Con-versaciones

Publicado el Bat&Man

El pueblo uniformado… Cinco conclusiones y muchas preguntas

 

Yo quiero ser llorando el hortelano

De la tierra que ocupas y estercolas

Compañero del alma tan temprano

Miguel Hernández

ESMAD irrumpiendo en unacasa

Bat: Mi primera conclusión, Man: Lo que motivó la indignación nacional no fue ni siquiera la política agraria. Fueron las imágenes de la fuerza pública abusando de su autoridad con los campesinos que estaban protestando.

Man: No se lo discuto. Pero ellos siguen órdenes, no se le olvide.

Bat: No se me olvida. Lo que no me queda claro es cuál fue la orden que les dieron: ¿Desbloquear las carreteras a cualquier precio? ¿Sembrar temor para impedir la protesta social? Si ellos estaban haciendo lo que les mandaron, válgame… Habrá que hacer severos juicios políticos.

Man: Pues ya el representante Carlos Amaya citó al Ministro de Justicia a debate control político, así que tranquila. No se me despeluque.

Bat: Ojalá no se quede en el debate nada más. Mi segunda conclusión: Lo que convirtió una protesta rural en el tema prioritario de la opinión pública fue la actividad de las redes sociales. En primera instancia, desde allí circuló la información de los desmanes contra “los de ruana”. Las redes sociales comienzan a convertirse en el quinto poder.

Man: Con un matiz, Bat. Lo que pasa por redes sociales se unta del tufillo light. Para unos es un medio de información, pero para otros, simplemente un desparche más. No hay que sobreestimar la vaina.

Bat: De acuerdo. Mi tercera conclusión: Existe una fuerte incoherencia en el discurso presidencial. Las actuaciones de Santos son como para ponerlas en una antología de la improvisación. Evidentemente no está actuando en función de un criterio definido, sino al vaivén de la coyuntura. En sus declaraciones pesa más el interés electoral, que el compromiso con un proyecto de país.

Man: Con otro matiz, mi apreciada Bat. Los líderes del paro le están pidiendo al presidente que prácticamente desmonte la política agraria de las últimas décadas. Eso no es un tema menor. No es como soplar y hacer botellas. Y tampoco es un tema ideológico, sino técnico, que no se puede tratar a la topa tolondra.

Bat: ¿Y entonces? ¿Que nombren una de esas comisiones para que estudie el tema y se quede meses mamándole gallo a los campesinos? ¿Que ganen tiempo mientras el paro va palideciendo por puro desgaste?

Man: Siguiente pregunta.

Bat: Más bien siguiente conclusión: Hay fuerzas externas al paro que se han infiltrado en la protesta. Fuerzas que tienen que ver con grupos armados, de izquierda y de derecha. Eso explica los desmanes. Eso explica que la mayoría rechace los desmanes y prueba lo frágil que es nuestra democracia.

Foto Soacha

Man: No nos digamos mentiras, Bat. No son “grupos armados” a secas. Tienen nombre propio y se llaman FARC, que están chupando rueda en La Habana y quieren presionar. Toda la vida esos bandidos han utilizado esa táctica: negocian por un lado y aumentan las acciones armadas por el otro. El paro fue un papayazo para ellos.

Bat: Sí. Sería ingenuo pensar que no hay FARC infiltrados en el paro. Pero también hay paramilitares o “bandas criminales”, como les dicen ahora. En Soacha, por ejemplo, que es el sur del sur de Ciudad Bogótica… Allá a los guerrilleros los sacaron del panorama hace más de una década. Allá solo hay presencia fuerte de paramilitares y bandas de criminales de más bajo rango, que son su base.

Man: ¿Pero qué provecho pueden sacar los paracos o las Bacrim de todo esto? No. La cosa no va por ahí.

Bat: Los paracos, no. Los que los manejan. No son afectos a Santos y están listos a desestabilizar su gobierno cada vez que pueden. Eso me da pie para mi quinta conclusión: La protesta social volvió a las calles colombianas por el repliegue de paramilitares y la negociación con la guerrilla, que antes hacía imposible cualquier manifestación de los campesinos. Pero esos mismos sectores, y los que los manejan, convierten las expresiones de descontento popular en un campo minado. Ellos son los que nos están jodiendo a los colombianos.

Quelounicoquemuera

Man: Adhiero, Bat. Qué irrespeto con los campesinos.

Bat: Sí, qué indecencia. Aquí y ahora, los colombianos sólo podemos portar un uniforme con orgullo: la ruana.

nuestrocasco

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Fotos 1, 3 y 4: circulan en redes sociales

Foto 2: Samuel Gallego – www.periodismopublico.com

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