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¿De qué vamos?

Columna No sabe lo que me pasó

En mayo de 2014 se revivió la columna de la sección Bogotá de El Espectador de los sábados, que comenzó a publicarse un año atrás por invitación del entonces editor de la sección, Juan Camilo Maldonado. Hoy está a cargo del periodista Santiago Valenzuela y a partir de este mes ingresa al portal del diario para tener más frecuencia e interacción con los lectores.

Se trata de relatos testimoniales —en primera persona— que hablan de situaciones cómicas, trágicas, tragicómicas; episodios y anécdotas de la vida cotidiana de habitantes de Bogotá, de las cuales los autores han sido protagonistas o testigos. Un robo del celular se parece a otro y viajar en bus o en Transmilenio es el karma que pagamos los usuarios por los pecados de todos los políticos corruptos de la capital, desde hace seis generaciones. Pero a veces hay circunstancias que hacen ese viaje único e inolvidable; un elemento sorpresa que nos saca del mundo de lo ordinario para introducirnos en el “infraordinario” (según Georges Perec, lo habitual no mirado, lo trivial, lo común –que solo ve un observador curioso– y el ruido de fondo que solo se escucha aguzando los sentidos). Así como algunos hacen avistamiento de aves, ballenas y hasta ovnis, otros hacemos avistamiento de personajes en ambientes urbanos, también domésticos. Otras veces, desprevenidamente, sin cargar lentes de ninguna naturaleza, nos tropezamos con criaturas singulares, o nos metemos en la trama de una película de bajo presupuesto, digna de ser contada.

Así salen estos relatos tomados de la realidad, sin pizca de ficción, que ayudan a comprender nuestra idiosincrasia de “puros criollos”, a reírnos de nuestras pequeñas miserias y a sobrellevar la movilidad, la incultura ciudadana, la inseguridad, la burocracia y la brutalidad en el caos capitalino, que algunas veces, pocas, se rompe con un impensado gesto de humanidad y de cortesía. Todos son temas inspiradores para esta columna que también sirve de válvula de escape para quejarnos, a manera de terapia colectiva, gracias a que todos en algún momento hemos sufrido los mismos atropellos, lo que permite el reconocimiento automático, la tan buscada identificación. Entre líneas dejamos caer la crítica sobre la disfuncionalidad de las instituciones del gobierno distrital y sus políticas erráticas; pero también reconocemos cuando alguna, casi furtivamente, funciona.

Y queda el desafío de empaquetar en una columna de 400 palabras un relato sencillo, pero contundente, con desenlace sorpresivo en lo posible, con moraleja o seco, como el ruido de un cuerpo al caer del apartamento 902 (léase “Las piernas en la ventana”). Pero lo mejor del cuento es que todo ocurrió y sirve para documentar nuestra memoria urbana. La que no alcanza a clasificar para titulares ni despliegues mediáticos, pero puede despertar corrientes de solidaridad y simpatía entre quienes habitamos esta urbe. También insultos, como se prodigan en estos foros. Todo hace parte de nuestro ADN ciudadano.

Los autores son estudiantes de periodismo y reporteros de la revista Directo Bogotá de la Facultad de Comunicación y Lenguaje de la Javeriana (http://directobogota.com/revista/?page_id=178), dirigida por quien escribe estas líneas, Maryluz Vallejo, y quien se hace cargo de la “curaduría” de esta columna, como pomposamente se dice ahora, asumiendo lo mejorcito o lo peorcito que ofrezca.

Aquí va una selección de  columnas publicadas desde el año pasado:

http://www.elespectador.com/opinion/articulo-417286-el-sanduchero

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-430772-victimas-y-ratones

http://www.elespectador.com/opinion/columna-418732-bici-y-vilo

http://www.elespectador.com/opinion/columna-420087-si-urgente-no-llame-al-123

http://www.elespectador.com/opinion/letras-robadas-columna456155

http://www.elespectador.com/opinion/el-aventon-columna454699

http://www.elespectador.com/opinion/el-cazador-de-prepagos-columna447806

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/operacion-camada-articulo-436355

http://www.elespectador.com/opinion/si-urgente-no-llame-al-123-columna-420087

http://www.elespectador.com/opinion/delito-de-lesa-humanidad-articulo-421468

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/vivo-zona-de-parqueo-articulo-494242

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/aqui-tenemos-un-upj-articulo-495667

http://www.elespectador.com/noticias/bogota/el-hombre-le-cargaba-billetera-galan-articulo-427936

http://www.elespectador.com/opinion/mi-vecino-el-hacker-columna-509535

http://www.elespectador.com/opinion/piernas-ventana-columna-516402

http://www.elespectador.com/opinion/putas-si-no-feas-articulo-510936

http://www.elespectador.com/opinion/prestamo-entre-paisanos-columna-515004

http://www.elespectador.com/opinion/vida-el-callejon-columna-508181

 

http://www.elespectador.com/opinion/un-comparendo-pedagogico-columna-521677

 

 

 

 

 

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