ya anunció que, entre otras extravagancias, prepara una tecnología especial para refrigerar los camerinos, las canchas y las tribunas durante el verano. Un problema mayor es la explotación y muerte de obreros migrantes que trabajan en los lujosos escenarios de la copa mundo.

Según un informe de Amnistía Internacional, muchos de los trabajadores encargados de las multimillonarias construcciones están en condiciones de hambre, miseria, y hasta tienen pensamientos suicidas. Algunos de ellos, según el documento, son tratados como “animales” y cientos están muriendo en las obras para albergar la Copa del Mundo. Además, los obreros extranjeros no pueden cambiar de trabajo ni abandonar el país sin tener un permiso de sus patrocinadores, que con frecuencia son empresas cataríes o personas que utilizan a los trabajadores para negocios con fines de lucro. Así, resulta que muchos están literalmente encerrados en Catar. Esta es toda una paradoja al tratarse del país más rico del planeta (si eso se determina por la proporción del Producto Interno Bruto per capita).

La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha llegado a declarar que Catar es un “Estado esclavista” y que la monarquía catarí ha hecho muy poco para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Según la CSl, en caso de que las condiciones actuales no cambien, por lo menos 4000 trabajadores inmigrantes podrían morir antes del inicio del torneo. El record de derechos humanos podría convertirse en un factor más para que la Fifa piense en un cambio de sede.

Vea aquí una nota sobre la explotación de trabajadores extranjeros en Catar

Fotos: AFP

 

 

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