Si la realidad supera la ficción, entonces lean y vean “El cuento la criada” como preaviso de un mundo terrorífico e impensable que puede estar a la vuelta de la esquina. (Breves lecciones sobre fascismo: #2)
Si la realidad supera la ficción, entonces lean y vean “El cuento la criada” como preaviso de un mundo terrorífico e impensable que puede estar a la vuelta de la esquina. (Breves lecciones sobre fascismo: #2)
CUANDO LE PREGUNTARON CÓMO COMIENZA EL FASCISMO, EL FILÓSOFO BERTRAND RUSELL RESPONDIÓ: “PRIMERO, FASCINAN A LOS TONTOS. LUEGO, AMORDAZAN A LOS INTELIGENTES”.
¿Qué es el fascismo? Quien mejor lo definió, para mí, se llamaba Fernando Pessoa, el escritor portugués que detestaba a Benito Mussolini, el dictador italiano y líder del Partido Fascista Republicano.
De manera elocuente y con humor ácido, Pessoa afirmó: “El fascismo es estupendo. Porque, pongamos que tú vives en Milán y tu padre en Roma. Los fascistas seguramente matarán a tu padre. Pero no habrá problema porque el tren te llevará a tiempo a su funeral”.
La literatura ha mostrado que los gobiernos opresivos, sean de Derecha o de Izquierda, han existido y pueden volver a poner sus sucias manos sobre los inocentes. Recuerden que fascistas fueron Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Franco en España o Salazar en Portugal. También las dictaduras de Pinochet en Chile, Videla en Argentina y Stroesnner en Paraguay. Etcétera, etcétera, etcétera.
“El cuento de la criada” (1985), la magnífica novela de Margareth Atwood, nos muestra lo que significa vivir en una sociedad donde se limitan los derechos. Ese país imaginario se llama Gilead y, tras una guerra civil, funciona como una dictadura teológica donde se hace lo que diga la Biblia y los hombres. Pero la misma autora aclara que “el libro no está en contra de la religión. Está en contra del uso de la religión como fachada para la tiranía”.
Gilead se rige por castas y jerarquías: Comandantes, Guardianes, Hombres pobres y Ojos (policía que hace cumplir las leyes). Morir ahorcado o lapidado es posible. También están las Criadas, Niñas, Esposas, Marthas, Econoesposas y las Tías, que imparten disciplina a las criadas.
La contaminación deja infértiles a muchas mujeres de la élite, por lo cual las criadas son obligadas a engendrar hijos para las esposas de los comandantes, teniendo sexo con ellos y en presencia de aquellas. Sí: La violación como arma para evitar la extinción de los humanos.
En Gilead las mujeres no tienen derecho a leer y menos las Santas Escrituras, pero si alguna comete adulterio le caerá todo el peso del Libro de Éxodo 20:14. Ser lesbiana u homosexual se considera “delito de género”. Ya se imaginarán el brutal castigo que les espera a estas personas. Sus cadáveres quedan expuestos en muros para escarmiento de todos.
Existe una serie basada en la obra de Atwood (en Prime Video) con cinco temporadas y la sexta se estrenará en 2025. La serie engancha al principio, pero conforme avanza se pone tediosa. Algunas escenas son tan innecesariamente largas que uno perfectamente alcanza a prepararse un desayuno porque nada importante ocurre, o eso cree uno; siendo justos, de esa lentitud emergen una fotografía y paisajes deslumbrantes. Sí: no siempre el cine le hace justicia a los buenos libros. Les propongo leer la magnífica historia de Margareth Atwood y luego ver la serie.
El mundo debe estar agradecido con la escritora canadiense por usar una novela distópica para denunciar el desprecio al que han sido sometidas las mujeres a través del tiempo y advertirnos el peligro de los regímenes totalitarios que se basan en un único partido.
Aunque Atwood llama a su obra “ficción especulativa”, hay allí un recordatorio doloroso: lo que pasa en Gilead ha pasado, a otro nivel, en la vida real, pasa en países como Corea del Norte (donde los ciudadanos viven aislados del mundo y en riesgo de morir o ser torturado si desafían el sistema totalitario de Kim Jong-un), y puede volver pasar donde ya pasó o pasar donde no ha pasado.
“Trump ha hablado de utilizar el ejército contra los inmigrantes y de crear campos de concentración”, le dijo al diario El País de España Steven Levitsky, investigador estadounidense y autor de “Cómo mueren las democracias”.
En el prólogo de la novela, Atwood afirma: “El cuento de la criada se nutrió de muchas facetas distintas: ejecuciones grupales, leyes suntuarias, quema de libros, el programa Lebensborn de las SS y el robo de niños en Argentina por parte de los generales, la historia de la esclavitud, la historia de la poligamia en Estados Unidos… La lista es larga”.
Con el auge de la extrema derecha xenófoba en el Parlamento europeo, hoy el mundo está hablando de los peligros que se ciernen sobre las democracias y las libertades individuales. Ese peligroso giro de Europa hacia la ultraderecha alimenta el discurso agresivo de los políticos contra los migrantes (xenofobia) y la negación de fenómenos como el cambio climático. Para entenderlo, les recomiendo este episodio del podcast Hoy en El País.
Que no nos engañen, porque fastuoso y fascismo son cosas distintas, y ciertos políticos son expertos en vender mundos perfectos para camuflar oscuras intenciones; los ciudadanos con el voto libre les damos cuerda, cual tontos, ignorantes de que el bozal no es solo para los perros.
FIN
Próxima lección breve sobre Fascismo: Las caras ocultas de Bukele y Milei
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