Con-versemos sobre las razones que tuvo el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, para desechar unos estudios técnicos y de factibilidad que usted y yo pagamos de nuestro bolsillo y que nos costaron cerca de 90 millones de dólares.
Los tugurios se llenan los vertederos se llenan los manicomios se llenan los hospitales se llenan las tumbas se llenan nada más se llena. -Charles Bukowski-
Bat: Yo digo que Peñalosa nos está chalequiando a todos los bogotanos…
Man: Yo digo que tuvo razones de mucho peso para detener la construcción del metro subterráneo. Y que a largo plazo nos está ahorrando dinero.
Bat: Vamos despacio. Antes de analizar el peso de las razones de Peñalosa, hay que señalar un hecho que es incontrovertible: tomó la decisión de no construir el metro subterráneo basado en sus propias opiniones, no en un concepto técnico formal.
Man: ¿Y qué tiene? Enrique Peñalosa conoce Bogotá al dedillo. Ha dedicado toda su vida a estudiarla. Así que su opinión tiene validez por sí sola. Además, él tiene sus asesores.
Bat: Vea Man, ahí comienzan las falacias de los defensores de Peñalosa. Ni él, ni nadie, puede tomar individual y unilateralmente decisiones sobre un tema tan técnico y de tan alta complejidad. Que yo sepa, jamás en la vida ese señor ha construido un metro, ni ha asesorado la construcción de ningún metro en el mundo. Y si no tiene ese conocimiento básico, ¿de dónde acá se toma la atribución de tomar semejante decisión tan pronto llegó a la Alcaldía?
Man: Lo que pasa es que para ustedes los mamertos, malo si sí, malo si no…
Bat: Saquemos la ideología de este debate. Mamertos y no mamertos, si son honestos, saben que cada decisión en una megaobra de ingeniería debe contar con el aval de expertos en la materia. Y si no reconocen eso es porque hay mala fe…
Man: Pero deberíamos mirar en detalle la argumentación técnica de Peñalosa… Por ejemplo, sus reparos frente al trazado de la primera línea… O el factor de la demanda de pasajeros…
Bat: No, Man. No debemos mirar esa argumentación. Es que ese es el punto: no es un tema de opinión, sino de resultados técnicos. Todo ese discurso de trazados y costos y no sé qué más vainas solo han tenido un objetivo: justificar. ¿Sí reconoce que hay una diferencia entre justificar una decisión técnica y argumentar una decisión técnica?
Man: O sea que solo los expertos pueden referirse al tema… ¿O sea que los ciudadanos comunes y corrientes no podemos hablar del metro porque no somos expertos?… Como excluyente la vaina…
Bat: Hombre, eso es como si nos pudiéramos a discutir qué es mejor: sacarle la próstata a Uribe o desinflamársela con Ibuprofeno… No, Man, eso lo deciden los médicos porque son los que cuentan con conceptos especializados que permiten tomar decisiones…
Man: Pero, repito la pregunta: entonces, según sus ideas, ¿los ciudadanos no tenemos derecho a hablar del metro?…
Bat: Tenemos derecho a evaluar si el dinero que le pagamos a la ciudad en impuestos está siendo bien utilizado y si lo que hacen con nuestra plata se ajusta a la ley. Meternos en temas técnicos es meternos a especular. Y contribuir a levantar una cortina de humo sobre puntos que son más tangibles y que nos importan más.
Man: ¿Ah sí? ¿Como cuáles?
Bat: Como que los bogotanos pagamos de nuestro bolsillo unos estudios avanzadísimos que duraron un poco de años. Y ahora esa platica se fue por el caño. Nada más ni nada menos que 90 millones de dólares. Peñalosa, sí o sí, tiene que hacer nuevos estudios para poder desarrollar el metro elevado. Y esa plata también saldrá de su bolsillo y del mío.
Así que el punto es este: ¿Es legítimo que un Alcalde, sin argumentos evidenciados técnicamente por expertos, nos condene unilateralmente a perder dinero? ¿Es legítimo que un Alcalde deseche el resultado de muchos años de estudios, pruebas y conceptos diseñados y evaluados rigurosamente, porque a él le parece que así es más chévere?
Man: ¿Usted está insinuando que Peñalosa cometió un acto fuera de la ley?
Bat: Sí Man, lo creo. De hecho, hay expertos, que no son «mamertos» y que también lo ven así.
Man: Pues déjeme decirle que el doctor Diego Ardila, el Contralor de Bogotá, emitió un concepto diciendo que ahí no había detrimento patrimonial, porque se trata de un mejoramiento.
Bat: Ajá… De un mejoramiento, ¿según quién?
Man: Pues… Según el Contralor… Y según el propio Enrique Peñalosa… Le repito: él es un urbanista de fama mundial…
Bat: ¡Ja!… Hombre, Man… Hay que ser o muy huevero o muy huev… para afirmar que eso es válido. Le repito: ¿cómo va a tener validez el concepto sobre un metro, emitido por alguien que ha dedicado toda su vida a luchar contra los metros, sin haber participado jamás en la construcción de ninguno?
Man: Bueno, Bat, pero le guste o no, las autoridades competentes no ven ninguna ilegalidad ahí.
Bat: Sí Man, eso es cierto. Y también es lo que aterra.