EL SOBRINO DEL ARZOBISPO
Alberto Donadio
Una noticia que parece inverosímil en un mar de Reficares y Odebrechts: la gestión seria y exitosa de la Superintendencia de Sociedades frente a Interbolsa y las libranzas. En unos días les pagarán toda su inversión al 70% de las víctimas del Fondo Premium y con los bienes restantes las demás también recuperarán todo su dinero. Algo insólito en Colombia en una quiebra financiera. Varios nombres para destacar, en orden cronológico. Luis Guillermo Vélez, como Superintendente de Sociedades, en el 2013 decretó la captación ilegal en Premium, lo que permitió incautar los activos de Víctor Maldonado, principal accionista de Interbolsa, y de otros involucrados. Vélez, hoy secretario general de la Presidencia, escogió dos personas idóneas, Pablo Muñoz como liquidador de Interbolsa y Alejandro Revollo como liquidador de Premium.
En Premium no había esperanza de recuperación: el dinero de los inversionistas se destinó a la apuesta bursátil de Alessandro Corridori en Fabricato y el resto se ferió en créditos de confianza entre los compinches de Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz. Con los bienes incautados (Hotel Santa Clara, Archie’s, edificios y fincas) Revollo ha devuelto casi $200.000 millones. La de Revollo fue una gestión extraordinaria, honrada, constante y persistente, pese a multitud de demandas, tutelas, nulidades y a los ataques no sustentados de W Radio. Allí Julio Sánchez Cristo perpetró una defraudación informativa en defensa de sus amigos Ortiz y Jaramillo, similar a la defraudación financiera que ese dúo perpetró en el Fondo Premium.
Alejandro Revollo es el sobrino del arzobispo. Así lo bautizó Juan Gossain: «Es sobrino de uno de los hombres más íntegros y fascinantes que he conocido en esta azarosa vida de periodista que yo llevo: el cardenal Mario Revollo, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, que confiaba en Dios y en su propio carácter.» Con los honorarios que recibirá como liquidador Revollo aspira a comprar casa propia para su familia. No a darle la vuelta al mundo, como lo hizo Juan Carlos Ortiz con una tarjeta de crédito de Premium, según reveló el periodista Jorge González en su libro sobre Interbolsa.
Francisco Reyes Villamizar, el actual Superintendente de Sociedades, le dio continuidad a las medidas de Luis Guillermo Vélez en cuanto a la captación en Premium y desplegó todas las facultades que en esa materia existen desde la debacle de DMG. El fiscal Néstor Humberto Martínez acaba de poner presos a los autores de la defraudación con libranzas en Estraval, en decisión largamente esperada, pero fue Reyes Villamizar desde Supersociedades quien adelantó el año pasado las pesquisas que permitieron demostrar que Estraval vendía las mismas libranzas dos, tres y hasta cuatro veces. Es de esperar que el fiscal general de la Nación ordene pronto la captura de los bandidos que manejaban Elite, la otra gran estafa de libranzas. Más de 6.000 personas fueron asaltadas por delincuentes de cuello blanco. Finalmente Supersociedades y Fiscalía actúan en equipo, como debe ser, y funcionarios de Supersociedades asesoran a la Fiscalía en las investigaciones sobre libranzas. El cambio se vió desde cuando el fiscal Martínez, recién posesionado, anuló los escandalosos beneficios penales que Eduardo Montealegre y Jorge Perdomo concedieron a la cúpula de Interbolsa. Otro abanderado en la defensa de todas las víctimas de captaciones ilegales es el superintendente delegado Nicolás Polanía Tello.
No todos los días se puede elogiar en Colombia a funcionarios públicos por una gestión perseverante, que muestra resultados concretos y donde se han aplicado sin contemplaciones las drásticas medidas previstas en la ley.