Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Lo que ganas y lo que pierdes cuando estás en Facebook

En la actualidad, los jóvenes consideran que no tener cuenta en Facebook es como no existir. Para ellos es una realidad. No tener Facebook es estar por fuera de su ámbito social, es no estar enterado de lo que más les importa: dónde están y qué hacen sus amigos, cuáles son las tendencias y dónde está la “fiesta”. Es tener una voz, y poder ser oído por cuantos sean los seguidores.

Las herramientas de Internet sirven para bien y para mal, y Facebook es una. En general, con todas las herramientas se puede construir y destruir. Veamos sus peligros y bondades.

La mayor desventaja puede estar en la información que entregamos sobre nosotros mismos. Información que puede ser usada en contra o a favor nuestro, pero que definitivamente nos hace vulnerable ante miles de personas que pueden obtenerla fácilmente, sin que jamás nos enteremos. Se sabe de personas que las han destituido de su cargo debido a fotografías que una vez pusieron, y sabremos de personas a quienes les negaron la visa para USA por algún aspecto que se vio en la red social.   Y no importa lo que borres, pues una vez lo has puesto, ahí queda y puede ser rastreado. Google también sabe de nosotros más de lo que nosotros mismos sabemos. Explicarlo merece otro artículo.

Facebook corre un algoritmo, o sea, corre un programa, que aprende, que cada día sabe más de nuestros intereses. Va descubriendo el tipo de noticias que nos atraen y eso es lo que nos envía a la página. Detecta nuestras necesidades: si en un mensaje privado dices que has comprado o que necesitas unas gafas, te empiezan a llegar anuncios de gafas. Si no haces clic en los Me gusta de algo que te gusta, te deja de aparecer. Esto crea una especie de círculo cerrado que nos muestra más de lo mismo, que deja por fuera la información que contradice nuestras opiniones. Si no somos del tipo de persona que lee e investiga, si somos crédulos, si no leemos la prensa y buscamos además de los columnistas amados, a los odiados, nos quedamos sin información del bando opuesto. Y puede ocurrir que lleguemos a pensar que el mundo de nuestras creencias es enorme, cuando en realidad, a lo mejor solo refleja el pensamiento de una minoría.

Facebook es una herramienta que tiende a polarizar la sociedad.  No crea debates, pues solo nos muestra lo que nos gusta. Pronto nos convence de que tenemos la razón en lo que pensamos. Si no oímos argumentos en contra, ¿cómo podemos juzgar, ser críticos con nuestras ideas? Mejor dicho, Facebook no educa el escepticismo ni la racionalidad ni la buena argumentación. Debido al tipo de algoritmo que ejecuta, hace a la gente crédula de sus propias ideas, por pobres o equivocadas que sean. La polarización conduce al conflicto, a la sordera, a la no negociación, a la intolerancia.

Facebook sirve para aporrear sin que haya enfrentamiento físico. Todos sabemos lo fácil que es insultar virtualmente. Asunto que aumenta si el agresor puede mantenerse en el anonimato. Otra cosa es ultrajar o agredir de frente. Somos más educados cuerpo a cuerpo, porque somos cobardes. En el mundo virtual hay mucho valiente, presto a maltratar.

Facebook es una herramienta útil para propagar mentiras y verdades. Hay que aprender a mirar las fuentes y comprobar la veracidad de las noticias, antes de compartirlas. Vamos a necesitar educación especial para no caer en tantas trampas.

Puede hacerte perder mucho tiempo. Cada persona debe medir las horas que pasa en la página y decidir si vale la pena.

Facebook tiene muchos aspectos positivos. Nos permite saber de los amigos de otras épocas. Recuperamos el contacto con los compañeros del colegio, del barrio, de la universidad. Aunque no podamos saberlo todo de ellos, de alguna manera los tenemos más cerca y accesibles. Podemos recibir amor y dar un tipo de amor distinto, de una manera que antes era imposible, un amor sin compromiso, sin peligros. Podemos gozar con las fiestas, los nacimientos, los matrimonios, los paseos, las dichas, los pensamientos, los hobbies de nuestros conocidos y familiares; lo que es mejor aún, de desconocidos que terminamos adorando. Ellos comparten sus aficiones, y nosotros descubrimos mundos nuevos en la música, en el arte, en los videos, en la literatura. Muchos comparten noticias y no tenemos que esperar a ver el noticiero para saber qué cosas relevantes está ocurriendo. Nos permite enterarnos de lo que nunca nos hubiéramos enterado buscando solos.

Facebook nos deja conocer aspectos de una persona que son invisibles cuando compartimos tiempo con ella. A veces descubrimos sus pasiones, su orientación política, religiosa, sus odios y obsesiones. Nos sirve para querer mucho más a algunos, y para bajar de su escalón a otros, incluso también para dejar de quererlos.

Alguien decía que Facebook es una página dónde siempre nos están vendiendo algo. Claro, pues sirve para vender productos, ficciones y para “venderse”. Hay personas que lo utilizan para hacer de ellos una “marca” y aumentar su estatus, mostrando todo aquello que demuestre una superioridad. Al saberlo has ganado algo, pues por fin has visto la cara oculta de ese amigo. Facebook es una herramienta poderosa para vender las ficciones o narrativas, las ideas comunes compartidas, como leyes de tránsito,  las religiones, los modales; por eso puede influir en que una persona llegue a ser presidente o no llegue a serlo nunca.

Facebook permite detectar al de derecha, al del centro, al de izquierda, al narcisista, al artista, al clasista, al racista, al homofóbico, al inteligente, al bruto, al compasivo, al preocupado porque este mundo sea un mundo mejor. Bueno, siempre y cuando la persona sea muy activa. Algunos son muy silenciosos, y cuando ponen algo, nos hacen pensar que eso que han puesto les importa mucho, y podríamos estar equivocados. Tanto la acción como la omisión ofrecen datos sobre las personas.

Una de las dichas de Facebook es la de recibir artículos de revistas que apreciamos. Sirve para conocer las ideas de las personalidades que admiramos. El mismo algoritmo, antes mencionado, que nos envía lo que nos gusta, nos pone en la pared blogs y artículos de ciencia, de arte, de tecnología, de matemáticas, de biología, acertijos, nos pone juegos, artículos de medicina, de medicina basada en la evidencia, artículos de los periódicos, poesía, música, etcétera.

Como es una herramienta que puede ser usada para hacer el bien, el mundo puede volverse un lugar mejor debido a esta; más que nada, un lugar más entretenido. Si no fuera tan divertido, no tendría los millones de inscritos que tiene. Es una herramienta bondadosa y peligrosa, nuestro pecado con ella será siempre la candidez.

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