Don Ramón, psicología laboral

Publicado el ramon_chaux

Motivación laboral

El placer de trabajar

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Resulta muy frecuente encontrar chistes o bromas acerca de los lunes y de la espera ansiosa de los viernes, como si fuera el inicio de una penitencia y el comienzo del nirvana. Como ya lo dijo Freud, existe una cercana familiaridad entre los chistes y la realidad cotidiana, consciente o inconsciente.

Intento interpretar miles de trabajadores o empleados que leerán esto y estarán de acuerdo conmigo en que el trabajo en no raras ocasiones se vuelve tedioso y monótono. Las cosas no avanzan, como si estuviéramos anclados de por vida a un punto muerto. Madrugar, abrir el correo, reuniones, hacer un informe. Tomarse un café para espantar el sueño después del almuerzo y parecer ocupado(a) hasta que llegue el final de la tarde. Y así por días, semanas y meses interminables.

Mala forma elegida de malgastar la vida.

Algunas veces el hastío llega en épocas de poco trabajo y en otras en temporadas donde no queda tiempo para el descanso. Nadie nos entiende.

La desmotivación, la monotonía y la desazón visitan de vez en cuando nuestro trabajo.

Pensando en ello, me propongo a recetar algunos remedios, al alcance de la mano de casi todos, que le puede ayudar a cambiar de pensamiento.

Una meta al día: en la mañana, mientras toma la ducha, piense en una meta que pueda lograr durante el día. Proponerla y sobre todo cumplirla, le hará sentir que tiene un nuevo reto con la salida del sol y al ocultarse el mismo, tendrá una sensación de haber cumplido y, por ende, motivo de satisfacción. Dejar al día la bandeja de correos. Terminar un informe. Planear las reuniones del mes siguiente. En definitiva, hacer eso que has tenido en mente mucho tiempo sin emprender acciones. La disciplina de terminar una cosa en el día te hará mucho más productivo(a) y además te anotas un gol allá dentro del alma, en ese sitio intimo donde uno se pone contento.

Una cosa buena por el prójimo: En nuestras vidas necesitamos asuntos trascedentes. Hacer algo bueno por una persona sin importar el nivel jerárquico, nos hace y hace feliz a la gente. Decirle al jefe lo bien que hizo la reunión (si de verdad es cierto y se dice de corazón). Felicitar a un compañero por sus logros. Ayudar a alguien en su trabajo. Meterle corazón al trabajo bajo la figura de la relación humana y el beneficio que podemos aportar desde nuestro trabajo puede ser un motivador potente.

Pensar en el consumidor final: Muchas veces vemos nuestro trabajo como una isla en donde debemos hacer quehaceres para nadie. Nos olvidamos que el trabajo siempre involucra un beneficio final a alguien. Si estamos planeando una actividad, ¿por qué no pensamos por un momento la alegría que traerá a quienes asistan? Al planear una capacitación, nos centramos en las fechas, los salones, los capacitadores, los refrigerios y los certificados. Y mientras hacemos eso, ¿Por qué no nos imaginamos el impacto de tales acciones sobre el futuro y el desarrollo de la gente? Se me ocurre que esto es más fácil de lograr cuando se planea una fiesta familiar. ¿Por qué no lo aplicamos a las situaciones de trabajo?

Ya decía yo en otro artículo que quien pega botones en una camisa se sentiría más feliz cuando se imagine a su futuro usuario el día que la estrene.

Muchos empleadores y personas de recursos humanos invierten muchos recursos y tiempo en sembrar o implantar motivación a los empleados. Este esfuerzo es bueno pero nunca será suficiente. La razón más simple es que la motivación nace de adentro, nace del alma, de los pensamientos sobre mi trabajo. En ese sentido, mantenerse motivado también es una obligación del empleado. Y no sólo una obligación para su empleador, sino para su propia salud física y mental. No hay ser humano en el mundo que no deba trabajar, excepto algunos poquísimos desdichados. El mar de mermelada no existe ni siquiera para los millonarios.

Tanga proyectos en su trabajo. Propóngase metas. Manténgase motivado. Ello no es únicamente para beneficiar a su empleador. También es para aumentar su calidad de vida.

Puede sonar extraño, pero para obtener la motivación en el trabajo hay una responsabilidad grande de usted como empleado(a). Obviamente el jefe y su empleador también se benefician en términos de mejores resultados. Pero en última instancia, aumentará su calidad de vida enormemente si va motivado todos los días a su trabajo, con un buen estado de ánimo.

La otra opción es llegar con la motivación abajo, casi arrastrado.

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Ramon Chaux

Psicólogo Organizacional Freelance

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