El clasismo de las redes sociales encubre otro mal peor: la aporofobia. Se atropella a la gente en nombre de la manoseada libertad de expresión. ¿Se viola en este caso el derecho a la intimidad?
El clasismo de las redes sociales encubre otro mal peor: la aporofobia. Se atropella a la gente en nombre de la manoseada libertad de expresión. ¿Se viola en este caso el derecho a la intimidad?
Imágenes tomadas de la cuenta oficial en X de María Andrea Nieto.
Los ricos también lloran y los pobres también sueñan con lujos.
En el país del Sagrado Corazón la foto de un funcionario haciendo compras como cualquier parroquiano se vuelve más importante que un libro que pasa inadvertido para la opinión pública en medio de un consejo de ministros. ¿Qué dice todo esto de nosotros como sociedad?
Cuando la estupidez y la ignorancia se juntan en la misma persona, se corre el riesgo de decir pendejadas y dejar constancia en una red social.
No conozco a Laura Sarabia y menos a María Andrea Nieto. De la primera sabemos que es una funcionaria del gobierno de Gustavo Petro que despierta odio y amores por igual. De la segunda, que trabajó en la revista Semana, ya no, y que es economista, historiadora y periodista, según su perfil en X.
Su última perla, la de María Andrea Nieto, es este trino contra la canciller Laura Camila Sarabia Torres, advirtiendo que la tilde sobra, porque plática y platica son cosas distintas: “Divina la Baby Canciller de shopping en Madrid con la plática de los colombianos al castrochavismo le ENCANTAN estos privilegios ¿cierto Petro?”.
La estrechez mental hace creer que ser de Izquierda o trabajar para un gobierno de Izquierda, obliga a vestirse con harapos. Ese clasismo velado nos indica que en Colombia existen dos tipos de personas: las que viven en la burbuja y las que están por fuera de ella. Aquellos que defienden privilegios de clase y los sin clase que reclaman derechos. La economista Nieto levita en esa élite burbujeante. Si leyera historia de verdad, sabría que Fidel Castro y Hugo Chávez murieron hace rato.
Agarró una foto de la joven canciller y la usó para fustigarla. Al ver la imagen, uno puede notar el momento incómodo que pasó Sarabia por la forma abusiva como alguien la fotografiaba mientras hacía compras. Se les hace extraño que un funcionario que trabaja para un gobierno use ropa. ¿Qué quieren? ¿Qué vista con taparrabo?
O, seguramente, la quieren ver comprando en San Victorino, la Plaza España o el Sanandresito de San José. Es claro que pierdo mi tiempo porque personas como María Andrea Nieto no deben saber de qué estoy hablando. La gente chic no compra donde se viste el populacho.
Las compras de un funcionario, por ser público, no son de interés público. No se debe usar el matoneo como excusa para pedirle cuentas al poder. La gente invierte su sueldo en lo que le dé la gana. Punto.
Ejercer vigilancia sobre un gobierno no nos otorga a los periodistas el derecho de metérnosle al rancho a los funcionarios, ellos también comen, duermen, van al baño y se visten como el resto de los mortales. Extraterrestres no son.
Lo que hizo María Andrea Nieto es ruin, miserable. La vida privada de las personas es la vida privada. No creo que la frase necesite explicación con plastilina.
Este hecho amerita un debate de fondo: ¿Pueden los demás publicar en las redes sociales fotografías mías, alusivas a mi entorno privado y sin mi autorización? ¿El que alguien sea funcionario público da derecho a otro a fotografiarlo y exponerlo públicamente por la razón que sea? ¿El hecho de que un funcionario nos caiga mal, nos da licencia para trapear con él?
El afán de ser virales nos lleva a cruzar la raya del respeto que merece toda persona, y de paso incuba nuevos odios. El trino despertó las frases ofensivas de otros tuiteros, que parecen salidos del reino de los aporofóbicos, aquellos con una claro desprecio hacia las personas pobres.
Uno escribió: “Podrá hacer shopping en Madrid, España, pero la cara de recolectora de flores de Madrid, Cundinamarca, no se la quita nadie”, en tanto que otro trató de ñera a la canciller, aunque la mayoría de comentarios condenan el irrespeto de María Andrea Nieto y sus seguidores.
El derecho a la libre expresión y opinión no puede usarse para acosar o insultar a quien no piensa como uno. Lo estipulado en la Sentencia T-904 de 2013 de la Corte Constitucional, sobre causales de violación del derecho a la intimidad, debería extenderse al ámbito de las redes sociales.
En cambio, salvó el diario español El País de España, nadie más habló de la mención que hizo el presidente Petro, en el segundo consejo de ministros, (3 de marzo de 2025), sobre el libro que Laura Sarabia le regaló. Que la prensa nacional haya pasado por alto un detalle así, ya habla muy mal de nosotros como país y de la poca importancia que tienen los libros y la lectura. En su columna del domingo, Ramiro Bejarano lo llamó en tono despectivo “un librito del que (Petro) no dio más explicaciones, dizque regalado por la canciller”.
Dice el periódico español: “Este lunes, en contraste, el presidente ha limitado sus críticas a “la guerra de egolatrías” que considera haber visto hace un mes. Ha citado varias frases de El espíritu de la esperanza, libro del filósofo surcoreano Byung-Chul Han que le regaló Sarabia y que pidió llevar a la práctica”.
Y a renglón seguido, pone algunas frases que leyó al aire el mandatario: “Hoy en nuestra sociedad narcisista la sangre está encerrada en la mezquina circulación de nuestros egos. Ya no fluye al mundo (…). En cambio, la esperanza tiene amplitud y funda un nosotros”.
No conozco a Laura Sarabia, insisto, pero más allá de las polémicas en torno a ella y su gestión, admiro lo lejos que ha llegado a tan corta edad. Creo que tiene su triple récord como la persona más joven en ser la mano derecha de un presidente colombiano, en el cargo de directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE); la más joven en ocupar la dirección del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y las más joven del país –y quizás del mundo- en ser canciller. El 20 de marzo cumplirá 31 años, leo en Google.
Algún mérito debe tener para que hoy despierte la admiración de unos y la rabia de otros. De María Andrea no sé mucho. Excandidata a la Alcaldía de Bogotá, fue directora del Sena durante el gobierno de Juan Manuel Santos y se vio envuelta en líos por contratación en la entidad, según esta nota de El Espectador. Luego saltó al periodismo, como conductora de la sección El Control en Semana, y de allí también salió, sin sepamos hasta ahora porqué. En su condición de desempleada, se trasteó con su canal a YouTube, desde donde sigue desatada haciendo oposición al gobierno, aunque ella lo llama periodismo.
Pasando a un tema más amable, les cuento que quedé intrigado por el librito aquel. Fui a buscarlo a la librería y estaba agotado, lo mismo que “La sociedad del cansancio”, la obra más celebrada de Byung-Chul Han, (Seúl, 1959). Me lo dijo la señorita, que me ofreció otro libro del mismo autor con la promesa de que me iba a gustar. Y no se equivocó. Gracias a la canciller descubrí a este surcoreano “el filósofo que vive al revés”, porque “vive de noche y duerme de día”, que así lo describe este perfil del diario global El País.
Estoy inmerso en la lectura de “Vida contemplativa, elogio de la inactividad”.
El autor afirma lo siguiente en la página 19: “Es posible que el ser humano se deshaga en el futuro tanto del dormir como del sueño, puesto que ya no le parecerán eficientes”.
Pues que ni Dios lo quiera, porque ¿Quién se aguanta a María Andrea Nieto trinando pendejadas de día y de noche?
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