EL OTRO LONDOÑO HOYOS
Por Alberto Donadio
Fernando Londoño Hoyos tiene un hermano que se llama Guillermo Alberto Londoño Hoyos. Como el ex ministro, es abogado. Como el ex ministro, se da aires de predominio. Guillermo Alberto Londoño Hoyos está intervenido por captación ilegal. Fue el miembro más importante de la junta directiva de Estraval, donde el fraude con libranzas lesionó a más de 4.000 personas que perdieron unos $500.000 millones.
Guillermo Alberto Londoño Hoyos participó en la reunión de la junta de Estraval en que se aprobó la venta de títulos al Deutsche Bank por 25 millones de dólares. Luego se comprobó que los títulos vendidos al banco internacional ya habían sido negociados por Estraval una, dos, tres y hasta cuatro veces.
Es pues natural que en vista de estos antecedentes, el captador ilegal Londoño Hoyos la emprenda contra quienes descubrieron y comprobaron las trapisondas sórdidas que se perpetraron en Estraval. Sostiene el captador ilegal, sin fundamento ni verdad, que los ex superintendentes de Sociedades Francisco Reyes y Luis Fernando Alvarado incurrieron en «descarado e inicuo acto de corrupción» y afirma sin prueba alguna, porque no existe, que Alvarado, el liquidador de Estraval, recibió una comisión de tres millones de dólares.
Londoño Hoyos en las descabelladas y calumniosas afirmaciones que formula en comunicación enviada al actual superintendente de Sociedades, recurre al desgastado truco de intentar desprestigiar a quienes con pruebas al canto y abundantes evidencias demostraron los ilícitos de Estraval. Están en firme las decisiones tomadas por el anterior superintendente, Francisco Reyes, sobre las dolosas prácticas implantadas en Estraval por el principal verdugo de las víctimas, César Fernando Mondragón.
Se entiende que el captador ilegal Londoño Hoyos ataque a los ex superintendentes porque en Colombia la única justicia real y efectiva que se imparte en casos de captación y de pirámides proviene de la Superintendencia de Sociedades. Desde cuando en 2016 explotó el fraude de Estraval, Elite y otras firmas similares, es Supersociedades la única que verdaderamente les apretó las tuercas a los pícaros. La Fiscalía actuó tarde y la justicia penal no genera confianza en nadie, porque es ineficiente, para no decir complaciente. Las únicas medidas severas, ineludibles e irreversibles en defensa de los ahorradores estafados con las libranzas se han dictado en Supersociedades. Por eso Guillermo Alberto Londoño Hoyos recurre a afirmaciones sin prueba ni fundamento. No puede negar que Estraval fue una estafa de la delincuencia de cuello blanco.