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Publicado el Bat&Man

El paraíso teórico del voto en blanco

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Si hasta hace poco la palabra mierda se reemplazaba en los libros por puntos suspensivos, no era por motivos morales. ¡No pretenderá usted afirmar que la mierda es inmoral! El desacuerdo con la mierda es metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de la Creación. Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no cerremos la puerta del water!), o hemos sido creados de un modo inaceptable”.

-Milán Kundera-

Bat: El blanco es la nostalgia de la nada… Cromáticamente es la ausencia de color. Éticamente es la exaltación del idealismo. Políticamente es el anhelo del paraíso perdido…

Man: ¿Y qué tiene eso de malo? A mí me parece excelente… Lo dice en un tonito…

Bat: No me gustan los paraísos… Siempre que la humanidad ha buscado la pureza hemos terminado en realidades horribles… Las razas puras de los hitlerianos; las ideologías puras de los stalinianos… Las culturas perfectas de los maoístas… No. Me quedo con los humanos, no con los superhumanos, ni con los ángeles…

Man: ¡Qué trascendentalismo! Hágame el favor y dígame una cosa: ¿qué tiene que ver todo eso con el voto en blanco? ¿Qué mal le hacen a usted los que escogen esa opción?

Bat: Aterricemos la cosa. Aquí y ahora, en la Colombia de 2018, yo veo al voto en blanco como una construcción teórica que se sustenta en unos principios éticos débiles. Sin embargo, sus consecuencias prácticas pueden ser devastadoras.

Man: La gente tiene derecho a que no le guste ningún candidato. No le veo ningún problema a eso.

Bat: Por supuesto que no le ve problema. Usted simpatiza con el uribismo. Sabe que, en conjunto, el antiuribismo es mayoritario. Pero dividido, se convierte en minoritario. Y eso le conviene a sus intereses. ¡Nada mejor para ustedes que el antiuribismo se reparta entre el candidato Petro y el voto en blanco! Eso los pone automáticamente en el poder.

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Man: Yo no tengo la culpa de que Petro no haya sido capaz de seducir a la gente a su favor. Los que votan en blanco están en todo su derecho.

Bat: Claro que están en todo su derecho, pero no en todo su deber. Además, ni siquiera tienen un sustento sólido para emitir ese voto.

Man: Qué más sustento que no les gustan los candidatos…

Bat: El destino de un país es mucho más que una cuestión de gustos. Aquí no se están enfrentando dos ideologías solamente. En estas elecciones de segunda vuelta la disyuntiva está planteada entre dos modelos éticos. De un lado está toda la clase política tradicional. Del otro, la nueva política. Los unos han hecho del Estado un negocio rentable para ellos. Los otros buscan concretar un verdadero Estado Social de Derecho.

Man: ¿Y eso qué tiene que ver con el voto en blanco? A los compañeros votoblanquistas no les interesa ni lo uno, ni lo otro. Déjelos en paz. Que cada quien vote a conciencia.

Bat: No se puede llamar conciencia a un voto que plantea la neutralidad en teoría, pero inclina la balanza de un lado en la práctica. En el papel, votar en blanco es adoptar una posición de rechazo a los dos candidatos. En la práctica, como ya lo dije, esa postura facilita el camino para que el uribismo gane las elecciones.

Man: ¡Pues de malas! Así es la democracia…

Bat: Así es la arbitrariedad. No llame democracia a un capricho. El voto en blanco fue derrotado en la primera vuelta. En la segunda, ni siquiera cuenta. Su única utilidad práctica es la de impedir que Gustavo Petro sea presidente.

Man: Eso es reduccionista. Los compañeros votiblanquistas quieren ser la vanguardia de la nueva oposición para cualquiera de los candidatos que salga elegido como presidente.

Bat: A otro perro con ese hueso. ¿Cuál oposición? ¿Oposición de qué? ¿Quién la encabeza? ¿Qué plantea esa oposición? ¿Con qué ideario? ¿Con qué propósito? Esas divagaciones metafísicas que se las crean los adolescentes. Yo no.

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Man: ¡Qué agresividad! Por eso es que no seducen… Están llenos de odio…

Bat: No se equivoque, Man. Indignación no es odio. Molesta que en teoría sus compañeros votiblanquistas digan que son alternativos y que en la práctica permitan el triunfo de las fuerzas más retardatarias de Colombia. Que digan que están en contra de la corrupción y se quiten de en medio para que pasen los corruptos. Que digan que defienden la paz y le allanen el camino a los guerreristas para que vuelvan al poder. Eso es lo que indigna.

Man: Será en otra oportunidad… Tal vez dentro de cuatro años…

Bat: Hummm… Ojalá todavía haya una democracia en la cual participar realmente, dentro de cuatro años… Permítame dudarlo.

(Imágenes: Pinturas El Bosco)

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Bonus

Párrafo completo de Milán Kundera:

Si hasta hace poco la palabra mierda se reemplazaba en los libros por puntos suspensivos, no era por motivos morales. ¡No pretenderá usted afirmar que la mierda es inmoral! El desacuerdo con la mierda es metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo inaceptable de la Creación. Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no cerremos la puerta del water!), o hemos sido creados de un modo inaceptable. De eso se desprende que el ideal estético del acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético se llama kitsch. Es una palabra alemana que nació en medio del sentimental siglo diecinueve y se extendió después a todos los idiomas. Pero la frecuencia del uso dejó borroso su original sentido metafísico, es decir: el kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia humana es esencialmente inaceptable”.

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