Man: Yo digo que las vallas son libre expresión, pura y simple.
Bat: Yo digo que son estrategia.
Man: A mí me parecen interesantes.
Bat: Y a mí, peligrosas.
Man: ¿Peligrosas?… El único peligro es que la gente se dé cuenta de ciertas verdades.
Bat: No. El peligro es que la gente trague entero y le sirva de idiota útil a alguno más vivo. Lo que buscan las vallas de Francisco Santos es crear un ambiente de intolerancia hacia las FARC. Y claro, desprestigiar el proceso de paz, porque sin guerra muchos políticos se quedan sin discurso.
Man: Se equivoca, Bat. Esos mensajes le recuerdan a la gente los riesgos de la impunidad. No me diga que el proceso de paz es así de frágil… ¡Si se asustan por una valla!…
Bat: No se trata de eso…
Man: ¿Entonces de qué?
Bat: De que esas vallas no son comunicación de ideas, sino violencia simbólica. Es reemplazar la crítica por el escarnio… Y es un escarnio que apunta a dos blancos: mancillar a un personaje público y amaestrarle la cabeza a uno que otro ciudadano desprevenido, con vísceras calientes.
Man: ¿Cómo así? ¡Entonces ahora resulta que Iván Márquez tiene un prestigio que cuidar!… ¡Y el que esté de acuerdo con el mensaje es porque no piensa suficiente o tiene la cabeza amaestrada!…
Bat: Sí.
Man: No me parece, para nada. Y si, según usted, eso es tan reprochable, ¿por qué los que no están de acuerdo hicieron lo mismo?… ¿Escarnio? Escarnio fue lo que tuvo que sufrir Pacho Santos… Hasta a Uribe y a su familia se los llevaron por delante…
Bat: Siembra vientos y recogerás tempestades… En este país polarizarse es un deporte. Un deporte que tiene sus propios directores técnicos.
Man: No, más bien en Colombia la política es un deporte de contacto. Y jugamos fuerte, eso es todo. No le ponga misterio.
Bat: Sí, claro, deporte de contacto… Y no falta el cretino que termina comportándose en política como camaján de barra brava y no como ciudadano con lugar en la historia. Para eso precisamente es que montan el espectáculo.
Man: Colombia es pasión. Así somos los colombianos, apasionados. Una simple valla no es tan importante como usted está pensando; cuando mucho servirá de charla en las redes sociales.
Bat: Puede que sí… Pero también es cierto que refleja una forma de hacer política en la que nos quieren meter a todos: en vez de plantear ideas, alimentar prejuicios. En vez de analizar los temas, sacarlos de contexto y manipular el dato. En vez de encontrar puntos de coincidencia, machacar contradicciones…
Man: Estamos en todo nuestro derecho, mientras este país sea una democracia.
Bat: Sí, el problema es que eso va caldeando el ambiente y anima a otros que sí empiezan a manosear la frontera del delito, como el tal Rafael Guarín.
Man: Guarín es un tipo muy preparado y muchos estamos de acuerdo con lo que plantea en esa valla. Nos sentimos representados por ese mensaje.
Bat: Gente así lleva la política a su nivel más bajo.
Man: ¡Ja! ¿Y estos sí ponen la política muy en alto?
Bat: Es una expresión popular.
Man: Populachera y grosera, diría yo.
Bat: Populachero y vulgar lo que hicieron en la campaña a la Alcaldía de Soledad, en Atlántico, hace un par de años. ¿A eso es a lo que usted quiere que lleguemos?
Man: Pues claro que no, Bat. Eso es vandalismo. Simplemente pienso que los ciudadanos tenemos derecho a hacer públicas nuestras preferencias políticas.
Bat: Bueno al menos esas no se valen del truco de desacreditar a otros para exaltarse a sí mismos.
Man: Esta tampoco desprestigia a nadie:
Man: ¿Sabe en dónde salió? ¡En Ucrania! Y dice: “Feliz año nuevo”. ¿Esa sí le gusta?
Bat: Me parece macabra. Tan macabra como las vallas a las que nos acostumbró cierto publicista venezolano especialista en propaganda sucia. Lo vimos muy activo en la pasada campaña presidencial…
Man: A mí esos mensajes me parecen ingeniosos.
Bat: A mí me parecen estúpidos.
Man: Cuestión de gustos.
Bat: No, cuestión de enfoques. Esos mensajes se parecen más al matoneo que a la crítica. Aunque no le niego que hay muchos colombianos a los que eso les gusta.
Man: Ahí tiene. Toca comunicarse en un lenguaje que la gente entienda.
Bat: Que la gente cree entender. Tan alienada está la gente con esas vallas atrapabobos que ya hasta un seudo-artista entró en la onda…
Man: Hombre, Bat, eso es humor. Nadie se va a tomar en serio lo de “guerra” entre cantantes.
Bat: Mi querido Man, esas cositas cotidianas son el fuego donde se cocinan las mentes de los pueblos.
Man: Lo que pasa es que usted es demasiado trascendental, una valla no llega a tanto como usted piensa. ¿Por qué nada le gusta?
Bat: Sí, hubo algo que me gustó. Las vallas que hizo la gente del Bronx…
Man: Primero que todo, no son vallas. Y segundo que todo, me da es tristeza. Eso es aprovecharse de la gente. Pobres personas. El que no ha visto a Dios, cuando lo ve se asusta.