El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y el 11 de febrero el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Son fechas en las que exaltamos el papel que han desempeñado las mujeres en el avance de la ciencia y en las grandes conquistas para alcanzar equidad social.
Aun cuando hay infinidad de historias ejemplares de mujeres que han liderado luchas sociales exitosas o que han hecho grandes aportes y descubrimientos científicos en beneficio de la humanidad, me he decidido por escoger para compartir con los lectores, la historia de una gran mujer matemática, de la que algunos no han oído hablar y que reúne justamente esas características que se quieren exaltar en estas fechas dedicadas a la mujer. Se trata de Emmy Noether, considerada como la mujer más importante en la historia de las matemáticas.
Nacida en 1882, en la ciudad alemana de Erlangen (Baviera), hija del matemático y profesor Max Noether, Emmy tenía decidido dedicarse a la enseñanza del francés y del inglés, aun cuando su pasión eran las matemáticas. Esta inclinación por una actividad que no era su verdadera vocación estaba motivada por las barreras y dificultades que su padre le advertía que encontraría como mujer, si seguía la carrera de matemáticas, como ella lo deseaba.
No obstante, tras aprobar los exámenes requeridos para enseñar idiomas, decidió probar y seguir los pasos de su padre, iniciando sus estudios de matemáticas en la Universidad de Erlangen-Nürenberg, animada especialmente al conocer que había otra mujer en la facultad adelantando estudios de matemáticas. Pero las cosas no fueron fáciles; se cuenta, por ejemplo, que a las dos estudiantes no les estaba permitido inscribir las materias formalmente y solo podían ir como asistentes oyentes a algunas de las clases, cuando obtenían el visto bueno del catedrático encargado. En esa condición de estudiante extraoficial estuvo Emmy Noether entre 1900 y 1902.
En 1903 logra ir a la Universidad de Göttingen, también en calidad de asistente; pero tiene oportunidad de ingresar a conferencias de grandes matemáticos como David Hilbert, Hermann Minkowski y Felix Klein. En 1904 regresa a Erlangen y se le permite matricularse formalmente. Tres años después, en 1907, presenta y sustenta su tesis doctoral y trabaja luego durante siete años como profesora en el Instituto de Matemáticas de Erlangen, pero sin recibir sueldo alguno, por su condición femenina.
Esta fue una etapa de gran productividad académica en la que su investigación le permitió sentar las bases para la formulación posterior de importantes teorías sobre álgebra abstracta, pero también para lograr resultados de física teórica como el conocido bajo el nombre de Teorema de Noether, sobre propiedades de las simetrías diferenciables originadas en sistemas físicos.
En 1915 se incorpora al Instituto de Matemáticas de Göttingen y comienza a trabajar con Hilbert y Klein. Desde allí contribuye al desarrollo de las ecuaciones de la teoría de la relatividad general de Einstein quien alaba su talento llamándola “genio matemático”.
El enorme legado de Emmy Noether tiene hoy un reconocimiento incuestionable; sus investigaciones condujeron a unos principios que unificaron el álgebra, la geometría, la topología y la lógica. Su genialidad es ampliamente reconocida por la comunidad matemática y su trabajo sobre el cálculo de variaciones es considerado uno de los más importantes para el desarrollo de la física moderna.
Pero en la conmemoración de estas fechas dedicadas a la mujer merece que se resalten algunos aspectos y anécdotas que describen con acierto las dificultades y obstáculos adicionales que tuvo que superar esta brillante mujer matemática, tratando de hacer una carrera académica.
Durante los casi treinta años que estuvo dedicada a la enseñanza y a la investigación nunca consiguió un salario digno. Cuando David Hilbert le extendió una invitación para asumir un puesto en la Universidad de Göttingen como “Privatdozent”, a pesar de que no recibiría un salario de profesor, uno de los miembros de la facultad se opuso a su nombramiento con una reacción que se hizo famosa porque quiso detener su vinculación diciendo: «¿Qué van a pensar nuestros soldados cuando regresen a la Universidad y vean que se les pide aprender a los pies de una mujer?». Sin embargo la respuesta de Hilbert causó tal atención, que hoy forma parte de la colección de sus citas más divulgadas. En efecto, para la defensa del ofrecimiento del empleo a Emmy Noether, Hilbert atinó a responder diciendo: «No veo que el sexo de la candidata sea un argumento en contra de su admisión como docente, después de todo somos una universidad, no un cuarto de baños».
En sus últimos años de vida, Emmy Noether trabajó en la Bryn Mawr College de Pensilvania en Estados Unidos, donde falleció a la edad de 53 años. Cuando falleció, en 1935, Albert Einstein escribió una carta al New York Times donde señalaba: “La señorita Noether fue el genio matemático creativo más importante que haya existido desde que empezó la educación superior para las mujeres”.
@MantillaIgnacio
Ignacio Mantilla Prada
Matemático
Profesor
Dr. Rer. Nat.
Rector 2012 – 2018
Universidad Nacional de Colombia