La gente cree que la belleza humana es un asunto cultural. Existen aspectos culturales que influencian nuestra percepción de la belleza del rostro humano, pero también estamos condicionados por juicios innatos. La cultura crea la moda y la moda puede afectar, hasta cierto punto, los estándares de belleza. Más adelante veremos cómo ocurre.
En todas las culturas y de todas las épocas (que se han estudiado) se consideran más atractivos los hombres altos que los bajitos, y a las mujeres se las considera más atractivas cuando tienen cuerpo de guitarra que de nevera. Guitarra es cuando el diámetro de la cintura es menor que el de la cadera.
Pero existe otro rasgo que se ha estudiado exhaustivamente: las caras simétricas se consideran más bellas que las menos simétricas o realmente asimétricas. Haciendo trasformaciones de un rostro, en el computador, se puede aumentar o disminuir la belleza de la cara, simplemente volviéndola más simétrica o más asimétrica. Los rostros son, en general, levemente asimétricos. Mírese en el espejo o en una fotografía frontal y podrá ver que muchas veces un ojo es más grande que el otro y se encuentra ubicado más alto en la cara, así como la ceja correspondiente. Las fosas nasales son distintas en tamaño y forma. También podrá ver que el borde de las orejas tiene diferente altura, y que la mandíbula es más amplia en un lado y más estrecha en el otro.
Todos los vertebrados presentan simetría bilateral izquierda-derecha. Desde que el embrión humano se empieza a desarrollar hasta llegar a la edad adulta, los mismos genes, digamos puestos en espejo, deben activarse al mismo tiempo y regular el mismo crecimiento: dar las mismas instrucciones de cambio. Por lo tanto, cualquier pequeña asimetría es indicadora de algún tipo de disfunción. Si en un lado de la cara un gen se expresa demasiado o muy poco, o lo hace desplazado, o un poco temprano o un poco tarde, el tejido tendrá un patrón ligeramente diferente al del otro lado. A estas pequeñas fluctuaciones se las llama: micro-asimetrías. Muchas veces no las detectamos a simple vista, pero sí de manera inconsciente.
Las asimetrías grandes se deben a problemas que han ocurrido durante el crecimiento y el desarrollo del individuo, como infecciones, inflamación, reacciones alérgicas, lesiones, mutaciones, estrés crónico, desnutrición, daño en el ADN, parásitos y enfermedades genéticas y metabólicas.
Nos parece más bello un rostro simétrico, según la teoría llamada Teoría de la ventaja evolutiva, porque la simetría, en este caso, sería indicadora de buena salud en el individuo. Si las cosas funcionan debidamente, terminamos siendo perfectamente simétricos, pero causas, como las mencionadas recientemente, causan asimetrías. Las asimetrías son las cicatrices de la historia personal. Si somos asimétricos es probablemente que nuestros sistemas inmunológicos sean más deficiente y más débiles para resistir las infecciones y los parásitos a los que nos enfrentamos durante el desarrollo. Respondemos negativamente a la asimetría, porque es indicadora de disminución de la condición física, y estamos programados para buscar como pareja la de mejor calidad posible.
Pero hay otra teoría que se llama la del Sesgo perceptivo. Esta teoría sugiere que el sistema visual humano está diseñado para procesar con mayor facilidad los estímulos simétricos que los estímulos asimétricos. Si esto es cierto, además de preferir caras simétricas, los humanos también preferiríamos los objetos más simétricos, sean de cualquier tipo. Estudios muestran que sí, que la gente prefiere las piezas de arte abstracto y las esculturas simétricas.
Por moda, en ciertas culturas, las mujeres se insertan un plato en el labio inferior, hasta deformarlo completamente. Por moda, las mujeres de Padaung o Kayan se ponen anillos en el cuello que luego, de adultas, no pueden retirar, pues han alargado tanto el cuello que lo han deformado y este pierde fuerza hasta no poder sostener la cabeza. Por moda, los mayas, los aztecas, los egipcios y en distintas culturas africanas, se deformaba el cráneo, incluso, llegando a perjudicar los procesos mentales y la inteligencia. Por moda, los jóvenes de hoy se rompen las orejas con agujeros cada vez más grandes. Por moda, la gente estiliza el peinado hasta tener problemas de movilidad o imposibilitando el cepillarlo. La lista es interminable, son todas estas, incluyendo los tatuajes, aberraciones deformantes de la cultura, que eliminan la belleza natural y la apreciación de la belleza.