Por primera vez una mujer es galardonada con el Premio Abel de Matemáticas. Se trata de la profesora emérita de la Universidad de Texas en Austin y reconocida investigadora de la Universidad de Princeton, Karen Keskulla Uhlenbeck, quien “ha conducido a algunos de los avances en matemáticas más espectaculares en los últimos 40 años”, como declaró un miembro de la Royal Society de Londres al conocer la noticia.
Pero antes de examinar la trayectoria de la profesora Karen, quiero explicar en qué consiste este reconocimiento mundial, dotado con seis millones de coronas noruegas (unos 625.000 euros). El premio Abel de Matemáticas, también llamado el Nobel de las Matemáticas, fue creado en 2002, año del bicentenario del nacimiento del gran matemático noruego Niels Henrik Abel. El establecimiento de este premio, vino a llenar la falta de reconocimientos prestigiosos, del nivel de los premios Nobel, para los matemáticos destacados.
Una pregunta frecuente es ¿por qué no existe el Premio Nobel de Matemáticas, como sí lo hay para otras ciencias? La respuesta, como alguna vez lo mencioné en una columna, aunque carece de una prueba histórica que la sustente, proviene de un conocido “chisme” de la farándula académica, según el cual existió una rivalidad sentimental que sostuvo Alfred Nobel con el matemático sueco Gustaf Mittag-Leffler por una mujer a la que seducía con éxito Mittag-Leffler y que también pretendía Nobel. El reconocimiento académico del que gozaba Mittag-Leffler como matemático hacía probable que en caso de existir un premio, fuese precisamente él uno de los galardonados, razón por la cual Alfred Nobel se habría negado a crearlo en esta área. No obstante, desde 1936 la Unión Matemática Internacional creó la Medalla Fields para resaltar a los matemáticos más destacados mundialmente, pero puso dos condiciones adicionales: la medalla sólo se concede cada cuatro años y quienes la reciben no pueden tener más de 40 años de edad. El Premio Abel, en cambio, puede reconocer los aportes de toda una vida y en ese sentido se asemeja mucho más a los Premios Nobel que no tienen restricción alguna a la edad. Tal es el caso del galardón 2019 otorgado a Karen Uhlenbeck, que adicionalmente ha sido especial y ampliamente divulgado por tratarse de la primera vez que lo gana una mujer.
La profesora Karen empezó estudiando física en la Universidad de Michigan, pero pronto cambió de carrera, entre otras cosas, motivada por su interés de trabajar en forma solitaria, lo que comúnmente se facilita en las matemáticas más que en otras ciencias. Se doctoró en 1968 en la Universidad de Brandeis, cerca de Boston, con la tesis titulada “The Calculus of Variations and Global Analysis”, tuvo trabajos como investigadora y profesora en diferentes universidades. Sus primeras investigaciones autónomas, realizadas en Berkeley, son sobre la regularidad de las soluciones de sistemas de ecuaciones diferenciales parciales elípticas. Para quienes no están familiarizados con estos temas vale mencionar que dentro de las ecuaciones diferenciales hay dos grandes grupos: las ordinarias y las parciales, y dentro de las segundas, tres clases: las parabólicas, las hiperbólicas y las elípticas.
Su consolidación como investigadora se dio posteriormente trabajando en la Universidad de Illinois en Chicago. Su vida académica estuvo enriquecida con pasantías importantes en universidades y centros de investigación en Matemáticas de gran prestigio como el Max Planck Institut für Mathematik (Bonn, Alemania) y la Warwick University (Warwick, Inglaterra). En 1990 se convirtió en la segunda mujer en dar una conferencia plenaria en el International Congress of Mathematicians – ICM. La primera mujer en tener ese honor fue Emmy Noether, quien había impartido una conferencia en 1932.
Sus intereses matemáticos, especialmente dentro del análisis no lineal le han permitido ganarse un merecido prestigio reforzado por la riqueza de las aplicaciones que ofrece el área. En efecto, de acuerdo con investigadores del Instituto de Ciencias Matemáticas de España – ICMAT, sus contribuciones permiten comprender la evolución del universo y son la base para comprender matemáticamente modelos de física de partículas, teoría de cuerdas y relatividad general. Sus méritos también son contundentes por sus importantes aportes a la matemática pura en campos como el de la geometría diferencial, donde inició lo que hoy se conoce como el tratamiento analítico de la geometría diferencial. Ha investigado también sobre las “teorías gauge”, que son vistas como modernos puentes entre la matemática y la física teórica. También los resultados obtenidos por la profesora Karen Uhlenbeck en colaboración con otros matemáticos y los métodos utilizados en el área de la geometría algebraica son reconocidos por los especialistas y su principal resultado se denomina ahora Teorema de Donaldson–Uhlenbeck–Yau.
Por tratarse de una mujer los medios han dado este año una mayor difusión al Premio Abel de Matemáticas, con informes muy centrados en este hecho. No obstante, como lo ha dicho ella misma en una reciente entrevista concedida al diario El País de España, tras recibir la noticia del galardón: “No me gusta que me llamen mujer matemática. Soy una persona matemática que resulta ser una mujer”, y ha insistido la profesora Karen Uhlenbeck en que las grandes diferencias entre hombres y mujeres se deben a factores socioeconómicos.
Coincido en que no debe hacerse diferencia alguna entre las capacidades de hombres y mujeres para las matemáticas. Personalmente he reconocido siempre el talento matemático de las mujeres; es más, mi esposa, con quien fuimos compañeros como estudiantes de la carrera de matemáticas, siempre fue sobresaliente y obtuvo las mejores calificaciones, haciéndose merecedora al grado de honor como la mejor estudiante de esa promoción. Y nuestra hija, quien también es matemática, desde muy pequeña me sorprendía con su genialidad para resolver problemas, comprender conceptos y encontrar aplicaciones. Todavía me pone retos, cada vez más difíciles, cuando hace nuevos descubrimientos.
Algunas de las ideas más conocidas de la profesora Karen sobre estos temas aparecen en expresiones que había hecho públicas con anterioridad a la distinción que nos ocupa. Comparto unas de sus frases:
- “Es difícil ser un modelo a seguir, lo que realmente debes hacer es mostrar a los alumnos cómo las personas imperfectas pueden ser exitosas” (con motivo de la entrega de la National Medal of Science (NMS), 2000).
- “…el tema de las mujeres nunca ha estado lejos de mis pensamientos y he sufrido amplios cambios de opinión sobre el tema; pero me siento bastante decepcionada por el bajo número de mujeres que hacen matemáticas o están en posiciones de liderazgo. En mi opinión, esto se debe principalmente a las presiones sociales severas externas. Cambiar la cultura es una tarea trascendental, más importante que los otros logros menores que he mencionado”. (Discurso de aceptación del Steele Prize of the American Mathematical Society, 2007)
Karen Uhlenbeck es quizás la matemática más distinguida de nuestro tiempo. Los esfuerzos en el ámbito educativo, especialmente su liderazgo como fundadora del Instituto de Matemáticas de Park City-IAS, han agregado un interesante valor a su capacidad matemática.
Ojalá estas noticias inspiren en Colombia a los niños y niñas para estudiar matemáticas y para reconocerse unos y otras como potenciales talentos matemáticos.
@MantillaIgnacio