Inteligencia colectiva, arte e instituciones

“Las civilizaciones tienen más inteligencia que los individuos, pero los individuos suelen tener más inteligencia que los grupos y que las generaciones enteras.” Lo dijo Joscha Bach en su conferencia Fantasmas en la máquina*: Y además dijo que la inteligencia es la capacidad de hacer modelos y es una propiedad que está más allá del alcance de un solo individuo. Un solo individuo no es tan inteligente, según él, como las civilizaciones.

Después de oír eso, me quedé pensando en otra conferencia que había oído, hace meses, del profesor Bill von Hippel en la que decía que “La creación del andamiaje cultural era la herramienta humana más eficaz para la supervivencia”. Repasé las ideas de ambos y de otros, escritas en terminologías distintas, y quise ponerlas en un conjunto para que el lector las juzgue.

Dice Bach que el intelecto de una civilización es algo así como un óptimo global de la capacidad de hacer modelos. Estos modelos tienen que construirse a lo largo de miles de años en una tradición intelectual ininterrumpida. Esta tradición intelectual interrumpida es lo que llamamos cultura. Para el profesor Bill von Hippel** la cultura comenzó cuando empezamos a cazar en grupo. Se presume que Lucy, la australopiteco, lanzaba piedras con una habilidad parecida a la nuestra; pero esta habilidad solo es significativamente importante si se ejecuta grupalmente, si varios individuos se juntan para lanzar al mismo tiempo piedras y palos, porque así pueden matar a distancia, pueden matar sin riesgo de ser atacados por la presa. Hasta los individuos débiles se convierten en máquinas eficaces de caza a distancia, si trabajan en grupo. Como dice Bill von Hippel, nuestro enorme cerebro es costoso de mantener, y es sostenible, porque trabajamos en grupo. En grupo podemos darnos el lujo de dividir las tareas, las labores, de especializarnos y de planear juntos. Ya el homo erectus lo hacía así hace dos millones de años. La cooperación nos cambió en muchos sentidos.

Para Bill von Hippel, estar metidos en una comunidad significa tener cohesión con esta. Para Bach, es compartir el “servicio de propósito”, es conocer las necesidades de la sociedad y los valores a los que esta sirve; es tener el propósito de servir a esas necesidades, de ser capaces de hacer modelos de estas y de sus propósitos, y tener una estructura de la jerarquía de los propósitos a los que se va a servir. Bill von Hippel lo dice de otra manera: en grupo hacemos conexiones mentales con los otros y nos sincronizamos con sus preferencias, con sus intenciones, con sus proyectos.

El amor es el descubrimiento de un propósito compartido, dice Bach. Ocurre cuando, por encima de nuestro ego, servimos a los mismos propósitos en conjunto con otras personas. Para Bill von Hippel, evolucionamos para compartir las experiencias con otros y las emociones de esas experiencias. Sentirnos iguales nos hace mejores como grupo. Por eso una estrategia humana es buscar las maneras de mejorar la comunicación y los lazos con los otros, para sentirnos parte y comprometernos. El hecho de que las personas exageren las historias cuando las están contando no quiere decir que quieran mentir, sino que quieren que quienes oyen experimenten la misma emoción que ellos tuvieron, para que la experiencia contada sea significativa y memorable.

Si uno mira en la cultura ve muchos logros que no conseguiría jamás un solo individuo. Hay muchos objetos de la cultura que sirven de ejemplo; Internet es uno, y extraordinario, pues es algo que está por encima de la inteligencia de cualquier persona. Nadie sabe exactamente qué tendría que hacer para inventar Internet. Tomaría más de un millón de ingenieros reproducir algo así. Es imposible siquiera decirlo, explicarlo, pues es algo extraño, complejo y difícil, donde, sin dudas, hay acumulación de diseño. Esa acumulación de diseño es producto de la inteligencia colectiva. Un solo individuo no podría llevar a cabo una empresa de tal envergadura. Internet es un producto emergente de muchos conocimientos de distintas áreas combinadas de una manera eficaz. Los distintos lenguajes son procesos así, son productos de todos los individuos actuando en conjunto, como una bandada de pájaros.

Según Yuval Harari, lo mismo ocurre con las ficciones que hemos inventado para controlar los grandes grupos. Estas solo son posibles por la capacidad de dar valor y de creer en invenciones, pero todos y al mismo tiempo. Da el ejemplo del dinero, ya que es la ficción más extendida y convincente que existe. En sus palabras: “La única ficción que funciona en todas las culturas es el dinero. Bin Laden odiaba todo de EE UU: sus ideas, sus políticos, su democracia… excepto el dólar. El dinero es el correlato de confianza mutua más poderoso que existe. Gente completamente extraña, aunque se odie, llegan a un punto en común: el abstracto del dinero.”

