El Erotismo Infinito

Publicado el Ezequiel López Peralta @citaconezequiel

Cuidado: mujeres «impotentizadoras» a la vista

En un congreso de Sexología escuché, años atrás, a un querido colega argentino (el Dr. Adrián Sapetti) hablar sobre las mujeres «impotentizadoras»: aquellas que son expertas en provocar problemas sexuales en sus parejas. En ese mismo acto -no sexual sino académico- también habló de las «vaginas eyaculógenas», tema que será tocado más adelante en otra entrada de este blog.

Entonces vamos por partes. Que un problema sexual se manifieste en el funcionamiento de uno de los dos miembros de la pareja, por ejemplo el hombre, no quiere decir que sea solo responsabilidad de él. En mi recorrido como psicoterapeuta sexual he observado muchas situaciones en las cuales ellas son al menos parcialmente causantes del problema. Esto no lo expongo con el ánimo de que te sientas culpable, ni tampoco es mi idea presentarme como defensor del género masculino. Solo espero que puedas entender mejor la situación, y hacer un aporte positivo si es que consideras que te equivocaste.

Pero, ¿cuáles son esos errores que cometes a veces sin querer, y que pueden tener esas consecuencias fatales?

Quizás el más grave de todos sea pensar a la escena sexual como un lugar de castigo. Él no te llevó a la reunión con sus amigos, o te dijo algo que no te gustó delante de su madre, y entonces tú se lo reprochas en pleno acto. O incluso, por ese mismo motivo, te niegas al acto como tal, hasta lo haces con total apatía, pero nunca dices las razones. Eso es lo que llamamos en psicología una personalidad “pasivo-agresiva”.

En la lista, y relacionado con lo anterior, también se incluyen las comparaciones con otros que estuvieron presentes en tu historia sexual. El que duraba más, te besaba mejor, tenía el pene más grande y alcanzaba mayor cantidad de orgasmos. Esos comentarios, que a veces haces a partir de un enojo, solo van a producir angustia, malestar, resentimiento, o incluso un golpe mortal a la autoestima.

Otra posibilidad es que te niegues a todo lo que sea un buen estímulo sexual para él: mostrar tu cuerpo, moverlo de manera sexy, practicar el sexo oral, el coito anal, hablar en un tono erótico, utilizar lencería sensual o juguetes sexuales. Por supuesto, no tienes que hacer todo lo que tu pareja desee, ni cosas que no te gusten. Pero cuando nada de que te piden del otro lado se pone en práctica, será difícil que tengan una buena respuesta.

Algunas mujeres son expertas en cometer todos los errores mencionados. Cuidado, a veces esto es síntoma de una fobia sexual, una falta de deseo grave o incluso conflictos serios y no resueltos en la relación con los hombres.

Si tu pareja presenta un problema sexual, no dejes de revisar cómo te comportas, porque allí puede estar al menos parte de la explicación. La sexualidad es como el tango, se «baila» de a dos, y la peor actitud es la de esconder la cabeza como un avestruz. Mirar la situación desde un ángulo más amplio, asumiendo responsabilidades de las dos partes, te engrandece y dignifica.

Seguimos intercambiando ideas en mi Twitter y en Facebook. ¡Hasta pronto!

 

Comentarios