Pintar sin pincel. Parte II

Unir, juntar piezas de distinta índole, es algo que estamos haciendo desde hace más de 150.000 años, cuando amarrábamos una piedra a un palo con un junco o pedazo de cuero. Pero también lo hacemos para crear imágenes artísticas, bajo el nombre sofisticado de collage. La palabra collage, dicha en el siglo 20, trae a la mente a dos artistas geniales: Pablo Picasso y Henry Matisse. Matisse cortaba papeles de colores planos y los juntaba con otros papeles de colores, mientras Picasso pegaba en un soporte cualquiera, pedazos de madera, de tela, de cartón, de periódico, y dibujaba o pintaba encima para completar los contornos que hicieran falta.

 Matisse

 Picasso

Contemporáneo de Picasso y Matisse era Joseph Cornell y, sin embargo, su obra fue completamente independiente de la de estos dos, como de otra época. Cornell hizo collages, pero más volumétricos, conceptuales, con más narrativa. Cornell fabricaba unas cajas en las cuales ponía pequeños objetos, un juguete, una carta, un tornillo; en fin, hacía especies de poemas visuales. Menos poéticos y más políticos y dramáticos, a veces incluso aterradores, eran los collages de Robert Raushchemberg. Bellos y equilibrados, los del bogotano Carlos Rojas; simpáticos, los del caleño Bernardo Salcedo. El artista paisa Jorge Julián Aristizábal escoge fragmentos de los periódicos y los trasforma, los pinta, los corta, para hacernos reflexionar con sus interesantes imágenes.

 Cornell

 Rojas

 Aristizábal

La palabra collage, dicha en el siglo 21, trae a la mente nombres de diseñadores como Christoph Niemann, que utiliza objetos cotidianos y les ve nuevas posibilidades de significación, y de ilustradores como Vicent Bal, que crea sus imágenes con las sombras de los objetos, a los que añade dibujos. Ambos diseñadores, en últimas, fotografían esas mezclas de objetos y dibujos. El arte de los diseñadores es cada vez más potente, más directo, versátil e interesante.

  Niemann

 Bal

Algunas veces se puede decir que el artista no utiliza las manos, sino los brazos, para mover sobre la superficie de trabajo instrumentos grandes como trapeadoras o rasquetas. Un catalán genial, que pegaba objetos y restregaba arena, polvo de mármol y carbón sobre superficies engomadas, fue Antoni Tapies. Manchaba, arrojaba y definía con la fuerza de su cuerpo las formas que deseaba en sus cuadros, muchas veces trabajando en el suelo con trapeadoras, palas, baldes y palos. Con rasquetas y la fuerza de su cuerpo trabaja el alemán Gerhard Richter. Chorrea pintura de distintos colores y con una rasqueta, del tamaño del lienzo, esparce los pigmentos, creando unas imágenes abstractas que nos hacen pensar en paisajes. Richter, no solo arrastra la pintura de lado a lado, sino que pone capas sobre capas, y luego raspa pedazos para que afloren las capas inferiores, al tiempo que deja las huellas del movimiento de su cuerpo sobre la obra.

 Richter

El accidente, la mancha, ha servido a muchos como inspiración o material artístico. Robert Motherwell buscaba mínimas gotas de tinta sobre mesas de trabajo, y las fotografiaba; luego, las ampliaba, para pasar esas formas al lienzo y realizar sus famosos cuadros de gran formato. Con manchas al azar se pueden hacer obras maravillosas. Recordemos a uno de los artistas más importantes del siglo 20, Jackson Pollock y su técnica del goteo. Su obra ha tenido mucha atención del público, incluso de distintas profesiones. Los especialistas en fractales aseguran que en medio del aparente caos, al mirar los cuadros de Pollock, se siente un agrado especial, porque esas gotas de distintos colores que vemos poseen una organización fractal.

 Pollock

La pintura oriental clásica ha sacado un provecho inconmensurable de la técnica del “salpicado”, al chorrear tinta sobre tela o papel; algunas veces, con la superficie previamente humedecida. Los diseñadores gráficos de hoy utilizan todas las posibilidades del goteo, del accidente, del reguero de material líquido sobre la superficie. Es fantástico el trabajo que hace Seb Lester con su tipografía húmeda.

Imprimir, dejar huellas de objetos o de partes del cuerpo ha sido otra forma de pintar sin las manos y sin pincel. En 1960, el francés Yves Klein hizo una exposición de la cual no se ha parado de hablar. En esta, unas mujeres desnudas se embadurnaban el cuerpo, la cara y el cabello, en azul “Klein”, porque era un azul que al artista le gustaba mucho, y luego se lanzaban contra hojas enormes de papel, en las cuales dejaban las huellas de sus cuerpos.

 Klein

Lo que hacen los niños, untar tinta sobre hojas, sobre borradores con formas, sobre los objetos, para luego imprimirlos sobre papel, es una de las técnicas que ha utilizado el artista paisa José Antonio Suarez, con resultados muy bellos.

 Suárez

Obras de arte con líneas se han realizado por medio de péndulos, de máquinas mecánicas y cuerpos humanos, que crean patrones después de hacer muchos movimientos repetidos, pero con cambios leves. Con las máquinas mecánicas se hacen los patrones llamados guilloché, para diseñar sobre  metal principalmente.

 Guilloché

La artista Heather Hansen utiliza sus extremidades como si se trataran de las máquinas recién mencionadas. Ella “danza” sobre el papel, realiza movimientos repetidos hasta que las obras quedan terminadas.

Hansen

Y en la nieve y en la arena y en el pasto, los humanos somos capaces de dejar huellas artísticas, obras de arte. No solo son extensas e inmensas, son testimonio de la creatividad de la paciencia y de persistencia humanas. Son impresionantes los trabajos del inglés Simon Beck sobre la nieve, además porque son efímeros. Beck camina días sobre la nieve hasta que termina sus diseños. Se pueden ver desde lo alto, sobrevolándolos en helicóptero. Del mismo calibre son los trabajos sobre la arena, en las playas de California, del artista gringo Jim Denevan.

 Beck

 Denevan

Complejo, calculado y elusivo es el trabajo sobre paredes, muros y espacios arquitectónicos del artista suizo Felice Varini. Distintas marcas, dispuestas en distintos muros y espacios, se concretan de repente al uno moverse y encontrar el punto de vista para el cual fueron diseñados.

 Varini