Ecuaciones de opinión

Publicado el Ignacio Mantilla Prada

Las universidades no solo nacen y se reproducen, también desaparecen, fracasan y resucitan. 

Es común que nos concentremos en la historia de las culturas, de los continentes, de los países y de los reinos estudiando sus divisiones, sus enfrentamientos, sus conquistas, sus fracasos y destacando a sus principales líderes políticos. 

Pero qué interesante es echar una mirada a la historia de la humanidad a través de la educación, aunque resulte ser muy ambicioso. Podemos hacerlo particularmente a través de las instituciones que se han formalizado en los últimos siglos como reconocidas universidades para cubrir la necesidad de la educación superior en la formación de los profesionales que fueron haciéndose necesarios para contribuir al avance de la humanidad. 

Curiosamente, al igual que ha ocurrido con algunos países que desaparecieron por diversas causas, también existieron universidades que alcanzaron un gran esplendor y que luego desaparecieron. 

La universidad que se reconoce como la primera que funcionó en el mundo, entendida como institución de enseñanza superior que confiere grados académicos, es la Universidad de Nalanda (India), fundada en el año 450. Sin embargo no es la que más tiempo ha sobrevivido, así que parece una contradicción que exista una universidad que nació antes que todas las demás, pero que por haber desaparecido ocho siglos después, no se reconozca como la más antigua. Por esta razón se suele presentar a la Universidad de Al-Karaouine (Marruecos), también denominada Universidad de Qarawiyyin, fundada casi 400 años después de Nalanda, más exactamente en el año 859, como la primera, aunque en realidad, dicho con precisión, es la más antigua todavía en funcionamiento.

Pero volviendo a la Universidad de Nalanda, hay que decir que se trató de una universidad budista que desapareció en 1193, cuando un rey turco destruyó la ciudad. Para esa época alcanzaba su mayor esplendor y tenía unos 10.000 alumnos. Pero recientemente, tras otros 800 años, más exactamente en el año 2014, se reabrió en un nuevo campus a unos 10 kilómetros de distancia de su ubicación original. Se trató entonces de su resurrección.

En Europa hay unos ejemplos que bien vale la pena mencionar: la Universidad de Colonia se fundó en 1388, fue una de las primeras de Alemania, después de la Universidad de Heidelberg que se estableció en 1386. Pero en 1794 los franceses invadieron la ciudad y en 1798 la Universidad de Colonia fue abolida por los invasores a causa del desobedecimiento que lideraron sus profesores para preservar la autonomía, independencia y libertad de cátedra. La Universidad de Colonia fue reabierta en 1919 y fue Konrad Adenauer, como alcalde de la ciudad, quien suscribió los nuevos estatutos. Justamente el día 19 de mayo pasado se celebraron 100 años de funcionamiento de la nueva Universidad de Colonia que cuenta hoy con cerca de 45.000 estudiantes.

La Universidad de Maguncia, también en Alemania, recibió a sus primeros estudiantes en 1477 convirtiéndose en una de las principales universidades católicas europeas. Tuvo grandes profesores, como el gran filósofo y matemático Gottfried Leibniz. Funcionó hasta 1823 cuando desapareció. Fue refundada en 1946 después de la guerra como Universidad Johannes Gutenberg, en honor al inventor de la imprenta, nacido en esta ciudad. Un importante mensaje para el mundo fue el hecho de haber usado los cuarteles del ejército ubicados en la ciudad para cambiarles su destino y convertirlos en la nueva sede de la Universidad de Maguncia.

La Universidad de Königsberg, conocida como la Albertina, fue la única universidad en Prusia Oriental que funcionó entre 1544 y 1944, sobresalió en Matemáticas y Astronomía, allí trabajaron muchos académicos destacados, incluyendo al matemático Jacobi. Fue bombardeada en 1944. Alemania perdió Königsberg y la ciudad fue rebautizada con el nombre de Kaliningrado. Los rusos reabrieron la universidad en 1967 y desde 2005 la llamaron Universidad Estatal Inmanuel Kant de Rusia, que suele asociarse con la tradición de la universidad alemana. Sin embargo, el archivo de la Albertina, incluyendo la expedición de diplomas y certificados, quedó bajo la administración de la Universidad Göttingen.

La Universidad de Breslau, la famosa Leopoldina, era una importante universidad alemana, que fue fundada en 1702. Tras la guerra, pasó a ser una universidad estatal polaca, todavía está en funcionamiento.

Algunas universidades han perdido su autonomía, su independencia o han sido absorbidas o controladas por otras instituciones; otras universidades han sufrido separaciones y desintegración de sus facultades, como la Universidad de París o Sorbona, de la que salieron trece universidades diferentes, que de alguna manera continúan su tradición. 

En Colombia tenemos el ejemplo de la Universidad Nacional, cuyo origen fue la Universidad Central de la República, fundada por el General Santander en 1826, que tenía sedes en Quito, Caracas y Bogotá. La de Bogotá funcionó hasta 1850 y fue la única sede que desapareció. Por fortuna en 1867 el Congreso de la República agrupó sus escuelas y facultades y creó la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, acto que celebramos con gran entusiasmo en la conmemoración del sesquicentenario el 22 de septiembre de 2017.

No pretendo hacer una revisión exhaustiva sobre las universidades que han sido creadas y luego han desaparecido tras 800, 400, 200, 100 o menos años. Pero no quiero concluir sin decir que las universidades también fracasan, algunas con pena y sin gloria, sin alcanzar mérito alguno, como ha sido el escandaloso caso de la Universidad Trump, que abrió sus puertas en 2005 y se cerró cinco años más tarde. Nunca tuvo licencia de funcionamiento para operar y defraudó a miles de incautos estudiantes con su oferta educativa. A pesar de la batalla legal que dio su propietario y fundador, siete años después tuvo que compensar con 25 millones de dólares a los miles de estudiantes afectados. Naturalmente estos ejemplos de fracasos, fraudes, estafas y engaños de universidades son también abundantes y Colombia no es una excepción.

@MantillaIgnacio

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