ciudad MADE IN CHINA

Publicado el Juan Sebastian Herrera

Hace décadas que a nuestro Presidente no podemos decirle Don.

«Don», ese título nobiliario que cada día entra más en desuso -no porque haya pasado de moda, sino porque son pocos los que se lo ganan- es como me nace referirme a Humberto de la Calle.

Mucho se especula sobre las responsabilidades del cargo más importante del país. La misma Constitución lo define de la manera más inspiradora: «simboliza la unidad nacional y al jurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos». ¿Será que los colombianos hemos tenido algún presidente que haya dirigido para todos? Y si no, ¿será que no nos lo merecemos?

Así como cuando en la Universidad tomaba una clase y lo primero que hacía era revisar el cvlac del profesor para ver qué tanto le creía, cuando por convicción decidí sumarme a Don Humberto, me salí del ruido de los Acuerdos de Paz. Así entendí la trayectoria de aquel estudiante de universidad pública, decano, Registrador, Ministro, Vicepresidente, negociador, nadaista y hasta tanguero.

Pocas personas en la historia nacional han demandado con vehemencia y tanta coherencia la urgencia de entender a ese otro país, a esa Colombia oculta -como la llama Don Humberto-, que es tan de ellos como nuestra. ¿Podemos estar de acuerdo en que hay colombianos más iguales que otros? ¿Podemos, por un instante, desligarnos de ese legado pos-revolución francesa que demandó igualdad para entender que por más que nos guste, nunca vamos a ser ni a estar en posiciones iguales?

Si algo nos ha demostrado Don Humberto de la Calle, es que es posible hacer política y sobresalir en un debate público tan enrarecido sin el fanatismo y la intransigencia de nuestros últimos gobernantes. Y mejor aún, sin utilizar a los seguidores para que ese sectarismo se incremente exponencialmente.

Ahora bien, si estamos de acuerdo con eso, ¿por qué seguimos eligiendo  a aquellos que simbolizan todo lo contrario? ¿En serio les creemos a aquellos que generan miedo afirmando que nuestro país está en riesgo de caer en una “dictadura castrochavista y homosexual”? (con todo el repudio que me genera esta expresión) ¿En serio creemos que el partido de las FARC va a ganar la presidencia?

Es cierto que estamos en riesgo, pero de botar por la basura la oportunidad de acabar con lo que nos ha unido desde hace más de 50 años: la guerra, la sangre, la disparidad entre campo y ciudad. Y eso sí que no puede lograrlo un presidente solo, por más Don que sea. Pero de lo que si estoy seguro es que Humberto de la Calle, es el único no oportunista confeso y demostrado que puede convocar a esa gran coalición que le haga frente a los Uribes o Vargas Lleras que ya empiezan a prometer cielo, mar y tierra con tal de mantenernos satisfechos en la misma fiesta.

Este domingo 19 de noviembre es casi que la primera vuelta presidencial. Si Humberto de la Calle gana la Consulta Liberal, tendremos un candidato firme de donde agarrarnos. Recordemos que en esa turba de pre-candidatos, la mayoría oportunistas sin oportunidades no hay nadie que tenga la capacidad para hacernos soñar en un país donde quepamos todos, en un Don como Presidente.

Comentarios