En la columna anterior sobre acciones sociopolíticas frente a la crisis climática publicada en este Blog, se analizó la búsqueda de alternativas para enfrentar esta crisis, a partir de procesos formativos que sustenten acciones individuales y colectivas de las personas para apoyar las luchas ambientales en defensa de la naturaleza.

Estas acciones pueden sustentarse y potencializarse, a partir de un análisis crítico de las disputas científicas y políticas que se han presentado históricamente frente a la crisis climática, de tal forma que se logre consolidar una mejor comprensión del problema para enfrentarlo decididamente.

¿Comencemos por preguntarnos, si existe o no la crisis climática? Aunque hoy la respuesta parezca evidente, no siempre ha sido así. La discusión sobre su existencia y sus causas ha generado una amplia controversia sociocientífica y ambiental. Los actores  centrales de la controversia se pueden caracterizar, por un lado, los científicos que han investigado el problema, los gobiernos que políticamente han respondido frente a dichas investigaciones, los medios de comunicación que crean una determinada opinión pública,  los ciudadanos y ciudadanas que se expresan individualmente, colectivamente o a través de organizaciones gremiales o sociales. Finalmente, la naturaleza puede constituir un actor cuando la reconocemos como un sujeto de derechos, tal como se ha reconocida en la constitución ecuatoriana, que inspira luchas por la justicia ambiental especialmente en Latinoamérica.

Calle 13 Latinonamérica https://www.youtube.com/watch?v=DkFJE8ZdeG8&list=RDDkFJE8ZdeG8&start_radio=1

En cuanto a los científicos y/o científicas se evidencia una disputa frente a la autoridad para definir si existe o no el cambio climático por causa de las actividades antrópicas. La discusión inicia paradójicamente en la década de 1970 cuando algunos investigadores estaban preocupados por el enfriamiento global y no por el calentamiento, se creía que el descenso de temperatura podría desencadenar una nueva edad de hielo. Sin embargo, a finales de esta misma década y en las siguientes, las temperaturas medias del planeta comenzaron a subir y esto reorientó los estudios científicos hacia el análisis del aumento del efecto invernadero.

Para poder prever la posible variabilidad climática debido a las actividades humanas, el primer informe del Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) publicado en 1992, estableció que los instrumentos más adecuados eran los “modelos matemáticos tridimensionales del sistema climático (atmósfera-océanos-hielos-tierras) conocidos como Modelos de Circulación General (GCM)”. Estos modelos sintetizan los conocimientos científicos existentes sobre los procesos físicos y dinámicos del sistema mundial. Sin embargo, para la época existían importantes limitaciones de estas medidas asociadas al poco desarrollo tecnológico, por lo tanto, el propio IPCC admitía el alto grado de incertidumbre que guardaban las predicciones del clima.

A pesar de que la voz del IPCC, como un actor social clave para entender el cambio climático, avanzaba en consolidar un fuerte posicionamiento social, algunos científicos comenzaron a presentar diferencias significativas frente a la evidencia existente que demostraba que las actividades humanas serían responsables del aumento de la temperatura global. La controversia tuvo su máxima expresividad a finales de la década 1990 e inicio del siglo XXI y fue conocida como la controversia del palo de hockey.

Portada del libro de Michael Mann que trata sobre la controversia de las investigaciones que sustentaron el calentamiento global por causa de la actividad industrial, y especialmente por la quema de hidrocarburos fósiles.

Willie Soon y Sallie Baliunas del Center for Astrophysics Harvard & Smithsonian de los Estados Unidos, no estaban de acuerdo con los datos de Michael Mann, Raymond Bradley y Malcolm Hughes, que sustentaban el aumento de la temperatura promedio global del planeta por causas antrópicas, porque los cambios históricos de la temperatura estaban relacionados con la variación solar en lugar de las emisiones de gases efecto invernadero.

Portada del libro de Willie Soon y Sallie Baliunas que cuestionaron la teoría sobre la causas antropocéntricas del calentamiento global.

La controversia inicialmente parecía limitarse al terreno científico, pero las críticas de Willie Soon y su equipo adquirieron un capital social importante y entraron hacer parte de la disputa por quién tenía la autoridad para orientar la política ambiental internacional. El debate se centró en las decisiones sobre el rumbo a tomar frente a un modelo de crecimiento económico basado en el consumo de hidrocarburos fósiles, especialmente petróleo. La influencia de Soon se amplificó cuando a comienzos del siglo XXI, recibió apoyo del gobierno de George W Bush, quien retomó sus argumentos para sustentar el Informe sobre el Medio Ambiente de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, con el fin de justificar la continuidad de la explotación petrolera.

Críticas como éstas ayudaban a continuar con la política extractivista de Petróleo de los Estados Unidos claramente responsable del desarrollo industrial del siglo XX. Es importante recordar que EUA no firmó el protocolo de Kyoto de 1997 y aunque lo suscribiría un año después, el propio presidente Bush en 2001 se opondría a su implementación porque perjudicaría la economía de este país, y aseguró que era necesario impulsar una nueva era post-Kyoto.

La disputa por la autoridad científica era clara, aquellos que defendían el cambio climático por efectos antrópicos y aquellos que aún no lo aceptaban. Sin embargo, lo más interesante e impactante es cómo se capitaliza la disputa en el terreno social y en materia de política ambiental internacional para efectos de adoptar planes de gobiernos orientados a tomar medidas contundentes para disminuir la emisión de gases efecto invernadero.

El trabajo pionero del equipo de Michael Mann comenzó a ganar un respaldo significativo desde el propio Estados Unidos, cuando el escenario político empezó a equilibrarse. Durante las elecciones presidenciales del año 2000, Albert Arnold Gore, candidato opositor de George W Bush, incorporó dentro de su apuesta política la lucha contra el cambio climático, mientras que Bush privilegiaba la defensa de los intereses económicos de EUA como un eje relevante en la explotación petrolera.

Albert Gore no fue elegido presidente, pero obtuvo el mayor apoyo en el voto popular. A partir de ese momento, emprendió una lucha ambientalista importante que se plasmó, entre otras iniciativas, en el documental Una verdad incómoda, que se estrenó en 2006, en el cual expone los serios problemas ambientales del cambio climático, la destrucción de la capa de ozono y la extinción de especies. Todo este trabajo lo haría merecedor el Premio Nobel de la Paz en 2007.

En la actualidad, la disputa está inclinada a favor de los defensores del cambio climático debido a la actividad antrópica, sin embargo, la superación de la crisis es ampliamente controvertida, porque persisten concepciones negacionistas de gobernantes como Donald Trump o Javier Milei que se oponen a implementar planes efectivos para superar la emisión de gases efecto invernadero (GEI) provenientes principalmente del uso de combustibles fósiles.

Pese a que los seis informes integrales del IPCC (el más reciente publicado entre 2021 y 2023), evidencian una clara muestra del establecimiento de un importante consenso científico alrededor de la existencia del cambio climático por actividad antrópica, aún persiste la falta de un compromiso político efectivo de los mandatarios de todo el mundo para implementar los planes necesarios que logren la emisión cero de GEI. Además, muchas de las acciones actuales se orientan a la adaptación a la crisis y no a su superación estructural que implica repensar profundamente el modelo económico capitalista.

Portada de la síntesis del último informe del IPCC publicado en el 2023. Fuente: The Intergovernmental Panel on Climate Change [IPCC], (2023, p. 48). Climate Change 2023. Synthesis Reportwww.ipcc.ch El IPCC permite la reproducción de contenidos de esta publicación sin autorización, siempre que se indique claramente la fuente completa.

@LeoMartinezUPN

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