Estoy en Quito, desde la ventana de mi casa observo que es un día gris y lluvioso. Sí, ya sé, es un lugar común pero no puedo evitar pensarlo: «Clima ideal para darle rienda suelta al deseo». Como buen soltero -por cierto, tema que abordaré próximamente- no siempre amanezco con compañía. Entonces, al decir de los psicoanalistas, sublimo y escribo. No está mal.
En mi libro “El erotismo infinito” planteo que la imaginación es la principal herramienta para convertirnos en amantes inolvidables, algo que tú seguro quieres lograr. Ese poder creativo es aplicable en diferentes momentos y situaciones eróticas, por ejemplo cuando decides preparar un ambiente sensual. Así es como llego a mi concepto de “combos eróticos”, que son combinaciones sensoriales para el disfrute de a dos.
El lugar en el cual tienes tus encuentros eróticos es una variable de peso considerable, ya que beneficia o estorba (según el caso) a la predisposición para el sexo. Además de sus ventajas en relación con el placer, el ambiente te comunica un mensaje acerca del significado que le das –o el otro le da- a la relación. Una cosa es que te inviten a un apartamento desordenado, descuidado, con temperatura fría y sin indicios de preparativos especiales para la ocasión, y otra encontrarte con un ambiente en el que ves detalles bonitos y con pormenores que indican claramente que esa es una situación importante. Las sorpresas y los arreglos especiales te hacen sentir especial. Si deseas hacer sentir a tu pareja como un rey o una reina, entonces dedica un tiempo a organizar la casa de Eros.
No hace falta que te compliques demasiado con la “logística”. Sentido común, intuición, conocimiento de los gustos del otro y mínimos recursos serán suficientes. Mientras que piensas en los detalles y comienzas a avanzar en la disposición de los elementos, el acto erótico ya está en marcha.
Para pensar en este “trabajo” es importante que imagines las posibilidades que existen desde cada uno de los cinco sentidos. Es ideal incluir al menos un elemento relacionado con cada sentido, es decir uno visual, uno táctil, uno olfativo, uno auditivo y uno gustativo. Veamos algunos “combos eróticos” a modo de ejemplo:
Combo 1. Velas blancas dentro de recipientes rojos, música árabe, aromas de jazmín, racimos de uvas y aceites para masajes.
Combo 2.Pétalos de rosa roja sobre la cama, música chill out, aromas de rosa, caramelos de violeta y sedas.
Combo 3. Ropa interior provocativa o disfraces eróticos, música rock, aromas de pachulí, champagne con helado de limón y vibrador.
Combo 4. Atardecer al aire libre, música de sonidos naturales (o los mismos sonidos del lugar), aromas a eucaliptos, chocolates con almendras y flores suaves para acariciar la piel.
Combo 5. Chimenea con el fuego encendido, música melódica, aromas a madera de sándalo, fondue de quesos y esferas para masajes.
Ahora sí… a elegir el que más te guste, y a disfrutar…
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