Con la reciente noticia sobre la entrega del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2019 al matemático e ingeniero Salman Khan y a la Khan Academy, la educación y el interés por llevarla a todas las personas en forma gratuita, se reconocen como esfuerzos que merecen un lugar destacado entre las apuestas más relevantes del mundo actual.
El diario El País de España ha señalado que Salam Khan es un profesor con millones de alumnos pues hay más de 60 millones de usuarios de 190 países que utilizan los videos de la Khan Academy, disponibles en más de 30 idiomas.
Desde 2008, cuando Khan se dedicó a esta tarea y produjo los primeros videos para cubrir los temas de matemáticas dirigidos a estudiantes de primaria y bachillerato, y descubrió la forma de hacer seguimiento al progreso de los alumnos, se han producido más de 20.000 videos que han sido reproducidos unos 1400 millones de veces. Actualmente la Khan Academy también ayuda a la preparación de exámenes de admisión universitaria.
El éxito de Khan ha sido tan sobresaliente como inesperado, lo que ha llamado la atención de un buen número de personalidades y organizaciones que han decidido apoyarle. Su trabajo, que en sus inicios estaba dirigido solo a los estudiantes, ha sido muy bien valorado por profesores y en general por personas de todas las edades que han contribuido también al perfeccionamiento, la ampliación y el alcance de su método de enseñanza.
El ejemplo de esta iniciativa tan exitosa nos debe animar para seguir innovando en la forma de enseñar o de aprender, haciendo uso de herramientas que comúnmente no usamos al 100% de sus capacidades.
Por mi propia experiencia he podido comprobar también que por fuera del grupo de estudiantes de diferentes niveles, que necesitan con urgencia las explicaciones para preparar una evaluación o presentar una tarea, hay un enorme grupo de personas que no han tenido buenas experiencias en el colegio con las matemáticas y que al detenerse a mirar de nuevo algún pequeño reto, encuentran gusto por enfrentarlo y sobre todo una gran satisfacción al comprobar que sí pueden resolver correctamente problemas de matemáticas.
En algunos casos ocurre un verdadero acto de reconciliación con las matemáticas. Es como un primer paso para reiniciar una relación que se había roto. Se recobra la confianza y el interés por profundizar en algunos campos, ya no como un deber sino como entretenimiento que produce placer. Las personas descubren “el placer de la comprensión”; su valor supera el de cualquier premio. Tal como lo dijo Albert Einstein refiriéndose a los científicos y citando al famoso matemático francés Henri Poincaré: “El científico encuentra su recompensa en lo que Henri Poincaré llama el placer de la comprensión, y no en las posibilidades de aplicación que cualquier descubrimiento pueda conllevar”.
Creo que en efecto, es la satisfacción de comprender y de comunicarlo con seguridad, uno de los mayores logros de las matematicas online. Las matemáticas en las redes sociales son como los trabajos en grupo, pero con miles de compañeros.
Expresiones como: “si me lo hubieran explicado así en el colegio” confirman que es posible hacer bastante aún, innovando para despertar la curiosidad por las matemáticas y para llenar los vacíos en la enseñanza.
El premio Princesa de Asturias con el que fue galardonado Salman Khan es justamente una excelente invitación para trabajar en esa dirección como propósito para el Día del Maestro 2019.
@MantillaIgnacio