¿Que cuántos años tengo? - ¡Qué importa eso! ¡Tengo la edad que quiero y siento! La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido... Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
-José Saramago-
Man: Dígame algo: ¿usted sí cree que de verdad la experiencia sirve para algo?
Bat: Sí, Man… Sí, seguro… En el ocaso de la vida se ve el panorama mucho más completo…
Man: ¿Será?
Bat: Seguro que sí. Le cuento: un grupo de adultos mayores se reunieron durante los últimos 6 meses a pensar la guerra y la paz en Colombia, en un club de lectura patrocinado por IDARTES. Miraron todo en detalle, recordaron sus propias vivencias y al final escribieron unas cartas abiertas dirigidas a todo el país.
Man: Vea pues, qué interesante… ¿Y se puede saber qué dijeron?…
Bat: Claro que se puede saber. Los integrantes del Club de lectura “La experiencia habla” nos enviaron algunos apartes de esas cartas. ¿Los leemos?
Man: Leámoslos…
Carlos Arias
Propongo que haya educación para todos y que esta sea integral; tanto para los niños que están comenzando a vivir, como para todas las personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar. Sin lo anterior, pretender alcanzar la paz en Colombia siempre será un ideal, porque podremos firmar todos los acuerdos del mundo, pero sin una base social y cultural de fondo, verdaderamente anclada en la estructura de la nación, toda paz será efímera y a corto plazo, en el mejor de los casos. Este grave problema de la paz no es de liberales ni conservadores o incluso de guerrillas, sino de la misma esencia del ser humano en el cual habita la violencia y para lo cual la educación es uno de los soportes y correctivos más indicados. Mientras el pueblo sea más ignorante es más fácil explotarlo…
Leonor González
Hay que hacer muchísimos cambiospara mejorar la calidad de vida de la nación. Que se den cuenta que no tenemos servicio de salud ni de educación; que la gente no tiene en qué trabajar y con qué comer. Que no más IVA y que no tanto impuesto, porque no tenemos cómo pagar; y que no traten tan mal a los que votaron por el “no”, porque el pueblo es soberano y merece respeto. Por razones como estas es que ningún gobierno ha podido negociar la paz. Porque el grave problema es de cultura: vivimos día a día en la cultura de la muerte…
Gustavo Penagos
Hoy desperté de un sueño… ¡Y qué sueño! Veía que todo era diferente. Los seres humanos eran más bonitos, más alegres, más sencillos… Ya nadie mentía, ni engañaba, ni robaba. Tampoco se quejaban por cualquier cosa. Ahora sí se festejaba. Nadie se afanaba por posada. Pobres y ricos, cachacos y paisas, blancos y negros, todo el pueblo se reunía como en los viejos tiempos; y compartían y disfrutaban y se abrazaban. Era el retorno del deceso: la vida de nuevo era vida y la felicidad no era una simple utopía. Sí… Llegaba por fin la paz…Y todo lo malo quedó atrás y la muerte quedó sepultada para siempre en el cementerio del olvido…
José Óscar Sánchez
Las relaciones entre todos los seres humanos deberían considerar seria, profunda y verdaderamente la noción de perdón. Porque sin el perdón, incluso en términos de algún tipo o grado de indulgencia, jamás podremos “ajustar cuentas”. Esto es equilibrar la balanza y quizás pensar en el tan anhelado sueño de la paz. Por supuesto, el perdón nace de la intención seria y decidida de querer mejorar las cosas. Hablar en términos de venganzas y odios lo único que conllevará será más odios y más venganzas: agrandar el problema en cambio de aminorarlo.Por consiguiente, de los binomios poder-sociedad y ofensa-perdón, es que podremos encontrar algún día los posibles caminos para lograr la paz y vivir en armonía como pueblo y como nación. A todas luces es trascendental que entiendan los de arriba, pero también es trascendental que entiendan los de abajo. Un país no es solamente sociedad política, como no es solamente sociedad civil.
Zenaida Rodríguez
La paz que yo deseo, para mi familia y para todo el pueblo colombiano, es una paz que empiece en el hogar y que además conlleve una gran justicia social en términos de salud, educación y trabajo, así como en términos de honestidad, responsabilidad y transparencia. La paz no es solamente la firma de un acuerdo con la guerrilla… Es también todo lo anterior, puesto que de lo contrario jamás habrá una paz verdadera. Y es que quienes más han sufrido la violencia son las personas del campo y de los sitios apartados donde no hay presencia del Estado. Nosotros sabemos que hay guerra, pero ellos son los que la viven en carne propia. Ojalá tomáramos conciencia que si al menos una de esas familias se pudiera movilizar con tranquilidad y pudiera descansar de tanta violencia, valdría la pena apoyar este proceso de paz. Porque, sencillamente, un ser humano lo vale todo…
Martha Rojas
Sabemos que la confrontación militar ha contribuido a la extensión de la cultura violenta que enluta a Colombia. La familia no ha escapado de esta situación y de esta crueldad; esto nos convoca a construirles un nuevo destino a nuestros hijos, reformando el paisaje y el entorno social, y brindándole más empoderamiento a la mujer. ¿A cuál mujer? A la mujer cabeza de familia, a la trabajadora, a la que estudia y se prepara para ocupar su lugar en la comunidad y en la sociedad. A esa que madruga todos los días a luchar por un país que está resquebrajado; esa que hace las más lindas cosas por la familia, lejos del odio y del rencor; que lucha y levanta sus hijos: sola o acompañada, sabe que hay que comprometerse con la lucha por un país que está humeante y que la necesita, ya sea en las ciudades o en los campos. Ella sabe que hay que cuidar a los hijos vigilando lo que los rodea, educándolos y potenciando sus talentos. La tarea no es fácil… Hay que comprometerse con propios y extraños construyendo confianza para que emerja la anhelada paz.
Man: ¿Hay algún lugar en donde puedan leerse las cartas completas?
Bat: Claro que sí, en la página del grupo MantaRaya, que son los directores de ese proyecto.
Man: Gracias a los mayores por toda esa sabiduría.
Bat: De acuerdo: Gracias.