Directo Bogotá

Publicado el Directo Bogotá

Encartada con una nevera

Mariana Toro

 

Por: Mariana Toro Náder

“Aló, buenas… Vi en las páginas amarillas que ahí chatarrizan. ¿Cuánto me darían por una nevera?”.

La mía había sacado la mano. No quise reparar todo el daño y simplemente le pedí al técnico de Haceb que reemplazara la pieza del gas que estaba molestando. Lo barato sale caro. Contra las predicciones de que el arreglo duraría seis meses, a las tres semanas todo se empezó a descongelar.

No daba para más, necesitaba una nueva. Pero ¿qué hacer con la vieja? En un apartaestudio definitivamente no cabían dos neveras y la otra ya casi iba a llegar. Alguien me dijo que si la chatarrizaba podía hacerme una plata y la recogerían sin yo tener que mover un dedo. La voz sarcástica de las recepcionistas me bajó de la nube.

“Uy… Eso está lejos, señorita, usted la tendría que bajar y pagar por el camión… Y no, no se le da ningún dinero por la chatarra”. Qué belleza, no solo no me daban ni un peso por la nevera, sino que además tenía que pagar por el transporte.

Varias veces había visto a los recicladores andando por ahí cargados de cartones y objetos. Mi portero propuso preguntarles; no tenía nada que perder. Uno de ellos subió a mi casa y miró fijamente la nevera, me preguntó qué tenía mal y cuánto quería por ella. El calor se me subió a la frente. No tenía ni idea de cuánto cobrar por un electrodoméstico arruinado. “120 mil pesos…”, le dije, pensando que al menos quería salvar el gasto de la reparación frustrada. “Le doy 90”, me respondió. El portero abrió los ojos. Saqué mi instinto paisa y le pedí más.

Cuál sería mi sorpresa cuando el reciclador, un hombre moreno y alto, con callos en sus manos, una pantaloneta deshilachada y chanclas de plástico, sacó un fajo de billetes de su bolsillo y me entregó la cantidad acordada. El portero me miraba con una sonrisita cómplice mientras guardaba feliz su ‘comisión’ y dirigía al reciclador hacia las escaleras. 100 mil pesos por una nevera dañada… Gracias Bogotá Basura Cero.

Comentarios