Es una realidad que a la gente le asusta la ciencia. En el fondo, la persona no se sumerge en sus aguas profundas pues cree, con prevención, que lo van a dejar frío y no va a entender un carajo, supone que los contenidos están por encima de su capacidad, pero afortunadamente esto está cambiando.
Son los medios de comunicaciones los que se encargan de dar relevancia a los eventos, los que muestran su importancia y atraen la atención de las personas. A pesar de que la radio, la prensa y la televisión dedican sus espacios a satisfacer las demandas de la mayoría, y por eso los temas comunes son casi siempre de índole político, financiero, deportivo y de farándula, los asuntos científicos se han ido colando poco a poco.
Si esto ha ocurrido es también porque los científicos han empezado a sentir la responsabilidad de entablar una comunicación con el público general. El aislamiento de la ciencia se ha ido reduciendo gracias a Facebook, tuiter y a los blogs; medios gratis, abiertos a todo curioso, interesado en consultar las ideas y las recomendaciones de los expertos. Los divulgadores científicos crecen en número y en calidad, y los medios ya han empezado a enfocarlos dentro de la multitud, para darles la importancia que se merecen (todavía mucho menos de la que se merecen, pero algo es algo). La desigualdad se puede medir haciendo una encuesta sobre quienes son Kim Kardashian y Neil deGrasse Tyson, por ejemplo.
La última semana de mayo se celebró en la ciudad de Nueva York el Festival Mundial de la Ciencia, con un éxito asombroso. Al físico Brian Greene, especialista en teoría de cuerdas y fundador del festival, en compañía de su mujer Tracy Day, exproductora de ABC news, se les ocurrió que ya era hora de montar un festival de ciencia, para proponer algo distinto de los tradicionales de teatro, música, moda y literatura. En el festival participaron médicos, antropólogos, paleontólogos, neurobiólogos, bioquímicos, físicos, astrofísicos, astronautas, etcétera (todas las charlas del evento se puede ver por internet). Para desarrollar el gusto por la ciencia, los organizadores del evento han utilizado, desde el 2008 en el que este festival comenzó, música, bellas imágenes, películas y conferencistas. En el 2010 ofrecieron al público una experiencia multimedia que se ha llevado a las salas de teatros de muchos lugares del mundo: Icarus at the Edge of Time; y este año mostraron algo similar sobre las teorías de Einstein: Light Falls.
Cuando la gente piensa en arte se le vienen a la mente imágenes de cuadros o esculturas famosos, formas muy limitadas de entenderlo. El arte es el resultado, ya sea en un objeto o en una acción, de un proceso de perfeccionamiento, en donde el “objeto artístico” ha sido llevado a un nivel en el que se percibe como especial (relativamente, dentro de su tiempo y cultura), y se ha logrado que este resuene en nuestros sentidos e intelecto, y además nos conmueva, deleite, eduque o persuada; nos deje distintos después de haberlo experimentado pues nos ha exigido una reorganización cognitiva. Y este producto puede darse en cualquier campo: en la pintura, en el cine, en el diseño, en la ciencia, en la culinaria y hasta en una conversación. Eso fue lo que captaron Brian Greene y Tracy Day: que el arte era un excelente vehículo para comunicar y expandir ideas, incluso las científicas, una poderosa manera de acercarlas a la gente.
Para muchos, Carl Sagan fue un pionero en la divulgación científica de una manera seductora; ahora, Neil deGrasse Tyson lo revive en la nueva serie de Cosmos. TED cuenta con un conjunto maravilloso, no solo de sus ya famosas conferencias para abrir el apetito intelectual, sino de cortometrajes animados, muy bellos, de cinco minutos de duración, en los que se explican ideas de la matemática, de la física, de la biología; desde cómo entender el infinito, en términos matemáticos, hasta cómo funciona el sistema olfatorio en los humanos. El neurocientífico Sam Harris, en su blog y en su página de Facebook, no solo difunde un pensamiento de alto nivel intelectual, sino que también recomienda conferencias de físicos y especialistas de otros campos. EDGE.com es una página extraordinaria en la que se exponen por medio de videos, conferencias, libros y escritos, temas científicos y filosóficos.
Buscar la superioridad para dominar ha sido una constante en el comportamiento humano y animal. En el arte, en las ciencias sociales, así como en la ciencias puras, ha existido el elitismo, con el fin de discriminar, jerarquizar, y que sean muy pocos los pertenecientes al clan de los “superiores”. Para esto se ha usado un lenguaje pomposo, técnico y en general excluyente. Las cosas están cambiando, nuestro sentido democrático se ha ampliado, pues sabemos que la inteligencia es parecida en los humanos; los genios son y serán una minoría, y con seguridad muchos temas se quedarán por fuera de las posibilidades de un gran número de personas, pero algún nivel de aproximación se puede conseguir. ¡Qué bueno que la conciencia de la importancia de la ciencia y el pensamiento informado y crítico sigan en aumento!