Doble Bogey

Publicado el Leonardo Rodríguez

La pelea del siglo en el golf

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En el fútbol un enfrentamiento en el campo es cosa de todos los partidos, tal vez es parte del espectáculo y, para muchos, si no hay pelea, no hay buen partido.  Los enfrentamientos de nariz a nariz van y vienen, así como uno que otro cabezazo en cada fecha en cualquier liga, incluidos los árbitros . Pero en el muchas veces flemático mundo del golf, en donde la primera norma del manual de juego habla de la etiqueta y cortesía, cualquier alzada de voz o cualquier mala manera es toda una noticia.

Y así pasó este viernes en el  WGC-Cadillac Match Play de San Francisco, que aunque tiene una buena bolsa de premios, está diseñado como un encuentro de amigos con eliminación simple entre 64 jugadores – eso sí los mejores del mundo- pero con una gran exigencia técnica y sin la posibilidad de hacer algún plan estratégico; allí hay que salir a ganar en cada hoyo.

En la antesala de la pelea entre Mayweather y Pacquiao, a unas pocas horas de allí, en San Francisco se enfrentaron en una ardua discusión el nunca, nunca,  desapercibido jugador español Miguel Angel Jiménez y  el estadounidense Keegan Bradley. En el hoyo 18, ya para terminar la ronda – vuelta en la que durante 16 hoyos Jiménez estuvo arriba en la cuenta- la bola de Keegan Bradley cayó en una zona en la que tenía alivio ( la posibilidad de mover la bola para otro punto en el que pueda golpearla con comodidad) . El malagueño (de Málaga, por su puesto)  parecía no muy satisfecho con las indicaciones del oficial de reglas y llegó a dar recomendaciones a su opositor sobre dónde debía ubicar su bola.

 

El tema no le gustó mucho al caddie de Bradley Steve ‘Pepsi’  Hale y enfrentó a Jiménez, quien respondió con un ‘por qué no te callas’. Sí, así como hizo el rey Juan Carlos con el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de 2007 en Santiago de Chile. Esta vez no fue entre el  Rey de una monarquía en declive y el presidente de una ‘banana republic’ , sino entre un jugador del  Tour Europeo y el caddie de un jugador que no está hoy entre los 30 mejores del mundo, que es casi lo mismo. Sólo que en el campo de San Francisco tal vez se esperaban mejores maneras de sus asistentes.

A Bradley no le hizo gracia para nada la callada y enfrentó de inmediato a Jiménez.  ‘Con mi caddie no te metas’ le dijo palabras más, palabras menos. Todo ante la apacible mirada del oficial, quien no atinaba a decir nada. Ante un evento tan inusual se veía como pasajero asaltado en bus de Transmilenio.

Difícil creer que se fueran a ir a los puños, pero estuvieron muy cerca. De haber sido hockey no habría quedado títere con cabeza. Lo mejor del caso es que en ese hoyo no estaban decidiendo nada porque ambos estaban ya eliminados. Jiménez trató de suavizar la situación al final del juego al acercarse a Bradley, pero intervino de nuevo ‘Pepsi’ y esta vez el ‘por qué no te callas’ vino de su jefe.  Todos se fueron con cara de pocos amigos. No hablaron con la prensa, no hubo más comentarios. Ambos jugadores salieron del campo con su flamantes carros negros que les proveyó la organización del Match Play.

Son pocas las peleas que se registran en el golf, pero esta -que puede ser la del siglo- ayuda recordar algunas otras.  Una de ellas es la que protagonizaron Dave Hill, reconocido, más que por sus trece victorias en el tour, por su mal carácter y JC Snead. Se fueron a las manos y rodaron por el suelo sin que nadie los pudiera separar. Era como ver a David y Goliat por la diferencia de contextura entre ambos jugadores.

Otra historia cuenta que en los años 60 había un jugador del que se decía que en sus ratos libres era cobrador de deudas y pocos se atrevían a enfrentarlo. Un oficial tuvo algún día que reconvenirlo. Caminaron hasta el vestuario y nadie sabe qué hablaron. Sólo se conoció que el oficial se encerró en un armario y se negó a salir hasta asegurarse que el jugador había terminado la ronda y se había ido del campo.

Más recientemente, en 2010, Buba Watson increpó y mando a callar a Steven Elkington en 2008 . Por eso y otras salidas de tono fue declarado el jugador menos popular del pasado Masters de Augusta. De hecho, el 23 por ciento de sus compañeros dijo que no lo defenderían si lo vieran en una pelea en un parqueadero. (vea Bubba Watson, el villano de Augusta)

El golf es en definitiva un juego en donde escasean las peleas y en donde las malas maneras  no son bien recibidas.  Aquí no vale aquello de ‘le rompo la cara marica’.

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