El invitado

Publicado el castor131

Farándula (Geografía)

La geografía social de Rock al Parque es sagrada. Tiene esta especie de jerarquía que demuestra quién es quién. Si usted quiere disfrutar el festival, haga caso de esta geografía… sin darle demasiada importancia. La vida no es color de rosa y menos en un festival como este.
Como ya lo he dicho en otras entradas, lo primero que uno ve es la tarima al fondo, una tarima que trata de alcanzar sin lograrlo, pues siempre hay un foso que se interpone. Es una tarima sobre la que se centra toda la atención. Todo el mundo ve hacia ella, o más o menos todo el mundo. La tarima es gigante y monstruosa etc. (Lean mi artículo sobre los pogos y verán de lo que les hablo). El público, como es costumbre, está justo al frente. Hasta ahí todo va bien, nadie se ha perdido.
Alrededor de los dos componentes que ya hemos visto hay unas gradas. Estas gradas también están llenas de gente. A menudo es gente de más edad, y casi que la geografía social de Rock al Parque podría centrarse en el aspecto de los años que usted ha asistido al festival. Pero hay algo más… dirija su mirada hacia arriba. Sobre este cúmulo de gente hay unas carpas de lona. Adentro hay sofás y mujeres bonitas. Son las carpas dedicadas a la prensa.
Nadie presta atención a estas carpas, sólo en ocasiones. Pero son de lo más importante. Su posición geográfica y su disposición interna pareciera la de los palcos en la opera. Pues estos sitios no están ni adentro ni afuera. Claro, tienen una vista que da al exterior. Una raja en toda la carpa que permite una conexión con el exterior. Y, sin embargo, el sofá hace que el ambiente se convierta en un lugar privado. Allí se recibe a la gente que se quiera, no a cualquiera.
Por la raja de la carpa se observa y se es observado. Conny Camelo puede a veces mostrar sus piernas y nosotros, el público, las vemos y fantaseamos con ellas. Las mujeres alternativas también tienen piernas, querido espectador del espectador.
Este cúmulo de deseos, el límite entre el lugar público y el lugar privado es la fantasía de todo espectador de Rock al Parque. Estar allí sería lo máximo. Sentado en el sofá, sin ningún límite para las piernas de Conny Camelo. Conny Camelo, te amamos. Esperamos que estés bien y que no aparezcas en otra telenovela de RCN.
Y no sólo se trata de tener los beneficios sensuales de la intimidad. Pues esa intimidad puede ser vista por todos. Si estuviera allí, tocándole las piernas a Conny Camelo todo el mundo lo vería. Y, en cierta medida, sería un héroe del rock nacional.

MODA3

La geografía social de Rock al Parque es sagrada. Tiene esta especie de jerarquía que demuestra quién es quién. Si usted quiere disfrutar el festival, haga caso de esta geografía… sin darle demasiada importancia. La vida no es color de rosa y menos en un festival como este.

Como ya lo he dicho en otras entradas, lo primero que uno ve es la tarima al fondo, una tarima que trata de alcanzar sin lograrlo, pues siempre hay un foso que se interpone. Es una tarima sobre la que se centra toda la atención. Todo el mundo ve hacia ella, o más o menos todo el mundo. La tarima es gigante y monstruosa etc. (Lean mi artículo sobre los pogos y verán de lo que les hablo). El público, como es costumbre, está justo al frente. Hasta ahí todo va bien, nadie se ha perdido.

Alrededor de los dos componentes que ya hemos visto hay unas gradas. Estas gradas también están llenas de gente. A menudo es gente de más edad, y casi que la geografía social de Rock al Parque podría centrarse en el aspecto de los años que usted ha asistido al festival. Pero hay algo más… dirija su mirada hacia arriba. Sobre este cúmulo de gente hay unas carpas de lona. Adentro hay sofás y mujeres bonitas. Son las carpas dedicadas a la prensa.

Nadie presta atención a estas carpas, sólo en ocasiones. Pero son de lo más importante. Su posición geográfica y su disposición interna pareciera la de los palcos en la opera. Pues estos sitios no están ni adentro ni afuera. Claro, tienen una vista que da al exterior. Una raja en toda la carpa que permite una conexión con el exterior. Y, sin embargo, el sofá hace que el ambiente se convierta en un lugar privado. Allí se recibe a la gente que se quiera, no a cualquiera.

Por la raja de la carpa se observa y se es observado. Conny Camelo puede a veces mostrar sus piernas y nosotros, el público, las vemos y fantaseamos con ellas. Las mujeres alternativas también tienen piernas, querido espectador del espectador.

Este cúmulo de deseos, el límite entre el lugar público y el lugar privado es la fantasía de todo espectador de Rock al Parque. Estar allí sería lo máximo. Sentado en el sofá, sin ningún límite para las piernas de Conny Camelo. Conny Camelo, te amamos. Esperamos que estés bien y que no aparezcas en otra telenovela de RCN.

Y no sólo se trata de tener los beneficios sensuales de la intimidad. Pues esa intimidad puede ser vista por todos. Si estuviera allí, tocándole las piernas a Conny Camelo todo el mundo lo vería. Y, en cierta medida, sería un héroe del rock nacional.

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