Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Las médicas y el beneficio para la salud de la mujer

En la industria médica se ha ido reconociendo, muy lentamente, que la medicina se ha estudiado sobre los hombres y principalmente para ellos. Gracias a que cada día más mujeres científicas se dan cuenta de la importancia de separar hombres de mujeres en el diagnóstico, en la búsqueda de causas y en los tratamientos, la salud de la mujer ha aumentado. Es muy factible que algunas enfermedades (por supuesto, no solo de los órganos exclusivamente femeninos: senos, ovarios, útero) tengan causas diferentes en hombres que en mujeres, pero esto es un tema que a los hombres nunca ha parecido interesarles.

También se ha visto que cuando las mujeres van a urgencias aquejadas por el dolor, se les suministran menos analgésicos que a los hombres, se les hacen menos exámenes diagnósticos, y en general, sus enfermedades se consideran menos graves. Esto está cambiando, afortunadamente, gracias al trabajo de médicas y científicas en el mundo, conscientes de la triste realidad.

Entre los trabajos pioneros más interesantes del momento están los de las doctoras Lisa Mosconi y Ridhi Tariyal. Lisa Mosconi abrió un instituto: Women´s Brain Initiative, para estudiar la salud del cerebro femenino, y es directora asociada de la Clínica de Prevención del Alzheimer, en el Weill Cornell College. Esta una enfermedad más frecuente en cerebro femenino, y ella cree que hay que estudiar sus causas, y considerar el papel de las hormonas en el envejecimiento del cerebro y otros aspectos que no son comúnmente considerados.

Ridhi Tariyal, en compañía de su colega Stephen Gire, está buscando maneras más eficientes de monitorear la salud de la mujer. En la compañía Illumina, trabajan para desarrollar pruebas más fáciles y económicas de diagnosticar enfermedades de la mujer, como la endometriosis. Cuando la doctora Ridhi Tariyal buscó ayuda médica para hacerse el examen que permite saber cuántos óvulos en buen estado le quedaban, de manera que ella pudiera saber cuánto tiempo podía esperar para tener hijos, la aseguradora le propuso simplemente tratar de quedar en embarazo cuando así lo decidiera. Una respuesta absurda. Desde entonces, a ella se le ocurrió que la sangre menstrual recogida en los tampones, que contiene revestimiento endometrial,  células cervicales y células vaginales, lo que significa que es casi una biopsia natural del cuerpo, sirva para hacer variados diagnósticos. Ellos esperan detectar con un grado alto de certeza los cambios en la expresión genética que se presentan en mujeres con endometriosis. No sobra decir que también una mujer, la doctora Linda Giudice, de la Universidad de California en San Francisco, fue quién los descubrió.

Unos pocos ejemplos ilustran los cambios drásticos que se puede dar en la sociedad gracias al cambio en la mentalidad de la mujer. Mujeres que dan la pelea en el campo científico, que no abandonan sus carreras cuando tienen hijos y que saben que el futuro nuestro está en sus manos.

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