Escribe VBME:—–Hola Alberto:
Espero en verdad que te encuentres bien.
He leído la carta de Jorge Arabia publicada en tu blog.
La verdad te digo que me ha dejado una sensación para nada satisfactoria, me gustaría sentir el optimismo que sintieron otros participantes de tu blog, pero la verdad no lo siento así.
Pienso que este señor posiblemente tiene algunos sentimientos de arrepentimiento y que este golpe le ayuda de pronto a valorar lo que no valoró antes, pero de ahí a que este arrepentido, y que desde el corazón quiera resarcir su falta con nosotros, lo dudo mucho.
Lo dudo porque cuando una persona ha llegado a tal punto de canallada como él y otros llegaron, es porque no tienen corazón, ni tripas, ni sentimientos y de la noche a la mañana creo que estos no «crecen» en el cuerpo.
Deseo en verdad que lo que este señor manifiesta sea un signo afortunado de su «buena fé» y no otra máscara mas para ganarse la contemplación de la fiscalía sin dar nada a cambio.
Señor Arabia, Cante rápido sus faltas y por supuesto a aquellos que lo acompañaron en las pilatunas a usted.
Si en verdad tiene buenas intenciones y quiere resarcir sus pecados, diga dónde esta el dinero, quienes más participaron y ayude a encanar a otros tantos canallas que están pasados de quedar tras las rejas.
Alberto, se supone que este amigo de lo ajeno no va a tener cárcel, entonces la fiscalia a cambio pide información, y la información tendría que beneficiarnos a nosotros las víctimas de Interbolsa. CUÁNDO Y CÓMO SERÁ DICHO BENEFICIO?
Continúo agradecida por tu blog, tu profesionalismo y tu perseverancia. GRACIAS
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Comentario:—–En el blog tienen cabida todas las opiniones y todo se debate libremente. Por mi parte, creo que a las víctimas de Interbolsa las beneficia la posición asumida por Jorge Arabia, ex vicepresidente financiero de Interbolsa SA, y les conviene apoyarlo. Planteo algunos elementos de juicio y cada quien llegará a sus propias conclusiones y arribará a sus convicciones. Primero: Arabia, al aceptar sus delitos, la Fiscalía no tiene que probárselos. Segundo: Arabia se comprometió a declarar contra 45 personas en el juicio. Ese testimonio es más contundente que la explicación de complejas operaciones financieras. Tercero: la Fiscalía no le regala nada a Arabia. Según publicó en El Espectador el periodista Santiago Martínez, la Fiscalía suspendió la acción penal por dos años, a condición de que Arabia continúe la colaboración y declare en el juicio. En dos años, si esa colaboración se mantiene, la Fiscalía renunciará a la acción penal. Es decir, por anticipado la Fiscalía no le da un beneficio irrevocable a Arabia, sino sometido a unas condiciones. Cuarto: Se sienta un precedente muy importante que deberían seguir otros imputados, el de no oponerse a la Fiscalía sino colaborar con ella. ——-Además, aparte de los anteriores motivos de conveniencia que permitirán agilizar el juicio y lograr condenas, existen otras razones para creer en la actitud de Arabia. Primero: les ha ayudado a algunas víctimas desde el inicio del desplome de Interbolsa, dándoles información. Segundo: Arabia no tenía necesidad de pedir perdón, la Fiscalía no le exigía eso, es un paso que dio él por su iniciativa. Y es la primera vez en un escándalo financiero desde 1980 que alguien acepta su responsabilidad sin esguinces y pide perdón. Con ese perdón crea un contraste con Rodrigo Jaramillo, Tomás Jaramillo, Juan Carlos Ortiz y Víctor Maldonado, que tuvieron mayor responsabilidad que Arabia en el manejo de la plata de las víctimas, y no solamente no piden perdón sino que están enfrentados a las autoridades y en muchas ocasiones han dado muestras de que no quieren reparar a las víctimas, como se vio con las chichiguas que presentaron ante el interventor de Premium. Tercero: Que Arabia tiene que decir donde está la plata. Sí, claro, si sabe donde hay cuentas de los cuatro grandes. Porque ya se sabe dónde están los faltantes. Los repos sobre acciones de Interbolsa beneficiaron a Maldonado y a los Jaramillo. La plata de Premium se la prestaron a Maldonado y a otros y además se invirtió en Fabricato. Lo que hay que buscar es que las autoridades obliguen a los 4 a entregar sus capitales para indemnizar a las víctimas. Esa es la única justicia en el caso Interbolsa. Que esos 4 señores, que manejaban la plata, no queden ricos, en tanto que los dueños legítimos de los ahorros, queden pobres. El problema se concentra en los 4. Ni Arabia ni Alvaro Tirado ni otros empleados altos tienen grandes capitales y además no podrán volver a trabajar en el sector financiero, y difícilmente conseguirán trabajo en otras empresas. Lo injusto sería que Rodrigo Jaramillo pudiera vivir cómodamente en una finca en Llanogrande en tanto que los miles de víctimas que le entregaron sus ahorros queden en la pobreza, teniendo que pagar impuesto de renta, impuesto de patrimonio, contribución de valorización, fotomultas, etc. mientras el Estado no hace nada para que les devuelvan los dineros que les quitaron. Jorge Arabia ya hizo su contribución. Aceptó todas las culpas y públicamente pidió perdón. Para él personalmente, sería mejor que se hubiera retirado de Interbolsa cuando ya se olía la cloaca, porque hoy podría estar trabajando en otra entidad financiera. No se retiró y participó en todos los actos indebidos e ilegales, pero por lo menos ofrece disculpas a las víctimas, aunque algunas le crean y otras no. Habrá quien piense que fue tan grave lo que hizo que ningún arrepentimiento lo compensa. Pero sí es un hecho innegable que otras personas con iguales y mayores responsabilidades ni siquiera se toman la molestia de salir en público a pedir perdón y lo que están armando es una estrategia para defenderse con los miles de millones de pesos que les quedaron para no ir a la cárcel, o ir poquito, ayudados por sus abogados, que se quedan con una buena tajada de lo robado, y sin ninguna intención de dejarse quitar la fortuna que les permite seguir viviendo de la renta sin privarse de nada, mientras sus víctimas sí están privadas de las pequeñas o medianas ventajas que les daban sus ahorros entregados de buena fe a Interbolsa. No pedir perdón es equivalente a negar que en Interbolsa se cometieron delitos, es equivalente a decir que no hay víctimas gravemente lesionadas en su patrimonio.