Con-versaciones

Publicado el Bat&Man

Por el que diga Popeye

Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.

Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan

y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas

al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

-Federico García Lorca-

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Bat: Colombia siente una fascinación secreta por los “ángeles vengadores”. Hombres y mujeres que alcanzan notoriedad porque tiene tres características: 1) Son, aparentemente, invulnerables; 2) imponen su propia ley;  y, sobre todo, 3) apuntan el dedo hacia un “mal” y luego prometen salvar a la gente de ese “mal”. Lo que en algunas categorizaciones literarias se llama “el héroe épico”.

Man: ¿Le parece?

Bat: Me parece…  En la historia de Colombia muchos se han sentido fascinados con figuras que encarnan a ese ángel vengador… Efraín González… Pablo Escobar…  También figuras políticas. En su momento, “Tirofijo”… Y en su momento, Álvaro Uribe, por ejemplo…

Man: No le veo nada de malo en que tengamos esa especie de “héroes épicos”. Toda sociedad necesita de esos modelos. Son referentes necesarios.

Bat: Lo malo no es que haya gente a quien admirar. Lo malo son las razones por las que se les admira. Casi todos esos personajes han cobrado relevancia actuando al margen de la ley.

Man: Será porque la ley no es ley en Colombia, y las autoridades legales no son tan legales, así sea maluco decirlo…

Bat: Esa puede ser una explicación. Las instituciones son débiles, el Estado es débil, no dan soluciones concretas a la gente… Por eso aparecen esos ángeles vengadores que, aparentemente, sí dan soluciones…

Man: Puede sonar muy feo, pero así es. Qué le vamos a hacer. Si el Estado o la ley no solucionan, es lógico que la gente termine apoyando al que sí soluciona.

Bat: Aunque no esté de acuerdo, le veo lógica a lo que dice, Man. ¿Quién le va a discutir a muchos pobres de Medellín que Pablo Escobar les brindó lo que el Estado no fue capaz de darles? ¿Quién le va a discutir a los seguidores de Álvaro Uribe que fue él, con sus métodos poco ortodoxos, quien les permitió poner a raya a una guerrilla que ya no dejaba ni recorrer las vías de Colombia tranquilamente? ¿Quién va a poner en duda que “Tirofijo” también fue el que respondió por esos campesinos traicionados y ultrajados, que quedaron excluidos de todo, por allá en los años sesenta?

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Man: Bueno, respetico. No los meta a todos en el mismo saco…

Bat: Claro que están en el mismo saco. Todos responden a la misma lógica. Son gente que ante la incapacidad del Estado para ofrecer soluciones, terminan diciendo “El Estado soy yo”. Así es como imponen su propia ley, que no es la ley del Estado. Y mucha gente termina beneficiándose y admirándolos por eso.

Man: Mire, Bat, a usted podrá parecerle muy feo eso y todo lo que quiera. Pero es la realidad de Colombia. Varias de esas personas han hecho más por Colombia, que el mismo Estado. Así les haya tocado acudir a “métodos poco ortodoxos”, como usted dice. Lo demás es filosofía barata.

Bat: El problema, Man, es que al romper con la ley y al desconocer al Estado como árbitro de sociedad, abrimos las puertas a la barbarie. Esos ángeles vengadores, o ángeles de la muerte, son los que terminan decidiendo qué está permitido y qué está prohibido. A su antojo. Pero no solo a su antojo, sino también a su conveniencia. Porque no se le olvide que los héroes épicos solo existen en la literatura.

Man: ¿Y no será que lo que la gente admira es precisamente que logren tener todo ese poder y puedan decidir lo que está bien o mal?

Bat: Sí, lo creo. En algunas zonas muchos querían ser como “El patrón”. En otros segmentos de la sociedad se ha admirado la capacidad de Álvaro Uribe para permanecer involucrado en hechos irregulares y, aún así, mantenerse inmune a la acción de la justicia. En otras partes, en alguna época, hubo jóvenes cuyo ideal era sumarse a las FARC. Sí. La gente, especialmente la más pobre y desamparada, admira todo ese poder.

Man: Ahí tiene. Para que vea que a la hora de la hora, lo que importa es que las cosas funcionen.

Bat: ¿Qué funcionen para quién?

Man: Pues para todos. Por ejemplo, el doctor Uribe tuvo que enfrentarse a muchas cosas. Hacer muchas cosas. Pero al final logró el objetivo: acabar con la guerrilla. Eso benefició a todo el país. Los que lo critican son gente que no tiene los pies sobre la tierra. Si él no hubiera hecho lo que hizo, seguro Colombia estaría gobernada por las FARC.

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Bat: ¿O sea que usted está de acuerdo en acudir a cualquier medio, así sea ilegal, con tal de lograr un objetivo?

Man: Nadie ha podido probar que Uribe haya incurrido en acciones ilegales. Y seamos claros: No se puede hacer tortillas sin romper los huevos…

Bat: Entonces, ¿de qué se quejan los que critican los desmanes de la guerrilla? Para ellos también el fin justificaba los medios.

Man: Es distinto. Uribe luchaba por recuperar el país de manos de los criminales. En cambio los terroristas de las FARC luchaban por acabar con el Estado legítimo.

Bat: Ahí sí es legítimo el Estado… No se le olvide que lo que hace legítimo al Estado es precisamente estar del lado de la ley. Cuando el Estado no cumple con la ley es como si le diera permiso a toda la sociedad de violar las normas.

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Cuando eso pasa, la sociedad se enloquece. Terminan jugando fútbol con las cabezas de las personas. O en la calle de una ciudad, matando a puñaladas a alguien que no quiere dejarse robar. O echándole ácido en la cara a una muchacha porque rechazó a un pretendiente. O  matando y violando a una niña de 11 años en un apartamento de lujo, porque “El Estado soy yo”, “La ley soy yo”… En eso terminan las sociedades que renuncian a que sea la ley, operante y firme, la que regule las relaciones entre sus miembros…

Man: Entonces, según usted, ¿toda esa degradación moral viene de los políticos?

Bat: De los políticos y gobernantes que impulsan la ilegalidad y que en lugar de fortalecer instituciones como la justicia, las debilitan. También del crimen organizado, que hartos nexos tiene con esa clase política. Un país con más del 90% de impunidad no puede esperar nada bueno de su sociedad. Un país en donde la gente vota por el que recomienda el más sanguinario de los sicarios que ha tenido en su historia, no puede esperar nada bueno de su futuro.

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ADENDA: Los diálogos de “Man” fueron tomados casi literalmente de con-versaciones reales con seguidores del uribismo, que aceptaron hablar en privado y pidieron reservar su identidad.

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