Con-versaciones

Publicado el Bat&Man

Bromas inaceptables

…y si de pronto

ves que mi sangre mancha

las piedras de la calle,

ríe, porque tu risa

será para mis manos

como una espada fresca.

-Pablo Neruda-

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Bat: El sentido del humor es un asunto serio. En los cimientos del antisemitismo nazi hubo unos chistecitos macabros.

Man: ¿De qué habla?

Bat: De que caricaturizar a los judíos fue una de las estrategias de Hitler y de Goebbels para ir introduciendo la idea de que los semitas eran seres inferiores. Eso ayudó a que las vejaciones contra ese pueblo fueran vistas como relativamente aceptables por muchos “buenos ciudadanos”.

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Man: ¿Y a qué viene eso?

Bat: A que después de semejante lección histórica, ciertos chistes son políticamente inaceptables. A que, para nuestro caso, apoyo la protesta diplomática contra ese programa chabacano de “humor” chileno, en donde estigmatizan a los colombianos.

Man: ¡Bah” ¡Valiente pendejada!  En el país tenemos problemas mucho más graves, como para preocuparnos por un programa de quinta que se emite en Chile.

Bat: Pues no creo que ese tema deba ser el centro del debate nacional, pero sí pienso que es lo suficientemente relevante como para abrir la discusión. Esa “broma”, y a través de un medio masivo de comunicación, alimenta prejuicios en contra de todos los colombianos. No es como para “dejar así”…

Man: Es que nosotros no necesitamos que nadie alimente prejuicios. Con las narconovelas es suficiente para que tengamos una pésima imagen internacional.

Bat: Las “narconovelas”, como usted las llama, no tienen la finalidad de burlarse ni del narcotráfico, ni de la trata de personas, ni de la prostitución. Lo que buscan es reflejar, con sentido comercial, historias que tienen mucho de real. Bien o mal, su objetivo es testimonial.

Man: ¡Por eso! Si en este país abunda el narcotráfico y la prostitución, ¿de qué vamos a quejarnos? El programa chileno hace lo mismo que las narconovelas, solo que con humor.

Bat: ¡Es que no es lo mismo testimoniar una tragedia que burlarse de ella! ¡Ni es lo mismo relatar, bien o mal, una historia específica, que ponerle una etiqueta a todos los ciudadanos de un país!

Los gringos han hecho 80 mil películas sobre Vietnam y nadie pensaría que su objetivo es degradar la imagen de los Estados Unidos ante el mundo. Esas producciones buscan confrontarse con una realidad, no desacreditar a todo un pueblo.

Man: De hecho, nuestros compatriotas no es que se hayan portado muy bien en Chile, ni en otros países. Es posible que en esos países estén aburridos de que lleguen colombianos a quitarles la tranquilidad.

Bat: Pues yo veo que los gringos le quitaron toda la tranquilidad a los chilenos, por allá en 1973, y el “antiamericanismo” no parece ser tan fuerte como el “anticolombianismo”. Si hay colombianos muy bulliciosos, o tramposos en esas tierras, pues que lo señalen de modo específico. Pero que no combatan el fenómeno grabando una marca sobre TODA Colombia.

Harta sangre nos ha costado luchar contra el narcotráfico y el crimen, como para que ahora desconozcan eso de un plumazo y nos metan a todos en el mismo paquete.

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Man: Sigo pensando que es una tontería. Uno de esos hits de redes sociales que sirven solamente de desparche. No tiene mayor trascendencia.

Bat: La tiene, Man. La tiene… ¿Se ha puesto a pensar en cuántas personas conocen lo que es Colombia solo a través de programas como ese?… Hacen un daño grave. Y Colombia debe protestar. No podemos permitir que nos pongan una etiqueta, que en el futuro se puede traducir en formas de irrespeto mucho más graves.

Man: Allá usted con sus vainas. Yo solo digo que se debe ser tolerante con el humor. Hace parte de la libertad de expresión. Otra cosa es que el humor ofenda o disguste, pero ellos están en todo el derecho de burlarse de quien quieran.

Bat: No lo están. Juegan con el buen nombre de todo un país. Entre chiste y chiste nos están insultando gravemente.

Y no se le olvide: una cosa es caricaturizar a las figuras de poder. Otra muy diferente es caricaturizar a un ciudadano común y corriente. Lo uno es irreverencia. Lo otro es prejuicio. Eso es lo que no podemos permitir: que nos estigmaticen y nosotros lo pasemos por alto.

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