El Blog del Cerebro

Publicado el Virginia Rojas Albrieux

La Migraña

Migraine ArtSe habla de migraña desde los tiempos de Hipócrates (médico de la Antigua Grecia considerado “el padre de la medicina”). La migraña la padece una minoría de la población, mas ninguna civilización parece escaparse de ella.
Una migraña es un hecho físico, que puede ser también emocional o simbólico desde su inicio o a posteriori, y es el clásico ejemplo de una reacción psicofísica porque expresa necesidades tanto fisiológicas como emocionales.
La migraña puede dividirse en varios grupos:
La migraña común consiste en una variedad de síntomas agrupados alrededor del síntoma principal que es el dolor de cabeza. Existe la creencia que la migraña consiste en un fuerte dolor de cabeza, sin embargo, este no es el único rasgo de la migraña, es más, ni siquiera es un síntoma necesario en toda migraña.
El equivalente de migraña, en cambio, es cuando dominan otros componentes distintos al dolor de cabeza, como pueden ser ataques recurrentes de nauseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, fiebre, somnolencia, cambios de humor y asociado a estos, aunque menos frecuentemente, pueden presentarse también mareos, desmayos, etc.
El ataque de migraña clásica es aquel donde se presenta un aura migrañosa (alucinación sensorial de difícil descripción por parte del paciente), la cual puede manifestarse como un hecho aislado o seguido de dolor de cabeza, náuseas y otros rasgos.
Otras variantes menos frecuentes son la neuralgia de migraña, la migraña hemipléjica u oftalmopléjica y la pseudomigraña.
Todo ataque de migraña tiene sus determinantes reales, es decir, causas que las predisponen, excitan y favorecen. Dichos determinantes son infinitos y suelen presentarse en muchas combinaciones distintas, desde circunstancias físicas, fisiológicas y emocionales.
Los factores físicos, los factores internos relacionados con inestabilidades y periodicidades inherentes al sistema nervioso central, y poderosas necesidades y tensiones emocionales a las que no se le ha dado adecuada expresión o resolución pueden resultar en una migraña en el paciente vulnerable.
Hay migrañas que se manifiestan en intervalos regulares. A estas se le denominan migrañas periódicas, y suelen repetirse en lapsos entre 2 y diez semanas. Las otras migrañas que no son periódicas son las llamadas paroxísticas, y son aparentemente espontáneas, tendiendo a ser más dependientes de las circunstancias externas o emocionales del paciente.
Hay una tendencia a que la migraña se manifieste en varios miembros de un grupo familiar, lo cual lleva a la impresión de que hubiese un componente hereditario en ella. Sin embargo, algunos autores manifiestan que la incidencia familiar no implica necesariamente la herencia. Una familia no es solo una fuente genética, sino una circunstancia ambiental específica de gran peso en el individuo. Visto así, las migrañas también podrían ser adoptadas, aprendidas y emuladas en un ambiente familiar.
Entre aquellos pacientes con una historia de migraña de largo plazo, es posible que esta sea tan solo “la punta del iceberg” de un conjunto de asuntos más profundos.
Existen diversas formas de tratar la migraña. Los tratamientos médicos por lo general consisten en medicamentos para aliviar el dolor una vez esta se desencadena, y los médicos con frecuencia sugieren a los pacientes “aprender a vivir con ella”. Dichos medicamentos varían en sus niveles de éxito dependiendo del paciente y de la ocasión. En mi experiencia clínica he sido testigo de la gran mejoría que los pacientes migraña obtienen a través de Neurofeedback, técnica no invasiva, donde el cerebro aprende a autorregularse más eficientemente.

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