“El dinero es una convención. El dinero, un simple papelucho, vale porque todos creemos que vale. En el momento en que alguien señale su no-valor, entonces, dejará de ser. Sin embargo, por el momento unifica a todos los seres humanos, independientemente de sus credos, lenguajes y género.”

El arte goza de estas mismas características: se materializa, adquiere valor y realidad dentro de la cultura; depende de los individuos, pero no se valida y convierte en un fenómeno con valor hasta que el colectivo lo avala, o mejor, hasta que los “autorizados” dentro del colectivo lo hacen. La historia del arte es el estudio de las continuidades de las acciones humanas y sus productos categorizados como artísticos, con las distintas tecnologías que los acompañan y sus propósitos comunes que tuvieron en cada época. Los seres humanos tienen numerosas necesidades prácticas, simbólicas y estéticas. Las actividades que ofrecen la mayor gama de recompensa emocional, estética y social se establecen como tradiciones y las juntamos en una categoría que llamamos Bellas Artes. Algunas de las actividades se han mantenido en la historia, durante siglos, y algunas se han dado solo en culturas específicas. La jardinería, en Europa del siglo XVIII, llegó a ser un arte, así como lo es todavía la caligrafía en Oriente y no en Occidente. Hoy, la gastronomía, el cine, los performances y los aburridos video- arte son algunas de las actividades que no estaban hace un siglo y se han colado en este reino.

Las instituciones son otro logro de la inteligencia colectiva. No son infalibles, pero contrarrestan la fácil falibilidad individual. No podría haber historia del arte sin instituciones. Las instituciones ayudan a mantener el orden y dan curso a la historia misma de la humanidad. Para Yuval Harari: “Todas las instituciones sobre las que se construye nuestra forma de vida son relatos, ficciones, fábulas: los derechos humanos, las naciones, las empresas, los dioses. No significa que no sean importantes; son extremadamente importantes. Pero están basadas en la necesidad de una creencia.” Yo creo que Bach cree que están basadas en los propósitos comunes a los que se va a servir, dentro de una jerarquía de valores.

Algunas de estas ficciones ayudan a controlan otras ficciones menos seguras, menos coherentes con la realidad. El sicólogo e intelectual Steven Pinker, hablando de los lazos entre la racionalidad y las instituciones, dice: “Pero, por supuesto, no podemos diseñar las formas de hablar, así como no podemos dictar los estilos del peinado o del tatuaje. Las normas de la racionalidad deben ser las reglas básicas de las instituciones. Son esas instituciones las que resuelven la paradoja de cómo la humanidad como tal ha logrado hazañas de gran racionalidad, a pesar de ser los humanos tan vulnerables a las falacias. Aunque todos somos ciegos a las falencias en nuestro propio pensamiento, tendemos a ser mejores para detectarlas en el pensamiento ajeno, y ese es un talento que las instituciones pueden utilizar. Un escenario en el que una persona plantea una hipótesis, y otros pueden evaluarla, nos hace más racionales colectivamente que a cualquiera de nosotros como individuos. […] Ejemplos de estas instituciones que promueven la racionalidad incluyen la ciencia, con sus exigencias de pruebas empíricas y revisión por pares; la gobernabilidad democrática, con su separación de poderes, y la libertad de expresión y de prensa; el periodismo, con sus exigencias de edición y verificación, y el sistema judicial, con sus procedimientos para enfrentar adversarios. Wikipedia, sorprendentemente confiable a pesar de su descentralización, logra ser precisa gracias a una comunidad de editores que corrigen el trabajo de los demás, todos ellos comprometidos con los principios de ser objetivos, neutrales y basados en buenas fuentes de información. (No se puede decir lo mismo de las plataformas de la Red, que se basan en que la gente apruebe y comparta instantáneamente). Por eso debemos salvaguardar la credibilidad de estas instituciones.”

* Joscha Bach. Minuto 5:35  https://www.youtube.com/watch?v=e3K5UxWRRuY&t=2121s

**Bill von Hippel ** https://www.youtube.com/watch?v=T-pUwQ4mfiY

Yuval Harari, citado de De animales a dioses.

Steven Pinker en: Razones para creer. Cómo y por qué se arraiga la irracionalidad y qué hacer al respecto. Revista generación de El Colombiano