El miércoles 4 de abril regresó el radioteatro a Colombia, gracias al FITB, a la Radiodifusora Nacional de Colombia, hoy Radio Nacional de Colombia. La adaptación se realizó por primera vez en 1954 y estuvo a cargo de Bernardo Romero Lozano, precursor del género en nuestro país. En esta ocasión su nieta, Adriana Romero, se encargó de la dirección de esta obra, y estuvo acompañada por actores y actrices colombianos.
Y es que en los años dorados del radioteatro, grandes voces llegaron a los hogares colombianos gracias al talento, la rigurosidad y el ingenio de los actores y actrices que más adelante, serían los protagonistas de la naciente televisión colombiana de los 50. Quizá este evento no sería tan significativo sin la presencia de algunos de ellos, quienes en la noche del miércoles hicieron presencia sin perderse una línea de esta obra radiofónica.
La magia del radioteatro se genera gracias a las voces de quienes interpretan la obra, a la música que aporta ritmo, atmósferas y estructura narrativa, pero además al manejo de los silencios y efectos, que permiten al oyente imaginar las situaciones y personajes. Y en la noche del miércoles fue maravilloso presenciar la elaboración artesanal y en vivo, de los efectos sonoros que nutren la acción, en este caso gracias a Gabriel Vanegas quien acompañó al equipo de creativos en esta aventura.
De esta presentación queda la gratitud a quienes durante tanto tiempo como en esta ocasión, entregaron su talento al deleite de los oyentes – espectadores que ocuparon la sala.
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