Algunas personas en vez de pensar en el sexo como algo maratónico y rendidor, disfrutan más de los estímulos sutiles y de los juegos eróticos creativos. Yo les llamaría “amantes gourmet”, su repertorio sensual abarca a todos los sentidos y utilizan la creatividad para aprovechar las infinitas posibilidades de placer. Dentro de su maletín, que por cierto no deja de nutrirse de nuevas herramientas en cada momento, los besos son actores principales.
La boca es el punto de partida de sensaciones sumamente diversas, que a la vez pueden aplicarse a diferentes partes del cuerpo, en momentos distintos del encuentro erótico y además con significados y mensajes muy específicos. El beso es un tesoro que solamente descubren, interpretan y disfrutan quienes tienen la disposición para recorrer caminos diferentes, más allá de la genitalidad y el desenfreno del orgasmo.
Parece mentira, pero ¡cuántas cosas podemos hacer con la boca! Morder suavemente los labios, las mejillas, las orejas, el cuello; acariciar con tu labio inferior diferentes partes del rostro, en un recorrido sensual; dar besos pequeños en zonas muy puntuales, y de repente besos con una fuerte presión en los labios; lamer con la punta de tu lengua los bordes de los labios; succionar, primero suave y luego más fuerte, el labio superior, el inferior o los dos juntos; jugar con las lenguas a una danza en la que se acarician, se entrelazan, y se penetran. Además, olfatear a tu pareja en situación de semejante intimidad, escuchar los sonidos del beso, observar sus gestos de placer y acariciar su rostro o tomar sus manos son condimentos que completan la escena.
En ese viaje capitaneado por los labios, está bueno tomarnos el tiempo para transitar lentamente desde los besos suaves hasta los más intensos, sin saltearnos ninguna escala. No te olvides de que todo gourmet que se precie de tal se detiene en cada uno de los sabores para disfrutarlos al máximo.
Es curioso, pero las parejas estables suelen perder el tiempo y espacio dedicado al arte de besar, y así es como la pasión se apaga transformándose en rutina y quizás desinterés. Otras parejas en cambio nos enseñan que el beso es el camino para seguir descubriéndose, para inventar juegos diferentes, y para mantener una conexión íntima desde los sentidos más primitivos como el olfato y el gusto.
Siempre hay tiempo para aprender. Hace algunos años comencé mi trabajo con parejas que están en la búsqueda de desarrollar habilidades eróticas, y mi taller de técnicas del beso ha resultado un buen camino. Dedicarse algunas horas a explorar los diferentes tipos de besos, en un ambiente romántico e íntimo, trae al presente aquellos recuerdos más intensos y crea las condiciones para inventar aquellos besos que son solo para una pareja en especial. En tu casa, o quizás en un ambiente diferente, puedes realizar tu propio taller y dedicarle un par de horas al arte de besar. Abajo te dejo un video que te servirá como una guía general, y luego le vas dando una forma que puede ser tan personal como tu huella digital. Espero que estas líneas sirvan para reivindicar al beso, sin dudas la herramienta erótica más poderosa que existe.
Si quieres saber más sobre las técnicas del beso, te invito a participar el próximo martes 14 de mayo en un hangout que realizaré, a las 10:00 AM, a través del canal de Youtube de El Espectador. Los Hangouts de Google+ permiten crear videoconferencias para conectarse simultáneamente, a través de video y audio, en cualquier lugar. También permiten realizar reuniones virtuales y compartir documentos en tiempo real.