Una clara señal que nos indica que el interés de nuestra pareja por nosotros está cayendo es cuando las buenas o malas noticias no nos son compartidas en “tiempo real” sino que son dilatadas en el tiempo.
Piensa en quién se te viene a la mente cuando tienes una buena noticia que compartir… Seguro es esa persona especial. Queremos poder llamarle o verla de inmediato para contarle a detalle algo que nos emociona, que nos hace feliz.
Cuando nuestra pareja ya no está en ese top 3 de personas en las que pensamos para compartir noticias, probablemente el amor va en picada. Seguro que no necesitamos ser la primera persona que se entere que nuestra pareja se compró un café, un par de zapatos o que compró la comida para la mascota; pero, sí queremos ser los primeros en saber que tomó la decisión de hacer una
actualización o un estudio, que le han llamado para ser speaker de un evento importante en la región o, que le dieron el ascenso que tanto estaba anhelando.
En el trabajo, pasa exactamente igual; nos sentimos y probablemente seamos importantes si somos de las primeras personas en enterarse de las decisiones, la estrategia, la persona que se va a contratar, la nueva herramienta que se va a adquirir para eliminar procesos operativos o, los cambios de políticas internas que se están discutiendo.
Cuando nos enteramos por radio pasillo sobre un tema importante del área, en una reunión donde todos hablan de algún acontecimiento con total naturalidad y nosotros ni idea de lo que están parloteando, o por un comentario suelto porque era evidente que todos debíamos estar enterados, seguramente es porque esa relación con nuestro jefe y/o empresa se está deteriorando.
Ahí, ante esas primeras señales es cuando debemos actuar; bien sea hablar de frente, que es justo lo que nos han enseñado a no hacer, o pensar si lo mejor será analizar la posibilidad de dar un paso al costado.
Siempre va a ser mejor tratar de entender qué está sucediendo por la vía del diálogo, pero también es cierto que las relaciones se agotan, se dañan, se deterioran y muchas veces lo mejor es decir: gracias, hasta aquí te acompaño.
Hace poco menos de dos meses, tuve sesión con Erika, una heroína que estuvo por 10 años trabajando en la misma empresa con el mismo líder durante todo ese tiempo; me contaba que los últimos tres años habían sido muy difíciles porque la relación se había deteriorado y que en una de las tantas conversaciones habían decidido mutuamente que lo mejor era dar fin a esa relación, por
lo que ella debía dar un paso al costado (él jefe es socio de la empresa).
En medio de la conversación, le pregunté cómo habían sido los siete primeros años; me dijo que igual muy difíciles solo que ambos habían puesto de su parte porque era de mucho beneficio trabajar juntos, es decir, hacían la dupla perfecta por su gran productividad al estar en el mismo equipo de trabajo.
Hoy, después de muchos años entiendo que las relaciones se construyen en el tiempo y con el tiempo; que si vamos a generar una alianza personal o laboral ambas partes deben de regar la matica todos los días, que las relaciones tienden a transformarse, que las personas evolución, cambian, adquieren nuevas formas de pensar y de actuar y que hay que tener la suficiente madurez emocional y mental para generar lazos y conexiones profundas que nos ayuden a elevar
nuestro nivel y el nivel de los demás.
Así que cuando veamos señales, la clave no es hacerles caso omiso sino enfrentar la situación con entereza y tomar la mejor decisión posible desde la razón.
Con amor, Clau
Creadora de Contenido en IG: @claudiapalaciooficial
Autora del Libro: Sé tu marca personal
De Invisible a Invencible
Master en crecimiento profesional y personal.
Estratega Laboral con más de 15 años de experiencia en temas de empleabilidad orientando a los individuos a optimizar su Marca Personal en el mercado profesional.