De chévere a xerinola

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Etiopía – Capítulo 4: Lalibella

Lalibella

Lalibella es una ciudad situada en el norte de Etiopía y considerada la segunda ciudad santa en importancia después de Aksum. Sin haber estado en Aksum sentí que estaba en el lugar más sagrado del país, equiparable a la importancia que Jerusalem o la Meca pueda tener para los cristianos o los Musulmanes respectivamente. En Etiopía las dos grandes religiones se reparten con cerca de un 43% los Cristianos Ortodoxos y un 34% los Musulmanes.

En Lalibella existe un conjunto de iglesias excavadas en la roca desde el suelo, dónde estaría el techo de la iglesia, hacia abajo tratando de pasar desapercibidas desde la superficie. Todo este conjunto eclesiástico tallado en roca fue declarado Patrimonio de la Humanidad por a UNESCO y su entrada cuesta alrededor de 40 US$.

Lalibella

Es aquí cuando se hace inevitable el dolor de barriga que puede producir la conciencia de cada uno tras pagar la entrada a un lugar sagrado (dónde los etíopes tienen la entrada gratuita) atravesando barrios de miseria. Recuerden que en el capítulo 1 sobre Etiopía, di el siguiente dato: en 2011 el Banco Mundial desvelaba que el 66% (66,1 millones) de su población vive con menos de 2 USD al día.

Los niños saben que visitaremos el complejo, saben el costo y son unos supervivientes con lo que lo más lógico es que pidan ayuda.  Negar esa ayuda, para nada caprichosa, se hace demasiado difícil aunque entregar dinero gratuitamente pueda perjudicar aún más su futuro, con lo que el viajero encontrará todos los ingredientes para que le sirvan un buen plato, crudo y frio, de conflicto interior con uno mismo. El turista es responsable de repartir su «riqueza» entre los que de a poquitos intentan ganarse la injera suya de cada día.

Lalibella

Merece la pena levantarse pronto el día de rezo para ver los monjes proclamar sus mantras, la gente con sus pañuelos blancos llegando elegantemente a su rezo de primera hora para seguir su camino a sus ocupaciones diárias y los niños empezar sus clases de religión.

Lalibella

Las mujeres y los hombres rezan por separado.

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Las clases de religión son en el exterior y con el mejor marco posible para la ocasión.

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Para, muy seguramente, terminadas las clases irse a jugar Mancala.

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Aunque parezca mentira, no hay demasiadas indicaciones que guíen el camino hasta la enterada del complejo pero siempre encontrará alguien dispuesto a ayudarle o si hay misa, el repicar de los tambores seguro le indicará el lugar correcto.

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Es un buen consejo el caminar sin prisa y detenerse en diferentes rincones del complejo para observar el rezo, el caminar etíope, los turistas y su interacción con la gente, la miseria, los niños con su sonrisa y su increíble tolerancia al dolor pues una herida infectada no le quita te muestre su mejor de su blanca y cariada dentadura sonrisa. Se puede observar cómo las mujeres cargan pesados fardos de leña y los hombres guían con un delgado palo el animal de turno, vigilantes que piden hasta tres veces el tique al mismo turista, montones de maíz esparcidos al sol para ser secados antes de ser ensacados.
Esto y más es lo que podrá ver y sentir el viajero, ya que de las iglesias hay poco que no se haya dicho, escrito o fotografiado ya.

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En definitiva es un lugar al que puede llegar por tierra a través de pistas interminables o por aire, pero al que no puede dejar de visitar y disfrutar. Unos días en Lalibella y seguro podrá hacer un check a uno de los lugares que aparecen en las famosas listas de cosas a ver antes de morir si es que le gusta hacer check. De lo contrario, vayan y gocen!

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