Ecuaciones de opinión

Publicado el Ignacio Mantilla Prada

La Universidad de los Andes elige rector

Por estos días se llevan a cabo los procesos para designar rector en algunas universidades privadas; una de ellas es la Universidad de los Andes, institución ampliamente reconocida por su calidad, que la ubica en el grupo de las mejores del país y que cumplió recientemente 70 años desde su fundación en 1948. 

Aun cuando nunca he estado vinculado a la Universidad de los Andes, he podido disfrutar, desde cuando era estudiante, de los convenios existentes con la Universidad Nacional para desarrollar actividades académicas tales como cursos, seminarios y eventos de matemáticas organizados y financiados conjuntamente y abiertos a estudiantes y profesores de ambas instituciones. En esos espacios conocí grandes matemáticos que vinieron como profesores visitantes, provenientes de Alemania principalmente. 

Creo que desde su fundación y por el hecho de haber estado a la cabeza Mario Laserna, también rector de la Universidad Nacional, las dos instituciones han mantenido unas relaciones académicas muy cercanas, superando las aparentes rivalidades entre universidades públicas y universidades privadas. 

Desde el origen de la Universidad de los Andes el interés y la persistencia del doctor Laserna, su fundador, para tener en Colombia una élite académica le llevó a conformar un Consejo Consultivo del que formaron parte grandes científicos como el propio Albert Einstein. Su estrategia empleada para iniciar la enseñanza de las ciencias en la Universidad con figuras, especialistas e investigadores de talla internacional fueron fundamentales para que vinieran y se instalaran un tiempo en el país destacados matemáticos como el profesor húngaro Juan Horvath y para que se vincularan posteriormente algunos que se quedaron en Colombia más tiempo, como es el caso del profesor alemán de matemáticas Peter Paul Konder.

Al comienzo, a través de importantes convenios con universidades norteamericanas, la institución funcionó como una especie de “Junior College”. Con ese modelo se formaron valiosos ingenieros como es el caso del doctor Carlos Angulo, quien estuvo al frente de la Universidad de los Andes como rector durante 14 años hasta 2011 y fue miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional durante los últimos 8 años. Sus aportes derivados de su amplia experiencia como ingeniero, educador y directivo universitario fueron definitivos en algunas de las decisiones y en la planeación que hoy guía a la universidad pública más importante del país. 

Los antecedentes antes mencionados son señales inequívocas de la apuesta que se hizo y del espíritu que inspiró la fundación de la Universidad de los Andes. Desde entonces, las generaciones posteriores y las directivas que les sucedieron a los pioneros, en cabeza de grandes rectores, han respondido a esos ideales; es por eso que me parece tan importante para el país y no solo para la comunidad andina, que ahora, cuando se designará al nuevo rector, el Consejo Superior, responsable de esta importante decisión, pueda identificar las fortalezas de los candidatos que mejor respondan a la misión de formar buenos profesionales y mantener una investigación de calidad en las áreas que ofrece hoy la institución, sin apartarse de los principios rectores que la han guiado durante siete décadas.

Tras ocho años de gestión al frente de la Universidad de Los Andes su actual rector Pablo Navas deja el cargo habiendo conseguido excelentes logros académicos y altas metas, y posicionando a la Universidad de los Andes como una de las mejores universidades latinoamericanas, pero adicionalmente, desde mi opinión personal, habiendo alcanzado un sano y necesario balance: la Universidad ha logrado atraer a jóvenes con grandes capacidades académicas que no tenían capacidades económicas, gracias a programas de donaciones como “Quiero Estudiar” y al programa “Ser Pilo Paga” ahora sustituido por el nuevo programa “Generación E”.  Los resultados logrados hasta ahora son excelentes como bien lo ha mencionado Pablo Navas en la última ceremonia de graduación.

La vara está alta para quien llegue y los retos son enormes en los actuales momentos. La decisión para designar al nuevo rector es difícil, pero si se revisa la génesis de la universidad es más fácil de identificar el perfil que más conviene. Por fortuna ese perfil existe entre los aspirantes a la Rectoría. En efecto, con satisfacción he conocido que Alejandro Gaviria podría ser el próximo rector de la Universidad de los Andes, sin duda una opción que además enriquecería la orientación de la educación superior en Colombia. Justamente este semestre el exministro Gaviria ha aceptado el reto de presentar una cátedra en la Universidad Nacional y ha sido tal su acogida, que tiene un grupo de más de 700 estudiantes entre asistentes y formalmente inscritos en la cátedra titulada “Verdades incómodas en la salud pública global”.  

Pero volviendo al tema que nos ocupa, surge la pregunta que debe estar respondiendo el Consejo Superior: ¿cuál es el porcentaje de gerente, administrador y prefecto y cuál el de académico, investigador y profesor que se necesita?   

La dirección universitaria no es una gerencia empresarial; la comunidad académica es reflexiva, crítica, informada, dueña de una sabiduría colectiva que debe saberse conducir, pero que también debe saberse aprovechar. Las universidades son bastiones de libertad en cualquier sociedad, deben mantenerse al margen de la intervención de autoridades económicas y gubernamentales, deben ser autónomas en sus propósitos de investigación y docencia. 

Internamente en todas las universidades hay también fricciones, intereses y pugnas. En Colombia por ejemplo, en los últimos años ha aparecido en sus universidades, tanto públicas como privadas, una corriente que desprestigia la labor docente, como si fuese una tarea de segunda frente a la dedicación a la investigación. Y hay, ¡cómo no!, enormes egos e intereses de poder, tal como lo escribió Henry Rosovsky (decano en la Universidad de Harvard durante 11 años) en su obra “La Universidad, Manual del Rector” cuando afirma que: “las universidades aman los rangos jerárquicos tanto o más que el ejército”.

Con algo de sarcasmo y un toque de humor, creo que los profesores universitarios se dividen en dos grupos: los que mandan y los que no obedecen.

Le deseo éxitos al nuevo rector o rectora que se designe. Y a mi colega Pablo Navas, a partir de ahora doblemente colega, mi reconocimiento y saludo de bienvenida al grupo de los exrectores. 

   

@MantillaIgnacio

  

 

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