De chévere a xerinola

Publicado el

Mi primera vez

Me habían hablado maravillas de sus paisajes, gente, música, comida…

Policía bailando

Mucho antes de pisar la tierrita, como dicen por aquí, ya había probado arepas, sancocho, ajiaco, hogao, huevos pericos, changüa, bocadillo, tinto, aguardiente y su guayabo…

Llegaba a la nevera en una de esas noches despejadas y suelo mojado para tomar un taxi que se quedaría barado en medio de un trancón, tocándome tomar otro taxi en medio de la nada. Un taxi que me haría ruta por el Tintal y Patio Bonito hasta llegar a mi destino, Bosa. No fue hasta mucho después cuando conocería mi hazaña y algunas historias que estos barrios esconden.

Como era mi primera vez, hice lo típico: paseo por la séptima (con carreras de cuis incluida), plaza de Bolívar, Candelaria y Monserrate.

Carreras de cuis en la séptima

Una rola como acompañante se encargaría de añadir lo atípico a lo típico: memorial a Galán donde inició al Bogotazo, campamento en la plaza de Bolívar (por la destitución de Petro) dónde también había una carpa con una bandera gigante del M-19 curiosamente parqueada al costado del Palacio de Justicia…

Por mucho «pico y placa» la ciudad sigue sumergida en un caos automovilístico y una muy buena opción es visitar cualquiera de los pueblos aledaños. Mi opción fue Zipaquirá y su catedral de sal, Sopó y Briceño.

Catedral de Sal

A falta de conocer la zona T me despido de sus mercedes para seguir con la historia más adelante. Mientras tanto sigo en esta ciudad cuyo nombre no he escrito pero que ya todos saben.

Comentarios